Courtois se queda solo
No le busquen aliados. No le busquen compañeros. No los tiene. Ahora mismo, Thibaut Courtois está solo.
Sobre el campo no tiene quien le arrope, quien le proteja, quien le eche una mano para que no parezca un portero de regional, eso es cierto. Pero fuera del campo, él mismo se asegura de alejarse de todos. Su bajo nivel de autocrítica es inaudito.
Tras un partido catastrófico en el cual le dispararon tres veces entre los tres palos y le metieron tres goles, el portero belga salió a la zona mixta del Parque de los Príncipes tan pancho, se excusó por el primer gol, y dijo que aquello no era del todo culpa suya, que sus compañeros deben correr más para ayudarle a defender.
Muy cerca de allí, Keylor Navas despachaba a las radios españolas con la caballerosidad de la cual ha hecho gala durante sus nueve años en España. Ni una mala palabra para el Real Madrid, ni un achaque ni recuerdo con segundas a nadie, sólo agradecimientos y halagos a su nuevo club.
El PSG acababa de ganarle al Real Madrid 3-0 sin su trío de estrella, Mbappé, Neymar y Cavani, en un partido que no se puede decir que haya sido de los mejores de Navas. Simplemente, porque no se le exigió. Los blancos se pasaron los 90 minutos sin disparar entre los palos defendidos por el tico una sola vez, por lo que Keylor tocó la pelota cuando algún compañero se la pasaba atrás —seguro para que no se aburriera.
A 100 metros de su portería, Courtois vivía un verdadero vía crucis.
Una vez más, primer balón que rondó su área, primer gol del contrario. El que fuera mejor portero de Mundial 2018 lleva unos meses que parece transparente. No logra imponerse en su área, se le nota inseguro, regala demasiados rebotes y no es capaz defender su primer palo en los remates a bocajarro. Luego llegarían el segundo y el tercero, y no hubo más porque Di María se excedió en florituras.
Lejos queda aquel portero confiable que impresionó en el Atlético de Madrid y que ganó el Trofeo Zamora al portero menos goleado en 2013 y 2014. Cierto que lo que reclama Courtois es justamente lo que le brindaba el Cholo Simeone: un equipo comprometido defensivamente que fuera capaz de construir un muro de hormigón en su área. Pero no es menos cierto que incluso con aquella infraestructura, el belga llamaba la atención por su intuición felina, sus reflejos para salvar al equipo en el último momento. Eso se ha perdido por completo en su etapa madridista y ya ni siquiera se puede culpar a la presión que sentía con Keylor Navas —el favorito de la afición— sentado en el banquillo.
Por eso ahora Courtois está solo. Su nivel deja mucho que desear, no da seguridad alguna al equipo, y viendo a Keylor Navas defender la portería rival, más de uno nos hemos preguntado si el Real Madrid habrá tomado la decisión correcta en la portería.
Si además, a las primeras de cambio, no es capaz de entonar el mea culpa y se dedica a buscar excusas baratas cuando claramente pudo hacer mucho más en varios de los goles ante el PSG (como también pudo hacer mucho más ante Levante el fin de semana pasado o ante el Villarreal antes del parón), la situación del belga difícilmente mejorará en el club de Chamartín.
Se le viene un invierno duro y solitario encima a Courtois.
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