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Cómo el coronavirus reinventó la tecnología para rendimiento deportivo

El golfista Nick Watney llegó la mañana del viernes 20 de junio para jugar la segunda ronda del RBC Heritage, en Hilton Head, el segundo torneo del PGA Tour después de la cancelación de las competencias por la pandemia. Aunque no mostraba ningún síntoma, les comunicó a las autoridades del torneo que sería conveniente ser testeado para determinar si estaba contagiado por coronavirus. El test dio positivo. Casi 370 personas involucradas con el torneo habían sido controladas y todas dieron negativo. Watney, atleta de alto rendimiento, se había ido a dormir como cada noche con la pulsera electrónica que utiliza para controlar su descanso. Por la mañana observó que las métricas indicaban que su frecuencia respiratoria, durante el sueño, había sido más elevada que lo normal. Con esos datos advirtió a los responsables de PGA y quedó en aislamiento.

Una de las novedades que emergen de la pandemia es la reconversión de las tecnologías creadas para medir rendimiento, recuperación y prevención de lesiones en dispositivos que colaboran con la salud y la seguridad de quienes forman parte del espectáculo deportivo. La tecnología conocida como wearable: pulseras en el golf, anillos en la NBA, sensores en la Bundesliga y hasta cámaras infrarrojas para accesos a estadios, son algunas de los dispositivos que ahora también son útiles para detectar cambios corporales con posible relación con COVID-19. También como recursos para el distanciamiento social. Una modificación en sus algoritmos permite darles a los dispositivos usos diferentes para las que fueron finalmente comercializados.

Cómo funciona la termografía para prevenir lesiones

La "burbuja" diseñada por NBA para su regreso en el ESPN Wide World of Sports Complex de Walt Disney World Resort, entre otros protocolos, tiene en el anillo Oura una de las aplicaciones que permite detectar posibles contagios. Es una de las soluciones tecnológicas que mayor trascendencia tuvo y un dispositivo popularizado en la Argentina por Manu Ginóbili, quien basó en ese anillo su plan de buen descanso para los años finales de su carrera. En el caso de PGA se trata de una adaptación de la pulsera Whoop, que ahora el tour adoptó para control de jugadores, caddies, periodistas y personal de la organización con la distribución de mil unidades por torneo. Whoop fue una de las primeras pulseras electrónicas destinadas a medir la recuperación de los atletas. En 2015 LeBron James y otros de sus compañeros en Cleveland utilizaron el wearable, con cierto revuelo causado dentro de la NBA.

Kinexon es una compañía alemana dedicada al tracking en tiempo real de las incidencias del juego en estadios sin el uso de GPS ni cámaras. La utilizan equipos de básquet como Bayern Munich, quince franquicias de NBA, clubes de handball y de fútbol. Genera métricas de rendimiento de los deportistas y del trayecto de la pelota. Como el sistema se integra a otros dispositivos de uso individual, Kinexon creó para Bundesliga el concepto de "zona segura": los trabajadores en los estadios usaron pulseras que emitían sonidos y vibraciones cuando alguien dejaba de respetar el espacio de distanciamiento social.

La tecnología infrarroja se utiliza en el deporte como un modo de prevenir lesiones. Thermohuman es una compañía española que desarrolló un software que detecta de un modo no invasivo las asimetrías de temperaturas corporales en los deportistas y advertir a preparadores físicos y médicos que puede existir alguna carga muscular. "La termografía es una tecnología que viene de la industria bélica, como el GPS. Nosotros le encontramos una funcionalidad para estudiar el cuerpo humano de un modo no invasivo", le cuenta a LA NACION Javier Arnaiz, doctor en ciencias del deporte y uno de los fundadores de Thermohuman.

Una cámara infrarroja toma una imagen y el software procesa los datos para marcar los cambios de temperatura corporal. "Los datos no le dicen al médico que hay un esguince: le dice que hay algo fuera de lo normal y que debe tomar una decisión. Ahora mismo trabajamos con La Liga, de España. También con CITEC, en México. Con Houston Rockets en la NBA, los Astros de Houston en la MLB y más de 30 equipos en Francia, Alemania y Brasil", cuenta Araiz. Una modificación en su algoritmo permite que la captura infrarroja tome a cierta distancia los síntomas febriles del Covid-19. "Nuestra tecnología se puede adaptar para prevenir en la pandemia. Cuando el deporte vuelva a los estadios puede ser una herramienta que permita detectar a personas con síntomas", comenta Arnaiz.

La tecnología lanzada para medir rendimiento también es útil para analizar contagios y también evitarlos. Adaptarse a lo que haga falta: una necesidad global en el año de la pandemia.