El drama doble de perder a alguien durante el coronavirus: entierros sin nadie y las redes como vía de desahogo

La expansión del coronavirus en España está obligando a cambiar la vida tal y como la conocemos. Más allá de tener que estar en casa por el estado de alarma y solo poder salir para las cosas imprescindibles, esta situación extraordinaria está modificando la forma de relacionarse con los demás. El contacto con los seres queridos está muy limitado y es aconsejable el distanciamiento social en cualquier actividad.

Una circunstancia que potencia la soledad y que tiene más impacto en las personas más vulnerables. Hasta el momento el COVID-19 se ha cobrado numerosas víctimas en países como China, Irán, Italia o España. Y una de las consecuencias más inmediatas que plantea la enfermedad es la dificultad que tienen los familiares para poder despedirse de sus seres queridos.

Old woman laying flowers on a grave
Old woman laying flowers on a grave

Y es que en tiempos de coronavirus se aplican medidas extraordinarias. Precisamente en el inicio de la pandemia un funeral en Vitoria fue uno de los grandes focos de contagio. En este tipo de eventos sociales se dan las circunstancias perfectas para la propagación del virus: espacios pequeños, gran concentración de gente y numerosas muestras de afecto y cariño como besos y abrazos.

Es por eso que en las distintas comunidades autónomas del país el protocolo de actuación en los sepelios ha cambiado radicalmente. El objetivo es evitar que se propaguen los contagios. El estado de alarma sí permite la celebración de bodas, bautizos o funerales siempre que se extremen las medidas de seguridad impuestas por Sanidad. Y por lo general, las comunidades y ayuntamientos han tomado buena nota y han seguido las recomendaciones del Ministerio.

La principal medida ha sido la prohibición de funerales y velatorios de personas que hayan fallecido como consecuencia de la enfermedad en lugares como Madrid o la limitación de personas en este tipo de eventos en comunidades como Castilla-La Mancha, por citar algunos ejemplos.

Además, las personas que han estado en contacto con el fallecido y presenten síntomas de infección respiratoria tendrán que permanecer en confinamiento y no podrán acudir al funeral, tal y como se publica en la resolución oficial de Castilla-La Mancha. Aquellos que no presentes síntomas, pero hayan estado en contacto podrán acudir provistos de una mascarilla quirúrgica.

Una mujer con mascarilla en un hospital español. (AP Photo/Emilio Morenatti)
Una mujer con mascarilla en un hospital español. (AP Photo/Emilio Morenatti)

En el caso de otros tipos de fallecimientos, no relacionados con la pandemia, se deberán extremar las precauciones, evitando grupos superiores a 10 personas, manteniendo una higiene óptima para evitar contagios o procurando una separación de dos metros.

El protocolo en Madrid además obliga al traslado de los cuerpos desde el hospital hasta cámaras cerradas y aisladas antes de llevarlos al cementerio o al crematorio. Estas circunstancias excepcionales hacen que los operarios tengan que llevar equipos de protección especial y el saco en el que se transporta al difunto tiene un grosor mayor que el habitual, tal y como revela Uppers.

La situación ha dejado estampas desoladoras, de familias que han enterrado a sus seres queridos en soledad o personas cercanas que no han podido asistir a los sepelios por seguridad. Algunos de ellos han utilizado las redes sociales para desahogarse y poner de relieve el doble dolor que viven durante la crisis del coronavirus; no solo sufren la pérdida de un ser querido, sino que además no pueden despedirse de él como se merece.

Twitter ha servido para compartir con los demás algunas de las situaciones vividas y lo duro que está resultando. Una situación anómala que se va a prolongar hasta que el virus sea controlado.

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