Copa de la Liga. Línea de tres y el Pulga Rodríguez: Colón, la sorpresa del torneo y la rebelión de los serios

El Pulga Rodríguez no es el único que aporta sonrisas en Colón: hay mucho más
El Pulga Rodríguez no es el único que aporta sonrisas en Colón: hay mucho más

Dos años atrás, cuando Eduardo Domínguez estaba a punto de rubricar su arribo a Nacional, de Montevideo, Leonardo Burián, el arquero de Colón, que hoy tiene 37 años, lo definía con una precisión entusiasta: “Es un técnico que le gusta trabajar mucho y pone énfasis en eso. Es de los técnicos argentinos a los que les gusta un fútbol dinámico. Busca generar un juego muy vertical, pero no es del estilo de la tenencia de pelota, le gusta más atacar. Está todo el tiempo trabajando el tema táctico, el orden del equipo para no quedar mal parados”.

Eduardo Domínguez apenas dirigió en dos equipos: Huracán y Colón
Eduardo Domínguez apenas dirigió en dos equipos: Huracán y Colón


Eduardo Domínguez es el cerebro de la sensación del torneo

De 42 años, serio, estructurado, de voz reñida con el exceso y siempre con la imagen de Carlos Bianchi que rodea su aura, Domínguez es un entrenador que seduce con apenas un título en su campaña: la Supercopa uruguaya de 2019. Huracán, Nacional y Colón, en dos etapas, se suceden en su currículum. Ahora, en el Sabalero, en tres competencias, alcanza el 66,67 por ciento de efectividad. Creó un Colón a tono con su personalidad: serio, seguro y, en lo posible, ganador. Es el mejor equipo en el arranque de la Copa de la Liga, algo así como lo fue Banfield en el torneo pasado, que no pudo rubricar su dominio conceptual porque perdió en la definición por penales contra Boca. Es, sencillamente, el Taladro de hoy: defiende, ataca, apuesta por los pibes, no se queja por las partidas y tiene una sonrisa que traspasa su barba excedida y cuidada cuando el Pulga Rodríguez toca el balón. A los 36, es uno de los pocos que causan simpatía y admiración en el ambiente. El Morro García era otro de ellos. Un círculo cada vez más reducido: los que siguen haciendo reír.

Luego de alcanzar la final de la Copa Sudamericana 2019, Colón sólo veía el tobogán hacia el descenso. Vino el bajón, inevitable, pero Domínguez volvió a armar un equipo a su medida. Lo reconstruyó. No disminuyó el carácter del equipo las salidas de Tomás Chancalay a Racing y Alex Vigo a River, dos piezas indispensables. Se reacomoda con jóvenes como Facundo Garcés o Eric Meza, de 21 años, caudillos como Paolo Goltz (35) y figuras que en la casa del Negro recuperan su mejor versión, como Alexis Castro o Nicolás Leguizamón.

Seguía Burián con la descripción a El País, de Montevideo: “Juega –no siempre- con una línea de cuatro, un cinco adelante de la línea final, bien parado y dos volantes por fuera. Si tiene un enganche de características que le guste tener la pelota, que sea un mágico, a veces lo pone, si no coloca tres puntas: dos por afuera y un centrodelantero. Es un técnico de perfil bajo, que le gusta hablar con su trabajo. Cuando yo llegué me dijo: ‘La pirámide de todo el éxito es en base al trabajo de todos’. Le gusta la disciplina”. Otra vez, la imagen del Virrey se da una vuelta. “Mi suegro es el modelo a seguir”, contó Domínguez -pareja de Brenda Bianchi-, cuando escribía en el pizarrón el prólogo de su carrera.

Colón es el mejor conjunto del fútbol argentino, la sorpresa, porque ganó los tres partidos y es el líder de la Zona 1 con 9 puntos sin haber sufrido ni un gol. No llena los ojos, pero cubre todos los casilleros de los que consideran un buen equipo, noble, de buena madera. “Venimos de una buena base de trabajo, llegaron chicos que jerarquizaron el plantel. Entre esos dos recursos, está la clave. Pero no hay que descuidarse: el fútbol argentino es muy parejo, son todas finales. No queremos volvernos locos ni perder el eje. La base es engrosar el promedio y ser competitivos”, explica Federico Lértora, el equilibrista del círculo central.

Pulga Rodríguez y una selfie inolvidable: en la puerta del hotel, durante el banderazo de los hinchas de Colón.
Mauricio Garín / Gentileza El Litoral


Pulga Rodríguez y una selfie inolvidable: en la puerta del hotel, durante el banderazo de los hinchas de Colón, en la antesala de la Sudamericana 2019 (Mauricio Garín / Gentileza El Litoral/)

El promedio de Colón es de 1.111, un salto cuantitativo, ya que ahora tiene seis equipos debajo. Cuando empezó el torneo, sólo estaba encima de Godoy Cruz (sin contar los ascendidos Platense y Sarmiento). Espía las dos tablas: en la del futuro y en la de hoy, que confirma la tendencia de nuestro fútbol: cualquier atrevido puede soñar, a diferencia de otras ligas. Lo demostró Banfield en el torneo anterior, recientemente víctima de la efectividad sabalera en la última función: 0-3 en el estadio Florencio Sola. Más allá de que Boca consiguió los dos últimos trofeos, la ambición de los que menos tienen es una marca registrada de nuestro fútbol.

Manchester City le lleva 14 puntos al United en la Premier League, el trinomio Atlético de Madrid, Real Madrid y Barcelona gobiernan la Liga de España, Inter y Milan manejan la Serie A y Bayern Münich es el dueño absoluto de la Bundesliga.

Suele jugar Colón con un elástico 3-4-2-1, como la moda europea que maneja los tiempos en los últimos meses; defiende con criterio, es muy efectivo, y, en general, cede la posesión de la pelota. En el triunfo en su casa frente a San Lorenzo por 2 a 0 dispuso del 44 por ciento de la tenencia. Otra de las huellas del fútbol actual.

La última exhibición de Colón

Aquí a la vuelta, los líderes son Colón y Vélez, también con 9 puntos, en la Zona 2. Con el sello de Mauricio Pellegrino, de 49 años y con experiencia en el exterior, pero con el mismo perfil de Domínguez. Serio, trabajador, lejos de los libres pensadores del juego bonito. “Queremos aprender y eso me da ilusión, en nuestro fútbol es todo muy parejo”, advierte. Con 7 puntos, asoma la cabeza Estudiantes, que ya tiene incorporado el sello de Ricardo Zielinski, otros de los capataces del equilibrio y la moderación. “Tratamos de buscar una línea, un equipo y sostenerlo”, asegura el Ruso.

Argentinos, otra sorpresa

“Es un gran desafío para nosotros jugar con un equipo como Boca y es bueno medirse ahora. Jugar con los mejores equipos del país nos puede poner en el lugar donde estamos. Vamos a jugar también Copa Libertadores y nos sirve medirnos con los mejores”, asegura Pellegrino, que este domingo se cita con el gigante, en Liniers. Lo de Colón es más austero: se encuentra este sábado con Aldosivi, el arriesgado equipo de Fernando Gago. La estación Santa Fe es la revelación en un certamen que apenas se despereza. Lo conduce Eduardo Domínguez, el estilo de entrenador que hoy sostiene el ideal: táctica, lucidez y, cuando frota la varita, algún golazo del Pulga.