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Copa Libertadores. Toto Salvio, el goleador de Russo con números de un 9 y que cubre la sequía de los delanteros

Faltaban apenas dos minutos para que terminara el partido de Boca en Medellín frente al DIM. Eduardo Salvio, hombre de fe y de repentino olfato goleador, hizo una diagonal y pescó el rebote que dio el arquero colombiano. Quizás otro futbolista hubiera pensado en el 9, o sea en Walter Bou. Pero el Toto le dio al arco. Y fue el único gol de Boca, que le significó tres puntos más y la posibilidad de clasificarse a los octavos de final el próximo martes con un empate en la Bombonera con Libertad de Paraguay, que ya no tendrá a Ramón Díaz en el banco de suplentes.

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El gol no es casualidad. Las estadísticas de Salvio en la era Russo lo transforman en el arma mortal del equipo: lleva 10 goles en 12 partidos y es el goleador del ciclo. Además, convirtió en siete de los últimos ocho partidos (sólo se salvó Gimnasia, el conjunto que dirige Diego Armando Maradona). Mucho tienen que ver sus compañeros: Franco Soldano, el 9 titular del equipo, se ganó el puesto a fuerza de sacrificio, más que de goles. De ese trabajo sucio se alimenta el Toto.

En Medellín, Salvio sacó a relucir su fanatismo por Dragon Ball, la serie japonesa de manga. Hizo un festejo llamado "kame hame ha", que es una técnica de combate. Nunca mejor elegido, porque cada partido de Boca es un combate: parada la competencia doméstica por la pandemia del coronavirus, debe luchar contra equipos que se entrenan (y juegan, en el caso de Libertad de Paraguay la semana pasada) desde hace mucho más tiempo. Es un trabajo extra para la mente y, sobre todo, para el cuerpo.

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"Aquí estamos, para dar todas las batallas que tengamos enfrente", resumió el Toto luego de ganar el trofeo al mejor jugador del partido. Además, el goleador de la noche hizo un análisis de la actuación del equipo xeneize: "Felicito a mis compañeros por el trabajo de hoy. Fue un partido duro, pero hicimos un buen encuentro. En el primer tiempo tuvimos situaciones para irnos al descanso con una ventaja importante", recordó.

En esa primera parte, el propio Salvio dispuso de una ocasión inmejorable luego de ofrecerse como descarga de Carlos Tevez, que también tuvo una buena actuación. Salvio, sin pensarlo demasiado, remató al arco y el arquero colombiano Andrés Mosquera sacó una mano de la nada para evitar el gol, ayudado por el travesaño.

Salvio también reconoció que los viajes y la exigencia de jugar partidos internacionales sin tener ritmo de competencia les pasaron factura: "Después se vio el cansancio, tuvimos una marcha menos respecto al anterior partido. El equipo compitió bien y la victoria fue merecida", valoró el goleador, que repitió en esa faceta lo que ya había mostrado en Asunción contra Libertad y que le valió incluso los elogios de Ramón Díaz.

Salvio grita goles por él y por sus compañeros. Es curioso, porque si algo destaca al plantel que tiene a su disposición Russo es el poder de fuego. Sin embargo, Ramón Ábila no convierte desde el 1-1 con Caracas en Venezuela (el 4 de marzo), mientras que Franco Soldano no lo hace desde incluso antes: el 2-0 en la Bombonera frente a Atlético Tucumán (jugado el 9 de febrero). Y Walter Bou todavía no se estrenó en la red en su segundo ciclo con la camiseta xeneize (su último gol data del 10 de febrero, cuando todavía jugaba para Unión). Así, a falta de artilleros en racha, Boca celebra con el olfato de Salvio, su goleador inesperado.