Copa Libertadores: el campeón inicia la defensa del título

Días de gloria. Orgullo absoluto. Paraíso terrenal. Estos y otros tantos calificativos podrían definir el presente emocional de River Plate luego de la reciente e inolvidable final ganada a su máximo rival histórico.

Esa definición tan soñada y que parecía imposible de darse, se hizo realidad en 2018, un año que quedará marcado a fuego en la memoria de sus hinchas y que será recordada por generaciones.

Pero más allá de este presente pletórico, el mundo sigue rodando y los objetivos para el futuro cercano golpean la puerta de la realidad. No es cuestión de dormirse en los laureles sino de ratificar el buen paso y reafirmar la hegemonía que el equipo viene demostrando luego de haber caído a lo más profundo en 2011 con el doloroso descenso del que supo resucitar con más fuerzas, demostrando que se puede volver a ver la luz luego de sucumbir a la oscuridad.

River inicia la defensa del título más importante de su historia ante Alianza Lima en la capital peruana. River va en busca de su quinta corona, queriendo posicionarse en ese rubro entre los mejores, buscando alcanzar a Peñarol en número de conquistas, colocándose a una por debajo de Boca Juniors y a dos del máximo ganador Independiente.

Plantel tiene de sobra, la dirección técnica no puede ser mejor, anímicamente está en un grado superlativo, razones más que suficientes como para ubicarse como el gran candidato a repetir la hazaña.

River obtuvo cuatro copas: en 1986 con el “Bambino” Veira de técnico y figuras de la talla de Oscar Ruggeri, Américo Rubén Gallego, Antonio Alzamendi, Norberto Alonso; en 1996 bajo la tutela de Ramón Ángel Díaz y futbolistas como Enzo Francéscoli, Hernán Crespo, Matías Almeyda, Ariel Ortega; y luego las dos ganadas de la mano de Marcelo Gallardo en 2015 y 2018, donde se destacaron Jonatan Maidana, Leonardo Ponzio, Lucas Alario, el “Pity” Martínez, Lucas Pratto, entre ambas.

Un dato curioso: en ambos partidos definitorios, tanto en 2015 y 2018, el que estuvo en el campo de juego dirigiendo al equipo fue Matías Biscay, ayudante técnico de Gallardo, quien en los dos choques estuvo suspendido.

River había quedado a un paso de la gloria en 1966, tras caer en una de las finales más espectaculares de la historia ante Peñarol en Santiago de Chile, cuando tras ir ganando 2 a 0 terminó cayendo 4 a 2.

Diez años más tarde volvió a sucumbir ante Cruzeiro de Belo Horizonte, con aquel equipo que magistralmente dirigía Ángel Amadeo Labruna, uno de los grandes ídolos del club, y en cuya formación se destacaban figuras de la talla de Ubaldo Matildo Fillol, Daniel Passarella, Reinaldo Merlo, Juan José López y Norberto Alonso.

River va por la quinta. Tendrá un duro debut en Lima, ante un equipo dirigido por Miguel Ángel Russo, un experimentado técnico que supo ganar la Copa Libertadores nada menos que al frente de Boca Juniors en 2007, justamente la última que alzó el conjunto Xeneize.

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