Copa América. Los Vengadores contra los fantasmas: Messi, Di María y Agüero volverán a jugar una final en el estadio Maracaná

Angel Di María elude a David Ospina; fue en la jugada que Argentina no pudo convertir a pocos minutos del final
Andre Penner

Lionel Messi lanza una sonrisita nerviosa y sube las cejas en señal de resignación. Las imágenes le repiten esa jugada, esa. La entrada por la izquierda y el zurdazo cruzado que se pierde pegado al palo opuesto de Manuel Neuer. La que tantas veces terminó en gol de Barcelona, menos aquel día para la selección. Fatídico 13 de julio de 2014, la tarde que lo premiaron como el mejor futbolista de la Copa del Mundo, mientras el trofeo importante se paseaba de mano en mano entre los alemanes. El peor día de su vida deportiva. “Qué se yo…, ¿qué querés que te diga? Una lástima. Una lástima ésa, como otras más, porque las más claras las tuvimos nosotros… Y bueno, nos vamos a arrepentir toda la vida de esas oportunidades que tuvimos y no pudimos meter adentro”, le cuenta al portal de la FIFA. Lo invade la angustia. Tres días antes de que se cumplan siete años, volverá a jugar una final en el Maracaná. No existe compensación; sí, una oportunidad magnífica para enfrentar los fantasmas.

Lionel Messi convierte su disparo frente a David Ospina durante la tanda de penales del partido entre Argentina y Colombia por la Copa América 2021
NELSON ALMEIDA


Lionel Messi convierte su disparo frente a David Ospina durante la tanda de penales del partido entre Argentina y Colombia por la Copa América 2021 (NELSON ALMEIDA/)

Después de perder el duelo decisivo contra Alemania, el capitán argentino tuvo que cumplir con el protocolo. Premios y saludos de rigor. Cuando bajó del palco oficial se deshizo de esa distinción vacía de la FIFA, le quemaba en las manos. Casi con desprecio se la dio a Alberto Pernas, un administrativo de la AFA, y en silencio le imploró que la hiciera desaparecer.

Vuelve al Maracaná. El sábado próximo estará Brasil adelante, otro gigante. Ahora, con dimensión sudamericana. Messi nunca le ganó un partido oficial al ‘Scratch’. Messi perdió todas las finales que jugó con la selección mayor: el mencionado mundial y las Copas América 2007, 2015 y 2016. Las rachas están para cortarlas. Los demonios, para exorcizarlos.

A veces parece que Messi vuela... aquí lo hizo por efecto de un cruce de Wilmar Barrios
SILVIO AVILA


A veces parece que Messi vuela... aquí lo hizo por efecto de un cruce de Wilmar Barrios (SILVIO AVILA/)

No será el primer retorno al mítico teatro. Messi, después de la final, volvió a pisarlo en la Copa América anterior, en 2019, cuando la Argentina venció 2-0 a Venezuela, por los cuartos de final. Con goles de Lo Celso y Lautaro Martínez, ejes del ala renovadora. Pero los protagonistas de este relato son tres históricos. Tres ‘viejos caprichosos’ que alguna vez advirtieron que no se piensan ir de la selección hasta ganar algún título. Tendrán otra ocasión para intentar calmar sus conciencias. Ese día de 2019 contra Venezuela, Messi (34 años) y Sergio Agüero (33) fueron titulares. Ángel Di María (33) reemplazó a Lautaro cuando quedaba media hora. Por eso no se tratará de un reencuentro con el estadio. Ya se vieron las caras. La cuenta pendiente es con la gloria.

Cada uno arrastra un deseo de venganza diferente. Ángel Di María y su trauma con las finales. Y, de alguna manera, todo comenzó en el Maracaná. La mañana del 13 de julio de 2014 llegó la carta. Tenía membrete del Real Madrid. No era una mañana cualquiera, era la mañana de la final del mundo. Ángel Di María estaba sentado en una camilla, listo para infiltrarse. Ya corría sin dolor, pero solo habían pasado ocho días desde el desgarro contra Bélgica, en los cuartos de final. El sobre se lo entregó el doctor Daniel Martínez, pero Di María ni lo abrió. Lo destruyó en mil pedazos. Estaba furioso, y a la vez muy sensibilizado. Horas antes le había confiado a Alejandro Sabella que estaba a su disposición. “Voy a jugar hasta que me rompa si me necesitás…”, le dijo, y se largó a llorar. Fue al banco Di María, y aunque volvió a infiltrarse en el entretiempo del Maracaná por si acaso, nunca entró. El alemán Mario Götze se encargó del peor desenlace para la Argentina.

Socios y amigos desde siempre: Messi y el Kun Agüero
AP Photo / Bruna Prado


Socios y amigos desde siempre: Messi y el Kun Agüero (AP Photo / Bruna Prado/)

Un mes más tarde, Di María era jugador del Manchester United. “Volví a Madrid y me peleé con todos. La carta la firmó el médico, pero era obvio que venía del club. El Real quería a James Rodríguez después del Mundial y me querían vender para hacerle lugar a él. Así que buscaban que su jugador no se rompiera antes de venderlo. Ya no tenía sentido, ya me había perdido la final. Y esa final todavía me persigue. Algunos sospecharon que no la quise jugar por eso de la carta, boludeces. Perdimos y me cayeron, insinuando que me había borrado. El partido que no jugué es el que más me duele de mi carrera”, le contó Di María a LA NACION. Vaya si la final del sábado será especial.

Completa el triángulo de protagonistas el ‘Kun’ Agüero. El delantero se había desgarrado contra Nigeria, en el último partido del grupo. No había llegado físicamente bien a la Copa del Mundo. Por eso llamó la atención que tras el primer tiempo en cero, ‘Kun’ reemplazara a Lavezzi… el mejor hasta entonces de la Argentina. Encendido fue el debate y se tejieron mil versiones; hasta se rumoreó que Messi le planteó el cambio a Sabella en el vestuario.

Di María entró en buena forma en la segunda mitad; aquí, en la disputa con Frank Fabra
Alexandre Schneider


Di María entró en buena forma en la segunda mitad; aquí, en la disputa con Frank Fabra (Alexandre Schneider/)

Con el tiempo, ya alejado de la AFA, el entrenador ofreció sus explicaciones: “No sé si estuvo bien o mal sacar a Lavezzi, que estaba haciendo un gran partido, pero, visto y considerando nuestro desgaste con respecto al de Alemania, pensé que no nos convenía ir al alargue, y opté por la entrada de Agüero para darle un socio a Messi en ataque”. La Argentina arrastraba dos alargues –Suiza y Holanda– y Alemania no se había desgastado para aplastar 7-1 a Brasil. “Lavezzi jugaba detrás de Messi y el ‘Kun’, adelante. Si sacaba a otro jugador, quedaba demasiado desbalanceado el equipo. Nos faltó efectividad, porque en el segundo tiempo tuvimos opciones; la de Messi, a Higuaín le hicieron un penal, y Palacio tuvo otra”, detallaría el entrañable Sabella. Sus colaboradores, Gugnali y Camino, han contado que la variante estaba pensada desde antes de la final. Lo cierto fue que a Agüero le faltó frescura y explosividad para la estatura del partido.

Messi-Di María-Agüero. Estuvieron juntos en 2010. Y en 2011, 2014, 2015, 2016, 2018, 2019. Juntos perdieron tres finales y volverán a intentarlo el sábado. ¿La última? Probablemente. Están motivados, encendidos y algo rencorosos, también. Los vengadores van por el Maracaná.