Conviértete en futbolista por 5.000 euros: el extraño caso del Real Avilés

El estadio Suárez Puerta de Avilés durante un partido del equipo local. Foto: Twitter @RealAviles_SAD
El estadio Suárez Puerta de Avilés durante un partido del equipo local. Foto: Twitter @RealAviles_SAD

Vivimos tiempos modernos en los que nada es lo que parece. En los que toda una presidente de una comunidad autónoma puede permitirse el lujo de “renunciar” a un título de un máster que, según todos los indicios, nunca estudió. En los que los tifos, esas sorprendentes y maravillosas coreografías que las aficiones montan en la grada para sorprender e intimidar al rival, ahora son subvencionados por los clubes y anunciados con semanas de antelación. En los que ahora, para convertirse en futbolista, no es preciso el talento y el esfuerzo en los entrenamientos; simplemente, como en cualquier otro curso, basta con inscribirse y pagar la cuota correspondiente.

Esto último, tan extraño como suena, es lo que parece estar ocurriendo en el Real Avilés. Y además, puede que nos encontremos ante una estafa en toda regla. Así lo ha denunciado Dylan López, jugador mexicano de 22 años que ha pasado seis meses intentando hacerse un hueco en el equipo asturiano de Tercera División y ahora ha decidido volver a su país ante lo que él califica de “continuas mentiras”.

Según cuenta al diario regional El Comercio, a Dylan, que tiene pasado en el fútbol argentino y el nicaragüense, le contactó José Ramón Cañedo, antiguo asesor económico del Avilés, para ofrecerle la experiencia de jugar en Europa. A cambio de 5.000 euros (la mitad nada más llegar a Asturias, la otra mitad a plazos), le proporcionaría una ficha con el primer equipo, además del alquiler de un piso para vivir, ropa de entrenamiento y los visados. Así, se presentó en España el pasado mes de octubre junto con otros tres compatriotas, aparentemente llegados en las mismas condiciones.

Pero nada de esto se cumplió. Nunca ha llegado a entrenarse con la primera plantilla, sino que lo hacía con el filial, en Primera Regional, dos categorías por debajo. El alojamiento inicialmente fue un hotel, y luego un piso en Luanco, localidad a 15 kilómetros de Avilés, con los inconvenientes que eso suponía. Y por los papeles y la ropa, asegura, “todavía sigo esperando”. Todo eso, a pesar de que sí que cumplió con la primera mitad del pago, “en diferentes plazos, pues la tarjeta no me dejaba sacar más de 200 al día”.

Por eso mismo López ha optado por hacer pública su situación antes de regresar a México. “Doy por perdidos los 2.500 euros porque el dinero no es lo que más me importa, pero quiero que todo el mundo sepa lo que han hecho conmigo. He perdido toda la temporada y el tiempo es lo más valioso que tiene una persona”, se queja, aclarando que llegó a rechazar otra oferta que tenía de Costa Rica porque consideró que la oportunidad del Avilés podría ser una buena puerta de entrada a Europa.

Por su parte, Cañedo lo niega todo: sostiene que nunca le llegó a prometer un contrato con el primer equipo (“porque no era mi función”), sino “una prueba con el filial, la cual no superó”, ya que, según alega, “no es lógico que se le ofrezca a nadie sin haberlo visto jugar un piso, un contrato y todas esas cosas”. Además, sostiene que nunca ha recibido los 2.500 euros (aunque El Comercio dice que el jugador le mostró conversaciones de WhatsApp en las que se habla del pago) y amenaza con emprender acciones legales por difamación. Recalca también que los otros tres jugadores mexicanos llegados con Dylan no han presentado ninguna queja.

La situación, confusa de por sí, se enmaraña un poco más cuando se comprueba que existe un contrato, en el que figura Cañedo como administrador de una entidad llamada Impronta Sports Agency, que Dylan asegura no haber firmado pero sí haber visto cómo se lo entregaban a uno de sus compañeros. En él no consta ninguna de las promesas que Dylan dice que le hicieron, pero sí que figura que los futbolistas habrán de pagar los 5.000 euros, y también se indica muy claramente que “dada su condición de aficionado” (la Tercera División española no se considera profesional) el jugador “no percibirá remuneración alguna”.

¿Está funcionando el Avilés como una tapadera para que extranjeros aspirantes a futbolista intenten, previo pago, hacerse un hueco en el balompié español? Las investigaciones deberán seguir su curso, pero, tal como indica el periodista Santy Menor en El Comercio, lo cierto es que el propio club reconoce que “es cierto que se facilita que lleguen jugadores a entrenar sin coste alguno para el club, pero es siempre a prueba y a ninguno se le garantiza un contrato”. Y no son pocos los foráneos que figuran en la primera plantilla y en la del filial, algo inusual para un equipo tan modesto. De hecho, el tuitero especializado en fútbol modesto @eibarsestaoX recuerda que ya son más de 50 jugadores de nacionalidades diversas los que han disputado partidos para el club en lo que va de temporada.

Los blanquiazules son uno de los equipos históricos del fútbol español. Fundado en 1903, ha militado muchas campañas en Segunda (en los años ’50 estuvo a punto de ascender a Primera) y en Segunda B, aunque hoy malvive en el grupo asturiano de Tercera, donde lucha por no caer a Regional. Si el panorama deportivo es duro, no es menos caótico el institucional: desde 1997 el máximo accionista es el empresario José María Tejero, quien llegó a crear la curiosa fórmula de mantener él la propiedad de las acciones y la presidencia pero delegar la gestión en empresas externas. En todo este tiempo los impagos a los futbolistas y los conflictos judiciales han sido moneda corriente. Se da la circunstancia de que Tejero está acusado de estafa por otro de sus negocios inmobiliarios y se arriesga a dos años y medio de cárcel.

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