Comer una loncha de bacon al día se relaciona con un mayor riesgo de cáncer colorrectal

Creíamos que el peligro estaba en un consumo excesivo, pero hay nuevos datos en la relación entre carnes rojas y el desarrollo de problemas de salud

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No hace falta pegarse un atracón de carne procesada para elevar el riesgo de cáncer, con un poco basta. (Foto: Getty)

En 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya advirtió de que la carne roja tiene componentes cancerígenos, y concluyó que hay pruebas suficientes para clasificar esta y la procesada como “carcinógena para los seres humanos”.

A través de la la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) declaró que un consumo excesivo de estos alimentos implica un mayor pronóstico de cáncer colorrectal. Pero ahora una nueva investigación afirma que basta con ingerir una pequeña cantidad al día para incrementar el riesgo.

Hay evidencias de que el consumo de carne roja (muy hecha) aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de colon, de páncreas, de mama y de riñón. (Foto: getty)

En concreto, tomar unos 25 gramos de carne procesada al día, el equivalente a una loncha de bacon, se asocia con un mayor riesgo de cáncer colorrectal, de acuerdo con un gran estudio liderado por la Universidad de Oxford, que publica International Journal of Epidemiology.

“Una pequeña cantidad de carne procesada parece tener el mismo efecto que una gran cantidad de carne roja”, cuenta a CNN el profesor Tim Key, coautor del estudio y director adjunto de la unidad de epidemiología del cáncer de la Universidad de Oxford.

Según los resultados, el riesgo aumentó un 19 por ciento con cada 25 gramos de carne procesada que las personas comían por día, y un 18 por ciento con cada 50 gramos de carne roja consumida; es decir, un corte grueso de carne asada o o la porción comestible de una chuleta de cordero.

Es decir, que las personas que comieron 76 gramos de carne roja y procesada por día (eso está en línea con las pautas actuales, y es más o menos lo mismo que una hamburguesa de carne de vaca de un cuarto de libra) tenían un 20 por ciento más de posibilidades de desarrollar cáncer colorrectal en comparación con quienes comieron 21 gramos al día, el equivalente a una loncha de jamón, según esta investigación.

Durante el estudio se realizó un seguimiento de las dietas de casi medio millón de adultos en el Reino Unido, con edades comprendidas entre los 40 y los 69 años, y sus dietas se estudiaron durante un promedio de cinco años. Durante este tiempo, 2.609 de los participantes desarrollaron cáncer colorrectal.

Reducir el consumo de carne roja disminuye las posibilidades de desarrollar cáncer de intestino. Por eso, expertos como la Dra. Julie Sharp, del Charity Cancer Research UK, sugieren reducir la carne roja y procesada probando los lunes sin carne, o recetas que lleven pollo y pescado fresco. (Foto: EUGENE MYMRIN/GETTY IMAGES)
Reducir el consumo de carne roja disminuye las posibilidades de desarrollar cáncer de intestino. Por eso, expertos como la Dra. Julie Sharp, del Charity Cancer Research UK, sugieren reducir la carne roja y procesada probando los lunes sin carne, o recetas que lleven pollo y pescado fresco. (Foto: EUGENE MYMRIN/GETTY IMAGES)

“Nuestros resultados sugieren que las personas que comen carne roja y procesada cuatro o más veces a la semana tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de intestino que las que comen carne roja y procesada menos de dos veces por semana”, afirma Key.

La investigación encontró que otro factor que aumenta el riesgo de cáncer colorrectal es el alcohol. Con cada botella de cerveza o un vaso pequeño de vino se elevó el riesgo de cáncer colorrectal en un ocho por ciento. También concluyó que la fibra del pan y el cereal para el desayuno se relacionaba con un riesgo reducido de tumor intestinal, que comienza en el colon o el recto.

El cáncer con más incidencia mundial

En los Estados Unidos, es el tercer cáncer más común, excluyendo los cánceres de piel, y se espera que se produzcan alrededor de 51.020 muertes debido al cáncer colorrectal en 2019, según la American Cancer Society.

En el Reino Unido, el cáncer colorrectal es el tercer cáncer más común en hombres y mujeres, según Cancer Research UK.

El cáncer de colon es el más frecuentemente diagnosticado en España, siendo el segundo en mujeres, después del cáncer de mama, y el tercero en frecuencia en hombres, después del de pulmón y próstata. En España, se diagnostican cada año alrededor de 44.900 nuevos casos, si bien el cáncer de colon se puede curar en el 90 por ciento de los casos si se detecta precozmente.

Por ello, la recomendación de los expertos de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) para la población es participar en los programas institucionales de cribado de la comunidad donde se resida si se tienen más de 50 años o si se forma parte de los grupos de riesgo.

“Gracias al cribado, no solo se identifican las lesiones existentes de forma precoz, sino que se evita que los pólipos se conviertan en tumores malignos. Según los datos disponibles, una vez realizado el test, se estima obtener sangre oculta en heces positiva entre 5-8 por ciento de las pruebas realizadas, y es solo a este grupo a quienes se les indica un paso más de control con la colonoscopia. De estas colonoscopias, entre un 40 y un 50 por ciento presentan pólipos o lesiones precancerosas, que según sus características pueden tratarse durante dicho procedimiento”, explica la Dra. Mileidis San Juan Acosta.

Recomendaciones de la FEAD según grupo de población
Los programas de cribado establecen diferentes grupos de población según los factores de riesgo asociados, y así también varían las recomendaciones para cada grupo:

SIN ANTECEDENTES FAMILIARES

  • Menores de 50 años: la recomendación es adoptar un estilo de vida saludable: realizar una dieta sana, evitar el sobrepeso y la obesidad, no fumar y hacer ejercicio físico.

  • Mayores de 50 años: la recomendación es participar en los programas de cribado de la comunidad autonómica, que consiste en el test de detección de sangre en heces, y solo si es positivo, el paso siguiente será una colonoscopia.

CON ANTECEDENTES FAMILIARES

  • Las personas con antecedentes familiares de cáncer de colon o pólipos, requieren una valoración especial que varía según el número de familiares afectos, el grado de parentesco y la edad en el momento de diagnóstico, por lo que la recomendación es consultar con el médico. Tras una primera colonoscopia, los intervalos de vigilancia endoscópica se ajustan a los hallazgos endoscópicos.

CON DIAGNÓSTICO PREVIO DE TUMOR O PATOLOGÍAS ESPECÍFICAS

  • Las personas con diagnóstico de adenomas o cáncer de colon, o aquellas que padecen Enfermedad Inflamatoria Intestinal (Colitis Ulcerosa o Enfermedad de Crohn), o ciertos síndromes hereditarios, deben cumplir con el seguimiento indicado por su especialista en cada caso.

¿Qué hacer para prevenirlo?

Se aconseja una dieta baja en grasas,carnes procesadas y rojas, especialmente las muy cocinadas y en contacto directo con el fuego; y rica en fibras frutas, verduras, legumbres y cereales integrales; calcio y vitamina D.<

La ‘prevención primaria’ también supone dejar de lado el tabaco, el alcohol y evitar el sendentarismo y el sobrepeso.

Además, “se recomienda prestar atención al colon y saber detectar si hay un cambio en el ritmo intestinal, cambios de peso, sangre en heces… en estos casos no debemos dudar en consultar al médico de Atención Primaria. Debemos ocuparnos del colon, incorporar su cuidado a nuestra rutina de salud siguiendo las recomendaciones de los expertos tal y como hacemos con la prevención de otros cánceres”, concluye la doctora.

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