Los colchones y su reciclaje, un problema medioambiental

El reciclaje de colchones se ha convertido en un problema a tener en cuenta cuando de cuidar el medio ambiente se trata. Así lo desvela un amplio reportaje publicado por The Guardian en el que desvelan lo complicado que es la reutilización de sus materiales, el cambio del modelo de negocio en la venta de estos artículos de descanso y los problemas existentes con los negocios fraudulentos en el sector.

El reciclaje de colchones se ha convertido en un problema medioambiental. (Foto: Getty Images)
El reciclaje de colchones se ha convertido en un problema medioambiental. (Foto: Getty Images)

Los números en el Reino Unido dan una idea de la magnitud del problema. En 2017, señalan desde el diario británico, se tiraron más de 7 millones de colchones que fueron a parar directamente al vertedero. Y según la National Bed Federation (NBF) de todos ellos solo un 19% se recicla. Las razones son varias. Por un lado está lo complicado y costoso del proceso. Por otro, el hecho de que una buena parte de los materiales de los que se fabrican no encuentran una salida para ser reutilizados de nuevo.

Y, por último, entra en juego el aumento del mercado de colchones. En la actualidad la facilidad para acceder a uno nuevo hace que este artículo, que antes se cambiaba cada siete u ocho años, ahora se renueve más a menudo. Cada vez son más las compañías que ofrecen probarlo durante un tiempo y si no se está satisfecho devolverlo pasado ese periodo. Pero, ¿qué pasa con ese colchón ya usado que no puede volver a venderse como nuevo?

En The Guardian citan un reportaje realizado por The Wall Street Journal en el que el periodista que lo firmaba aseguraba que había hecho cuentas y aprovechando este tipo de ofertas y políticas de devolución podía pasar ocho años durmiendo en un colchón totalmente gratis. Esos artículos devueltos a veces van a parar a residencias u hospitales que los reutilizan tras cambiarles la cobertura, pero lo cierto es que una gran parte acaba en el vertedero.

Allí se acumulan y acumulan convirtiéndose en un problema. El diario británico visitó algunas de las plantas que se dedican al reciclaje de colchones como Scollick, Allsopp y Circom en el país y sus responsables le contaron los problemas a los que se encuentran a diario, que van desde el estado asqueroso -porque no hay otra palabra para describirlo- en el que llegan algunas unidades a los falsos recicladores que actúan fuera de la normativa.

En este punto es donde entra en juego la estafa. Cuentan que hay quien tiene todo un negocio en torno a la recogida de colchones usados que después arreglan hasta cierto punto para hacerlos pasar por nuevos falsificando etiquetas y embalaje. Otros acaban acumulados por estas redes de corrupción amontonados en cobertizos hasta que no cabe ni uno más, abandonados, sin que nadie se haga cargo de ellos.

Una situación compleja y sin recursos para ponerle fin que ha obligado a la National Bed Federation a establecer un código y un sistema por el cual acreditan a recicladores oficiales para intentar que se cumpla la ley. No es sencillo y son muchos los que siguen actuando al margen contribuyendo a que los colchones se hayan convertido en un problema medioambiental que no exclusivo del Reino Unido. En Estados Unidos, por ejemplo, la cifra es de 18,2 millones de colchones tirados cada año y solo 56 plantas para reciclarlos. Los números no salen.

En España se habló hace unos meses mucho de un extraño fenómeno vivido en Torrrevieja con la aparición de colchones tirados en la calle sin explicación alguna. Entre los meses de junio y septiembre, los operarios del Ayuntamiento recogieron hasta 9.000 unidades, según publicó El Español. Un misterio sin explicación por el momento que acaba de vivir un nuevo episodio esta misma semana .

El Diario Información informa de que el juzgado de Instrucción 3 de la localidad alicantina ha abierto diligencias para investigar la procedencia de todos esos colchones y cómo llegaron a la calle tras la denuncia del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona). Las autoridades quieren esclarecer si se han dado irregularidades en la gestión del reciclaje. Una de las posibles teorías que recoge este medio local es el doble cobro de su reciclaje recogiéndolos y volviéndolos a tirar. Para evitar esto, desde hace un tiempo se está marcando con spray cada colchón.

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