Chris Paul y la liga de los súper-equipos

Hubo un tiempo en que el comisionado de turno, David Stern, no vio con buenos ojos una posible llegada de Chris Paul a Los Angeles Lakers. Los laguneros venían de lograr dos campeonatos consecutivos en 2009 y 2010 y la presencia del armador junto a Kobe Bryant asustó al responsable de la liga. Menos miedo le dio el ‘Big Three’ de Miami Heat con LeBron James, Chris Bosh y Dwyane Wade. Ahora, con Adam Silver al frente y un contrato billonario entre la NBA y las televisiones con derechos, los temores de una liga desequilibrada por la presencia de dos o tres súper equipos desaparecieron por completo.

CP3 formará junto a James Harden el que sobre el papel luce como uno de los duetos de jugadores exteriores más interesantes de la competición. Sobre la mesa está el deseo de los texanos de hacer frente a Golden State Warriors en la Conferencia Oeste. El base dejó Los Angeles Clippers después de seis años persiguiendo el sueño de un campeonato. Cosas de la vida, hace no mucho formó parte de la comitiva que convenció a DeAndre Jordan para no marcharse a Dallas Mavericks y ahora es él quien toma la decisión de darle prioridad a la posibilidad de un título por encima de la comunión con el pívot, Blake Griffin, J.J. Redick y compañía.

Durante la temporada pasada, Harden y Paul fueron de los 10 jugadores que más veces tocaron el esférico, que más tiempo de posesión del balón tuvieron y que más pases distribuyeron. Los Rockets apuntan maneras y están llamados a imprimir todavía más ritmo a su juego. Mike D’Antoni logró que una de las amenazas de Houston fuera el tempo de su ofensiva y con la llegada de CP3 se anticipa un juego todavía más veloz.

Con este movimiento muy al estilo Kevin Durant, CP3 quiere darse la oportunidad de llegar a unas Finales de Conferencia después de 12 campañas en la NBA, con 32 años de edad y 76 partidos de playoffs en sus piernas, el máximo que ningún jugador haya participado en la postemporada sin llegar a unas Finales de Conferencia.

Con su salida, los Clippers quedan a deriva. Si los angelinos se convirtieron en uno de los equipos a tener en cuenta en el Oeste fue gracias a Paul. Antes de su llegada, la franquicia llegó a playoffs solamente cuatro veces en 27 años, tiempo en que nunca llegaron a las 50 victorias en temporada regular. Su presencia fue esencial para darle un giro al porvenir de los Clippers y cada uno de los seis años que acumuló en el plantel, éstos llegaron a postemporada y sumaron 50 o más victorias en cinco ocasiones.

Tras perder a Paul, las dudas se ciernen sobre los Clippers, quienes tratarán de retener a un Griffin que será agente libre no restringido este verano. Ni siquiera eso les garantiza construir un equipo tan competitivo como el de los últimos años ya que las lesiones le llevaron a perderse 83 partidos en las últimas tres temporadas. Su conducta es un capítulo aparte.

Así las cosas, los Clippers perderán a uno de los artífices que les llevó a llamarse ‘Lob City’ (ciudad de los alley-oops) después de que Paul asistiera en 335 ocasiones para que Jordan o Griffin culminaran este tipo de jugadas.

Los angelinos no pudieron aprovechar la oportunidad de llegar a lo más alto de la NBA cuando pudieron ahora la pelota está en el tejado de unos Rockets que quieren ir más allá: ¿Será Paul George el próximo movimiento?

Entonces estaríamos hablando de un equipo con madera de auténtico campeón. Bienvenidos a la liga de los súper equipos.

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