Champions League: Messi volvió con ganas, pero este flojo Barcelona lo necesitará gigante ante Bayern Munich

Este Barcelona es como la aplicación del VAR: genera dudas y desconfianza, no se sabe si será virtuoso o fatídico. En algo se parecen: apuestan a acciones puntuales, decisivas para el resultado, a costa de hacer el juego discontinuo, racheado, imprevisible. Como Lionel Messi con la pelota, el VAR también hace magia. Una es humana, la otra tecnológica. Así como Leo se inventa una jugada que nadie imagina ni prevé, el VAR le quita un gol por una mano que parece creada por un director de cine de prestigio en efectos especiales.

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Para fortuna del fútbol, la clasificación de Barcelona a los cuartos de final de la Champions League estuvo más influenciada por Messi que por la omisiones -empujón de Lenglet a Demme en el gol de cabeza del francés- o las intromisiones del VAR -una mano de ciencia ficción de Messi, que había bajado la pelota con el pecho y definido con un sutil toque de zurda ante Ospina-.

Gol desde el piso, con coraje y calidad

Al Súper 8 de Portugal avanzó más desde la tranquilidad del resultado (a los 45 minutos ya goleaba 3-0) que desde las certezas del rendimiento. El viernes próximo enfrentará a Bayern Munich (global de 7-1 a Chelsea) sin que lo acompañe la condición de favorito. No lo es por sus últimos antecedentes, con sonoras eliminaciones en Liverpool, Roma y Turín, ni por esta actualidad de equipo volátil, sin el juego de posición como seña de identidad y concesivo contra rivales intensos y resueltos a apurarlo.

En cualquier caso, la mejor noticia para Barcelona fue la implicación que mostró Messi. Depende cada vez más de lo que haga el rosarino, líder futbolístico y también espiritual en el vacío Camp Nou. Enojado por haber terminado segundo de Real Madrid en la Liga de España, Messi había anticipado el sentido que le daría a las breves vacaciones en una embarcación con su familia y la de Luis Suárez: "Hacer autocrítica, limpiar la cabeza y volver con más ganas".

Bayern Munich resolvió la serie ante Chelsea con un global de 7-1

La obsesión de Messi por ganar su quinta Champions League -la úlitma fue en 2015 con el tridente con Suárez y Neymar- está por encima de su escasa identificación con el director técnico Quique Setién. Tampoco permite que su ambición decaiga por la errática gestión de los dirigentes, a los que por ahora les frenó el intento de renovar el contrato que vence a mediados de 2021.

El VAR detectó una mano de ciencia ficción

Contra Napoli, Messi salió dispuesto a resolver la eliminatoria lo antes posible, para poner a resguardo a un equipo que no da muchas garantías. Generó el córner del primer gol. Este Barcelona está tan justo que necesita también una versión luchadora de su capitán. Convirtió el segundo gol entre gambetas, rebotes y definiendo desde el piso, con rabia y calidad. Fue el segundo partido de su carrera contra el Napoli de Diego Maradona, al que le convirtió por primera vez. Fue su 27° tanto por los octavos de final, etapa en la que es el máximo anotador de la historia, con dos más que Cristiano Ronaldo.

Estaba enchufado Messi. Desde atrás se le adelantó dentro del área al zaguero Koulibaly, que no lo vio venir y en su envión del rechazo le entró duro al tobillo izquierdo de Messi, que de tan dolorido no ejecutó el penal, convertido por Suárez. Tras el partido, Quique Setíén trajo tranquilidad sobre las consecuencias de la dura entrada: "Leo tiene un golpe fuerte, pero lo vi bien. Habrá que tratarlo, no creo que haya problema".

Messi bajó el nivel en el segundo tiempo, y con él todo Barcelona. Cuando volvían del descanso, los micrófonos tomaron unas palabras de Messi que parecían advertir lo que se venía: "Tenemos dos goles de ventaja, no seamos pelotudos, vamos a jugar tranquilos". Les costó cumplir con esas consignas. Hubo síntomas de cansancio y escaso recambio, ya que Busquets y Vidal estaban suspendidos; podrán reaparecer ante Bayern Munich. Setién solo hizo dos cambios en un banco que tuvo nueve juveniles entre los 11 suplentes.

El resumen del triunfo de Barcelona

Suárez admitió que Bayern Munich "es candidato, es un gran rival", pero se amparó en una vieja regla del fútbol: "A partido único cualquiera tiene posibilidades, es al 50 por ciento. Es once contra once en noventa minutos". Setién también la ve difícil: "Va a ser muy complicado. Ellos saldaron la eliminatoria con siete goles a favor. Es un gran equipo y veremos un gran partido."

Barcelona se clasificó por 13a vez consecutiva a los cuartos de final. Es un habitué en esta nueva dimensión desconocida que desde el miércoles se disputa en Lisboa a partido único. Un sistema que se parece mucho a una moneda al aire, sensación que también transmite este Barcelona, que apuesta todo a que salga cara, la de Messi.

¡¡Nos vemos en Lisboa!! [R][R][R]

Una publicación compartida de Leo Messi (@leomessi) el 8 Ago, 2020 a las 3:02 PDT