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Cetona: el nuevo químico de moda para mejorar el rendimiento en el Tour

FOIX-PRAT-D´ALBIS, FRANCE - JULY 21: Serge Pauwels of Belgium and CCC Team / Koen de Kort of The Netherlands and Team Trek-Segafredo / Daniel Oss of Italy and Team Bora-Hansgrohe / Nils Politt of Germany and Team Katusha-Alpecin / Thomas De Gendt of Belgium and Team Lotto Soudal / Florian Vachon of France and Team Arkea-Samsic / Mathias Frank of Switzerland and Team AG2R La Mondiale / Ilnur Zakarin of Rusia and Team Katusha-Alpecin / Luis Leon Sanchez of Spain and Astana Pro Team / Jasper Stuyven of Belgium and Team Trek-Segafredo / Alberto Bettiol of Italy and Team EF Education First / Peloton / during the 106th Tour de France 2019, Stage 15 a 185 km stage from Limoux to Foix Prat d'Albis 1205m / TDF / #TDF2019 / @LeTour / on July 21, 2019 in Foix Prat d'Albis, France. (Photo by Chris Graythen/Getty Images)
Pelotón durante una etapa del Tour. Foto: Chris Graythen/Getty Images.

Si hay un deporte que, lamentablemente, se ha ganado una mala imagen en cuanto al uso de sustancias dopantes para mejorar el rendimiento, ese es sin duda el ciclismo. Multitud de casos en los últimos años, incluida la descalificación de grandes campeones como Lance Armstrong, manchan cada cierto tiempo la reputación de una actividad que requiere una capacidad de resistencia física sobrehumana. Un nivel de exigencia exagerado con etapas interminables, ritmos infernales y subidas cada vez más duras para mantener el espectáculo, el afán de algunos por progresar por la vía rápida, o cualquier otro motivo que a uno se le pueda ocurrir sirven de excusa para este fenómeno; el caso es que parece plenamente vigente aquella sentencia tan célebre, y de autoría desconocida, que asegura que “nadie gana una carrera con un plato de espaguetis”.

Cada cierto tiempo salta el nombre de algún producto milagroso que, según se rumorea, tiene influencia decisiva en las exhibiciones de algunos ciclistas sobre las carreteras. Ahora que estamos en pleno Tour de Francia, no ha tardado en conocerse el suplemento de moda de este año. Hablamos de la cetona, cuyas propiedades para “optimizar la dieta” son más que destacables, según explica el experto en medicina deportiva Gérard Dine en declaraciones recogidas por El Confidencial.

Desde el punto de vista químico, “cetona” es el nombre genérico de cualquier compuesto orgánico (es decir, basado en átomos de carbono) en el que un grupo funcional carbonilo (un átomo de carbono unido a otro de oxígeno mediante un enlace doble) se combina con otros dos radicales formados también a partir de carbono. La acetona, más propiamente propanona, es la forma más sencilla y común; se usa como disolvente y en cantidades suficientemente grandes es tóxica. Pero las posibilidades de combinaciones de átomos para producir distintas moléculas de cetonas son prácticamente ilimitadas.

De algunas de ellas se ha descubierto que tienen la capacidad de ayudar al organismo a metabolizar mejor la comida y obtener mayor rendimiento de ella. Tal como explica Dine, el cuerpo produce de forma natural cetonas en determinados momentos (concretamente, el riñón las genera a partir de grasas cuando no hay carbohidratos disponibles, indica el doctor Jean-Jacques Menuet, del equipo ciclista Arkéa Samsic), pero el aporte de suplementos sintéticos permite alterar la dieta de forma que sea más extrema y se centre en determinados alimentos con los que “optimizar el aporte energético”.

Concretamente se puede disminuir el consumo de carbohidratos, ya que las cetonas permiten que el cuerpo tarde más en recurrir a ellos a la hora de hacer esfuerzos extra. De este modo, se reservan para más adelante, para los últimos momentos de la etapa, y suponen una especie de “combustible extra” en los músculos. La primera consecuencia, quizás la más evidente, es que los ciclistas pueden estar más delgados sin perder potencia. Pruebas efectuadas en corredores no profesionales han detectado aumentos de capacidad de hasta el 6% en algunos casos.

Hay que recalcar que, al menos de momento, es completamente legal; la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) no lo ha incluido en su lista de prohibiciones. De hecho, Dine indica que no son más que “complementos alimentarios que no rompen la relación entre nutrientes y rendimientos” como sí ocurre con otros productos ilegales como los corticoides, y que castigar su uso sería equiparable a establecer que “una dieta sana también sería dopante”. Los criterios de la AMA establecen que algo se prohíbe cuando cumple al menos dos de estos tres puntos: mejorar el rendimiento, ser peligros para la salud y no ser ético. Por lo que se sabe hasta ahora, no es el caso.

El problema es que se ha empezado a usar de forma reciente y todavía no hay estudios que hayan podido determinar si a largo plazo causa algún tipo de secuela en el organismo, lo que sí sería suficiente como para ilegalizarla. Eso aparejaría otro problema a largo plazo, recuerda Dine: hay que recordar que se trata de moléculas que, en algunas condiciones, el cuerpo produce de forma natural, por lo que la identificación de su procedencia de cara a una posible sanción sería problemática. David Lappartient, presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI), asegura que “están investigando”, pero de momento no han llegado a ninguna conclusión. En cualquier caso, por ahora no está prohibida, así que se usa libremente y los equipos no tienen reparo en hablar de ella.

Un ejemplo se está viendo precisamente en el Tour de Francia ahora mismo. Frans Maassen, director del equipo holandés Jumbo, ha reconocido abiertamente que sus corredores toman este producto. Casualidad o no, sus corredores llevan ganadas cuatro de las quince etapas disputadas hasta ahora, incluida la contrarreloj por equipos, y su líder Steven Kruijswijk va tercero en la clasificación general.

Dine está convencido de que los neerlandeses no son los únicos que usan estas cetonas, y que, de hecho, también se emplean en otros deportes en los que la exigencia física es grande. “Al principio era caro, pero ahora se puede encontrar por internet por entre 30 y 90 euros la botella”, indica Menuet sobre un producto desarrollado en laboratorios ingleses con financiación del ejército estadounidense, indica El Confidencial.

Hay equipos, como el Jumbo, que la consideran un suplemento más y la usan sin problemas. Para otros, como el Cofidis o el mismo Arkéa Samsic, no se conocen aún suficientemente bien sus riesgos y sus médicos se niegan a prescribirlas a los corredores. Lo que, por supuesto no significa que ellos, mayores de edad y responsables de sus actos, no las puedan tomar por su cuenta. En cualquier caso, aunque no esté prohibida, la controversia sobre si es aceptable sigue vigente. Es probable que todavía haya que esperar algunos años para tener respuestas.

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