Anuncios
Elecciones México 2024:

Cobertura Especial | LO ÚLTIMO

Cazan al subcampeón de la MLB haciendo trampas de la manera más tosca

Carlos Correa, jiugador de los Houston Astros, levanta el trofeo de campeón de la MLB (liga norteamericana de béisbol) de 2017.
Los Astros celebrando el campeonato de la MLB de 2017. Foto: Tim Warner/Getty Images.

Si Mortadelo y Filemón, en lugar de al espionaje, se hubieran dedicado al deporte, probablemente no habrían sido capaces de desarrollar un sistema tan estrambótico para ganar partidos como el que se han sacado de la manga los Houston Astros, uno de los equipos más importantes de la MLB, la liga norteamericana de béisbol. Pero ni siquiera el ingenio del maestro Ibáñez habría ideado una estrategia tan peculiar. Porque de lo que acusan a la franquicia de Texas es, literalmente, de robar señas.

A los no iniciados en el mundo de los bates tal concepto les sonará extrañísimo, por lo que se requiere una explicación básica. El pasatiempo nacional de Estados Unidos es un deporte que consiste, resumiendo muchísimo, en que un tipo, llamémosle pitcher o lanzador, arroja una bola hacia otro, llamémosle hitter o bateador, que dispone de un palo con el que trata de golpear esa pelota lanzándola lo más lejos posible. Detrás de este bateador hay un catcher o receptor, del mismo equipo que el lanzador, que atrapa la pelota si el bateador no consigue acertar.

Ese catcher no está ahí solo de “recogebolas”, sino que tiene una función muy importante en el juego, ya que, al estar situado tras el bateador rival, ve todo el campo, por lo que es el que mejor puede elaborar la estrategia defensiva. Entre sus funciones, además de organizar a sus compañeros, está indicar al lanzador cómo debe tirar la pelota (a mayor o menor velocidad, más alta o más baja, con más o menos efecto de curva, etcétera) para que al hitter le pille desprevenido y le resulte más difícil su labor. Y para hacerlo de manera que su compañero se entere pero los rivales no, recurre a señas y gestos.

Para decepción de los aficionados al mus, no existe un repertorio universal de señas que utilicen todos los catchers. Cada equipo, o incluso cada jugador, usa las suyas propias, que nadie más debe conocer para evitar el riesgo de que las intercepten y le den al bateador contrario una ventaja indebida. Y esto es precisamente lo que denuncian que han cometido los Astros: establecer un método, a medio camino entre lo tecnológico y lo rudimentario, para captar e interpretar las muecas y hacerle llegar su significado al bateador.

¿En qué consiste? Según las denuncias, se instaló en el estadio de los Astros una cámara constantemente apuntando a la zona en la que se sitúa el catcher; miembros del equipo técnico veían en tiempo real las imágenes, con lo que descubrían las señas y, observando cómo eran los lanzamientos, conseguían descifrar su significado. Lo más curioso es cómo se lo hacían saber después al bateador: mediante otro código de sonidos producidos al golpear un cubo de basura situado fuera del campo.

Tosco, pero útil: un equipo con muy escaso palmarés hasta entonces como el de Houston logró proclamarse campeón de las World Series (la final de la MLB) en 2017, semifinalista en 2018 y subcampeón este mismo 2019 (si bien las acusaciones insinúan que la trampa solo se produjo el año que ganaron). Y hay que tener en cuenta un detalle importantísimo: robar señas no es ilegal de por sí, aunque en el béisbol este acto (que puede ocurrir si, por ejemplo, un compañero de equipo del bateador se queda un rato observando al receptor) está considerado una gravísima falta de deportividad y de fair play. La única prohibición expresa al respecto, y que podría meter a los Astros en problemas, es la de usar equipamiento electrónico, como la cámara.

La situación se ha conocido gracias a un reportaje de The Athletic, un medio norteamericano de prensa deportiva, que cita ni más ni menos que a Mike Fiers. Este pitcher, que hoy lanza para el equipo de Oakland, en 2017 formaba parte de la plantilla de Houston; la abandonó porque al acabar esa misma temporada no le ofrecieron un contrato nuevo. Pero, según recoge la BBC, no ha denunciado por despecho, sino porque quiere ayudar a “limpiar el juego un poco, porque hay gente perdiendo sus trabajos” debido a este tipo de prácticas. El artículo también cuenta con los testimonios de otras tres fuentes anónimas que corroboran y amplían los hechos.

Los Astros ya han sacado un comunicado en el que afirman que pondrán en marcha una investigación, en colaboración con la MLB, para esclarecer lo sucedido. No obstante, los dirigentes del equipo tejano se muestran convencidos de que la razón de su éxito en 2017 no es la trampa, sino “José Altuve, Alex Bregman, Justin Verlander y un montón de buenos jugadores que hacían las cosas de manera correcta”. Habrá que esperar a que los hechos se esclarezcan para ver hasta qué punto el mayor momento de gloria de su historia está manchado.

También te puede interesar:

Harden juega peor en ciudades con mejores clubes de striptease

El primer luchador español en la historia de la WWE