"Canelo" Álvarez y una demanda letal para la industria del boxeo: entretelones de un combate que nadie esperaba

El sabio manejador mexicano Rafael Mendoza, representante del inolvidable Pipino Cuevas entre tantos campeones, fue contundente con su advertencia ante nuestro entusiasmo desmedido sobre Saúl "Canelo" Álvarez cuando comentábamos sus primeros combates difundidos en la Argentina en 2008: "Es una pena que un chico que recién cumplió 18 años sea inmanejable. No es indisciplinado, pero tanto él como su entorno son sensibles a cualquier consejo externo inepto e improductivo. No tendré mucho tiempo a su lado". Y así fue.

"Canelo" se convirtió en el boxeador más importante para la industria de este deporte. Mueve millones, pero jamás fue considerado como el mejor. Nunca el "número uno" ni un atleta que entrará en las comparaciones históricas. Pero sí el más requerido a la hora de apilar dólares.

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Ahora "Canelo", a los 30 años, en condición de cuádruple campeón mundial, puso contra las cuerdas a los hombres fuertes de este negocio con una demanda judicial ingresada en la Corte del distrito central de California y objetada en estas horas por insuficiencias técnicas.

Su reclamo legal por 280 millones de dólares contra el sistema de streaming DAZN, orientado por el inglés Eddie Hearn, a la empresa Golden Boy y su figura principal (Oscar de la Hoya), con quienes tiene compromisos oficiales, pone en jaque a tres pilares de éste ámbito. Tal es así que sólo esta insinuación causó ya la cancelación de futuras carteleras.

Se siente insatisfecho e irrespetado "Canelo" Álvarez por DAZN y Golden Boy. Su rimbombante contrato de 365 millones de dólares por 11 peleas en un lapso de cinco años sufrió averías. Estas cifras resultaron pomposas para la actividad y fortalecieron al novedoso sistema cibernético que hizo olvidar, rápidamente, el retiro de la cadena HBO de la televisación de este deporte. Sin embargo, la consideración de la cotización de Álvarez en base a la mayor o menor jerarquía de sus adversarios se convirtió en el gran detonante de este caso.

DAZN quiso imponer su tercera pelea con el kazajo Gennady Golovkin, con quién empató y ganó en 2017 y 2018 respectivamente, pero resultó muy difícil efectuarla. Por lo tanto, tal empresa promotora, sostiene que la calificación de otros potenciales oponentes no justificaría una paga de 35 millones por cada uno de sus combates y ameritaría una reducción a 15 millones de dólares ante desafiantes de otra magnitud, como los campeones ingleses Callum Smith o Billy Joe Saunders. Y esto para "Canelo" fue una ofensa más que una falta. ¿Resulta tan incomprensivo tal razonamiento en una época de crisis universal como ésta?

La amenaza del derrumbe de Golden Boy, en caso de prosperar esta instancia, es considerable y concreta. Y DAZN limitó sus festivales en Estados Unidos con los boxeadores de De la Hoya, lo que corrobora el pleito entre ambas organizaciones. Rumores en ese país vaticinan el cese de DAZN en la producción pugilística en 2021.

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"Canelo" solicitó también a la Corte de California una transitoria independencia laboral que lo habilite a competir para otras empresas de TV. Y esta opción irritó a los litigantes. Inactivo desde el 2 de noviembre pasado cuando noqueó al ruso Sergei Kovalev, cree que se vulneró con todo lo que se le prometió y se niega a dialogar con los popes pugilísticos.

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El boxeador mexicano, sus entusiastas abogados y los hombres del negocio tienen sus propias opiniones. La Justicia reserva la última palabra y allí estará la única verdad que destrabará un conflicto inesperado y dañino para el boxeo en tiempos de pandemia.