¿Busca el rapero Kayne West postularse a la presidencia de EEUU para mermar a Biden y ayudar a Trump?

El rapero Kayne West se dispone a competir por la presidencia de Estados Unidos. Y, al hacerlo, más allá del masaje a su ego que eso le pueda proporcionar, tendría una intención que parece clara: ayudar a Donald Trump a arrebatarle votos a su rival demócrata Joe Biden y, con ello, tratar de inclinar el resultado electoral a favor de la reelección del presidente.

Al margen de las críticas a la capacidad política de West para hacerla de candidato presidencial a bota pronto, no se diga de los señalamientos que su propia esposa, Kim Kardashian, ha hecho en relación al desorden bipolar que padece su marido, el intento de West de aparecer en las boletas de votación en varios estados sería más que un arrebato personal: podría operar como una forma de apuntalar a Trump, que está hoy detrás de Biden en las preferencias electorales, al apartar a una parte del electorado afroamericano de la casilla del candidato demócrata.

El cantante Kanye West se ha registrado como candidato independiente a la presidencia de EEUU en algunos estados. (AP Photo/Damian Dovarganes)
El cantante Kanye West se ha registrado como candidato independiente a la presidencia de EEUU en algunos estados. (AP Photo/Damian Dovarganes)

West ya no podrá aparecer en las boletas en la mayoría de estados, pues pasó ya la fecha límite para el registro de candidatos, e incluso en Wisconsin su inscripción fue en la raya y está bajo impugnación, pero logrará estar presente en algunos, al haber contado, según fuentes periodísticas, con apoyo de operadores republicanos para la realización de los trámites necesarios.

Y aunque no es de esperar que logre una cantidad masiva de votos, en realidad para causar problema a Biden le bastaría a West lograr algunos puntos porcentuales de votación en un estado clave si, y solo si, la elección resultase muy cerrada.

En Wisconsin, uno de los estados que podrían ser decisivos el 3 de noviembre, en la pasada elección presidencial de 2016 Trump derrotó a Hillary Clinton por poco menos de 23,000 votos. En esa elección, la candidata del Partido Verde Jill Stein logró en Wisconsin unos 31,000 votos. Ante ello, muchos han planteado que si Stein no se hubiese postulado allí, sus votos podrían haber ido en gran proporción a Clinton y con ello alterado el resultado electoral.

En Michigan la diferencia fue aún más cerrada: Trump le ganó a Clinton por poco menos de 11,000 votos, y Stein logró allí poco más de 51,000.

Y en la elección de 2000, el candidato verde Ralph Nader logró en Florida unos 97,000 votos en una elección controversial que se resolvió en la Corte Suprema y en la que al final el republicano George W. Bush derrotó al demócrata Al Gore por un margen de poco más de 500 votos.

Biden tiene actualmente una amplia ventaja sobre Trump en las encuestas a escala nacional pero en ciertos estados decisivos el margen es menor y podría cambiar, cerrando la elección conforme se acerca el día de las elecciones. En ese escenario, el factor West podría tener su peso.

Con todo, todo ello es especulativo.

Primero, West no aparecerá en la boleta en un número importante de estados clave (aunque en una elección cerrada uno solo podría bastar) y se duda que en los que sí estará presente logrará captar más allá de un puñado de votos.

Se ha debatido mucho si los votos logrados por Stein y el Partido Verde en efecto lograron afectar a Clinton, pero en todo caso esa candidata y ese partido cuentan con una plataforma y una orientación política que les confirió atractivo ante votantes de centro e izquierda desafectos de Clinton.

West carece de ese atractivo político-ideológico y aunque su fama es considerable, y podría en sí misma atraerle votos, los votantes afroamericanos no se volcarán hacia él desde el Partido Demócrata en grandes proporciones. Algunos lo harán pero también podría plantearse que West podría captar una porción de votantes afroamericanos republicanos.

Se afirma que Biden no ha concitado el entusiasmo de los votantes afroamericanos jóvenes de modo considerable, si bien en general los votantes afroamericanos respaldan a Biden de modo masivo: 83% votarían por el demócrata y solo 8% lo harían por Trump, según encuestas analizadas por CNN. La ventaja es formidable, 75 puntos porcentuales, pero menor que la que llegó a tener Clinton, que fue de 79%.

Con todo, la tensión que se ha sufrido este año a causa del covid-19, que ha golpeado severamente a la población afroamericana tanto en materia de salud como de empleo, más la indignación contra el racismo y la muerte de George Floyd a manos de policías ha trazado un escenario adverso para Trump.

Y, en contrapartida, la elección de Kamala Harris como candidata vicepresidencial demócrata le dará presumiblemente a Biden puntos extra entre los votantes afroamericanos.

Así, ¿realmente una candidatura de West tendrá un impacto en la elección presidencial de noviembre? Para empezar, la fecha límite de registro expiró en muchos estados y West no pudo por ello registrarse en ellos para aparecer en la boleta presidencial, y en varios estado su solicitud ha sido rechazada o retirada. Con todo, sí aparecerá en la boleta en cinco estados (Arkansas, Colorado, Oklahoma, Utah y Vermont) y su candidatura está en proceso de verificación en otros seis (Iowa, Missouri, Montana, Ohio, West Virginia, Wisconsin).

Entre ellos, en realidad solo en Wisconsin, y quizá Ohio, la contienda presidencial estaría lo suficientemente cerrada entre Trump y Biden como para que la presencia de West pudiese, si lograse hacerse de uno par de puntos porcentuales de la votación o más, ser un factor. Eso está ciertamente en duda y por el momento la probabilidad de que la campaña de West resulte nula en relación al resultado final es mayor que la de que pueda realmente modificar la balanza en alguno de esos estados.