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Burger King utiliza mascarillas personalizadas para lanzar una divertida campaña publicitaria

El mundo contemporáneo tiene la capacidad de cambiar a una velocidad asombrosa. Hasta hace poco era extremadamente inusual, en los países occidentales, ver a una persona con mascarilla por la calle, mientras que ahora lo sorprendente es cruzarse con alguien que no la lleve. Unos pocos meses de pandemia han bastado para que no solo dejen de chocarnos, sino que además las mascarillas ya se hayan convertido en un accesorio de moda más con miles de opciones y diseños disponibles.

En un mundo globalizado y con un mercado extremadamente competitivo, las empresas contribuyen a la normalización de estos cambios gracias a la rapidez con la que se adaptan. Cada cambio constituye una oportunidad para satisfacer una nueva necesidad o como pretexto para lanzar campañas de marketing que se acerquen a la realidad diaria del consumidor.

Burger King es una de las marcas que mejor ejemplifica esta capacidad para reaccionar a cualquier acontecimiento de actualidad: hace poco triunfó con su acción navideña “para que se acabe el 2020 de una vez” y ahora ha vuelto a tirar de ingenio para sacarle algo de provecho al uso de mascarillas en sus establecimientos.

Imagen de la campaña
Imagen de la campaña

La compañía se ha tomado muy en serio el propósito de fomentar las medidas de prevención contra la Covid-19, especialmente en Bélgica, donde el número de contagiados se está viendo incrementado en las últimas semanas. Por ello han ideado una campaña en este país que tiene en cuenta uno de los principales inconvenientes del uso de mascarillas: la comunicación.

El movimiento de los labios y la gestualidad son dos elementos importantes en la comunicación oral: entre que llevamos media cara tapada y que la barrera de la mascarilla disminuye el volumen, en lugares ruidosos hay veces que no nos enteramos de lo que nos están diciendo. ¿Cómo evitar que los clientes tengan que pedir a gritos su menú en los establecimientos? Fácil: haciendo que la mascarilla hable por ellos.

Lo que ha hecho Burger King es crear una colección de mascarillas que llevan impreso el pedido en la parte frontal, de manera que el cliente solo tenga que acercarse al mostrador para que el empleado sepa exactamente qué quiere sin dar lugar a errores. Los clientes que quieran conseguir una de ellas deberán publicar su pedido en una story de Instagram, o bien comentar en unas publicaciones que hará Burger King en su Facebook, para participar en el sorteo de un total de 500 mascarillas personalizadas.

La campaña es obra de la agencia Buzzman y se lanzará en Bélgica en el mes de septiembre. Como dice Tristan Daltroff, director creativo de la agencia, “un mensaje serio se puede transmitir de una manera ligera y divertida”. En el caso de Burger King, este tipo de acciones constituyen una estrategia frecuente que cumple un papel esencial en la fidelización de sus clientes.

Imagen de la campaña
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