Brian Fernández, una historia de superación

Brian Fernández durante el partido de su debut en Portland Timbers ante el Houston Dynamo. (Photo by Leslie Plaza Johnson/Icon Sportswire via Getty Images)
Brian Fernández durante el partido de su debut en Portland Timbers ante el Houston Dynamo. (Photo by Leslie Plaza Johnson/Icon Sportswire via Getty Images)

Hay historias que merecen ser contadas, historias de vida que no son un relato común, historias de vida que demuestran que cuando se quiere salir adelante luego de duros tropiezos, se puede.

Brian Fernández es un futbolista argentino nacido el 26 de septiembre de 1994. Surgió en Defensa y Justicia, donde debutó en primera en 2012, con apenas 18 años de edad.

Dos años después fue transferido a Racing Club. Sus condiciones lo colocaban como una de las grandes promesas del fútbol argentino.

Cuando parecía que se carrera iba cuesta arriba, llegó el golpe que lo dejaría in jugar por un año y medio: dos controles antidoping positivos, uno en un partido ante River Plate y otro por Copa Libertadores frente a Guaraní de Paraguay.

El suicidio de un hermano y problemas extra futbolísticos lo llevaron por el mal camino. Siete meses en una clínica de desintoxicación en Tijuana, México, fueron el puntapié inicial a la recuperación.

Pasó por Sarmiento de Junín, Metz de Francia y Unión La Calera de Chile. Hasta que en 2018 tuvo su gran oportunidad en el Necaxa. Allí brilló y dejó un recuerdo imborrable.

Una suculenta oferta económica lo trajo a Estados Unidos, al Portland Timbers, donde juegan sus compatriotas Sebastián Blanco, Lucas Melano y Diego Valeri y que es dirigido por el venezolano y ex goleador de la MLS, Giovanni Savarese.

Hoy, después de una dura pelea por salir del oscuro mundo de las drogas, Brian Fernández, un joven de apenas 24 años, está comenzando a edificar una sólida idolatría con una de las más fieles hinchadas del fútbol estadounidense. Con apenas dos partidos en el club, ya lleva tres goles anotados.

Brian es un agradecido, a su familia, a quienes lo ayudaron (sobre todo a su representante y amigo Cristian Grabarnik, el mismo que lo internó en Tijuana).

Pero también lo es con el Necaxa, el club que lo catapultó a la fama y lo trajo a la MLS. Allí marcó 15 goles y alzó su primer título: la Supercopa MX. Por eso al festejar el pasado fin de semana uno de esos goles con los Timbers, se acordó de su ex club.

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