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Brasil: mucha presión y muchas sorpresas

Tite, el director técnico de Brasil, tiene un gran reto por delante: ganar la Copa América en su país. (Photo by Buda Mendes/Getty Images)
Tite, el director técnico de Brasil, tiene un gran reto por delante: ganar la Copa América en su país. (Photo by Buda Mendes/Getty Images)

Brasil vuelve a estar ante los ojos del mundo. En los últimos cinco años le ha tocado ser sede de tres de los eventos más populares en el universo deportivo: el Mundial 2014, los Juegos Olímpicos 2016 y ahora la Copa América 2019. Completito, como para que nadie quede disconforme.

Tras la enorme frustración que significó no alcanzar su sexta Copa del Mundo (ya había sufrido la misma desilusión allá por el año 1950 cuando fue sede por primera vez), tuvo su premio consuelo con la Medalla de Oro Olímpica.

Pero esta Copa América es otro reto impostergable para una selección que no levanta un título importante con su selección mayor desde el año 2007 cuando venció a Argentina en la final de este mismo torneo disputado en Venezuela.

Las cosas no comenzaron bien en la previa para los dirigidos por Tite. La lesión de Neymar, su máxima estrella, en el amistoso contra Catar ha sido un duro golpe dentro del seno de un plantel que no deja de ser de alta categoría y que sigue siendo el gran candidato a quedarse con el premio mayor.

Brasil mantiene una consistente y envidiable columna vertebral, comenzando con su arquero Alisson Becker. El flamante campeón de Europa con el Liverpool es garantía de seguridad, una característica que históricamente ha sido uno de los puntos más flojos del equipo.

Con la experiencia y categoría del capitán Dani Alves por un lateral y Filipe Luis por el otro, junto a Thiago Silva y Miranda o Marquinhos en la zaga central, la defensa también ofrece fortaleza. Sin embargo la primera gran sorpresa fue la ausencia en la lista final de Marcelo, el veterano futbolista del Real Madrid.

En el medio aparecen Casemiro, Fernandinho, Arthur y Lucas Paquetá, un cuarteto que muestra solvencia y equilibrio tanto en la contención como en la salida y armado.

Y en el ataque se muestra Coutinho, que viene de una poca convincente temporada con el Barcelona pero al que sería un sacrilegio discutirle su calidad innata.

Junto a él están Willian (sustituto de Neymar), Firmino, Gabriel Jesús, Richarlison y Everton, todos sinónimos de gol y peligrosidad ofensiva.

Brasil es Brasil. Juega de local, sabe que está en deuda con su gente y la conquista de su novena Copa América sería una excusa más que convincente como para alegrar y conformar a una apasionada afición.