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Bolivia-Argentina. "Las ganas intactas": el delantero que ve a la selección albiceleste y comienza a festejar

Marcelo Martins no es una figura mundial. Es un delantero boliviano consagrado, pero no es un especialista histórico del área. Los defensores, en esta parte del mundo, le tienen respeto. Sin embargo, solo se desata contra la Argentina. Es un verdugo: olfatea la camiseta celeste y blanca y, de algún modo, comienza a celebrar. "Sin duda que va a ser mi última eliminatoria... las ganas que tengo de hacerle goles a la Argentina continúan intactas. Sé que haciendo goles voy a ayudar a mi selección, espero que lo pueda hacer, espero que se puedan repetir los números pasados frente a ellos, para ayudar a los míos", contaba, apenas minutos antes del encuentro frente a la Argentina, en La Paz, por la segunda fecha de las eliminatorias sudamericanas. Fue un presagio: a los 24 minutos del primer capítulo, saltó como nadie y cabeceó como casi siempre: directo a la red. El grito sagrado, casi una postal: suma cinco goles frente a la Argentina.

1º Gol de BoliviaEl gol de Martins para abrir la cuenta en La Paz

Los cuatro anteriores, casi en continuado: en el 6-1 en 2009, en el 1-1 en 2011 y en 2013 y en el 2-0 en 2017. Martins tiene una obsesión con la Argentina. "Tengo muy buenos recuerdos contra Argentina, el estadio Hernando Siles lo conozco muy bien, me han recibido siempre bien en esa cancha, la gente siempre me ha apoyado, como ha apoyado a la Selección. Mis números contra Argentina son muy buenos, espero lo pueda repetir en el próximo partido", contaba. Y lo volvió a hacer. El centro de Chumacero y la pasividad, primero, de De Paul, y luego, de Otamendi, completaron la escena.

"A la selección uno viene con toda la predisposición y las ganas de hacer un gran partido, los 11 los decide el entrenador. En las tres eliminatorias pasadas ya tuve la experiencia de jugar con Carlos Saucedo (tiene 41 años), me siento cómodo porque me entiende, sabe cómo juego", cuenta el atacante, de 33 años, que juega en Cruzeiro, surgió en Oriente Petrolero y nació en el llano, en Santa Cruz de la Sierra. Pero en el techo del fútbol sudamericano, a unos 3600 metros sobre el nivel del mar, explota. Principalmente, contra el equipo que comanda Leo Messi.

Capitán, figura, emblema más allá del paso del tiempo, es un líder carismático. "Tengan paciencia, no es fácil en la selección boliviana, todos sabemos que es difícil competir a nivel internacional. Sin embargo, seguimos haciendo las cosas bien y creo mucho en el trabajo que se está haciendo", resultó el mensaje antes del encuentro.

De padre brasileño y madre boliviana, renunció un par de veces al seleccionado, por diferencias ideológicas con entrenadores y dirigentes. Pero siempre vuelve, listo para amargar a la Argentina.