Boca: la firma de Carlos Tevez, la convivencia y el furioso entrenamiento en el campo de Maipú

En cuestión de horas se podría resolver todo. La pulseada se acabaría con una firma. Aunque está claro que el problema de fondo, las interminables disputas en las que se miden el ego, no tiene solución. Porque hay charlas, es cierto, se ponen de acuerdo en cuestión de segundos. Aseguran, cuando están en contacto, que todo es cordial, pero saben íntimamente que la convivencia es el punto central en el nuevo acuerdo entre Carlos Tevez y Boca -léase Juan Román Riquelme y el Consejo de Fútbol-. Y allí radica la cuestión, por eso las negociaciones fueron evolucionando y ahora la atención está puesta, fundamentalmente, en que desde el club respeten poner la cláusula que le permita salir al Apache cuando termine la Copa Libertadores.

Se trata de una formalidad de las partes, son cuestiones de abogados. Desde el Consejo de Fútbol le están dando forma a los últimos acuerdos entre Tevez y Riquelme, de esa charla del lunes último por la noche. Y desde el lado del futbolista, se genera cierta ansiedad, pero saben que son los tiempos lógicos los que se están demorando. Sin embargo, resulta imposible no estar con la guardia en alto, ya que esta renovación de contrato fue más intensa de lo pensada por todo lo que sucedió.

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Todos conocen que hay una relación que está desgastada, que no se arreglará con un par de resultados, que la herida se puede mantener limpia si se encadenan los éxitos, pero que siempre va a mantenerse abierta y cada tanto supurará si no se alcanzan los objetivos. La rúbrica de Tevez será importante, porque es el jugador que lleva el estandarte, pero cada parte sabe bien que deberá hacer un esfuerzo enorme por mantener un vínculo sin química.

No es casual que se haga tanto hincapié en una salida tras la finalización de la Copa Libertadores, ya que un nuevo traspié en la competencia continental dinamitará humores y generará un clima que podría resultar insostenible entre miradas desconfiadas y mensajes públicos cargados de malicia. Y como en todo matrimonio por conveniencia, si las cosas fluyen todos seguirá como está pautado: Tevez por 18 meses en Boca y retiro con la camiseta xeneize.

Ahora bien, cada pieza que se mueve no es en vano. Sabe el Apache que la lupa está puesta en cómo regresará después de una inactividad de más de 100 días. Desde el cuerpo técnico evalúan a cada futbolista y todos necesitarán un tiempo de reacomodamiento futbolístico, pero los antecedentes marcan que a Tevez le había costado volver a su mejor versión. Ante este escenario, no resultó casual que se conociera en las últimas horas la furiosa intensidad de trabajo que mantiene el futbolista en su campo de Maipú.

El equipo de Miguel Ángel Russo, con el preparador físico Damián Lanatta, siguen de cerca a cada futbolista, y si bien saben que Tevez no participa de las reuniones por Zoom desde comienzo de junio, cuando finalizó formalmente el vínculo con el club, también tienen información acerca de los cuidados del capitán de Boca y son los que ellos pretenden. Incluso, entienden que, a pesar de los 36 años del futbolista, su puesta a punto en este regreso no será tan complejo como cuando volvió de China.

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Ahora bien, Tevez necesitó hacer saber que estaba bien, porque conoce que se regó por el universo Boca que había una mirada desconfiada acerca de cómo estaba para volver a la cancha. Ese tipo de cosas son las que resultarán insalvables en esta relación. Y cada parte conoce bien el juego.

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El trabajo en Boca se mantiene activo respecto a cómo reforzar el plantel y también concentrado en poder conservar algunas piezas. Si bien desde el club de la Ribera no tenían pensado gastar dinero para sostener a Franco Soldano, ante los pedidos de Russo para que el delantero se quede, se podría llegar a un acuerdo con Olympiacos, el dueño del pase del jugador, para renovar un préstamo por menos de 300.000 dólares.

Mientras tanto, también esperan resolver la continuidad de Mauro Zárate. Si bien parecía que estaba casi todo acordado, en las últimas horas, al parecer, el futbolista pidió un nuevo ajuste en su salario y eso está demorando la definición, porque Boca no estaría dispuesto a conceder un dólar más que el que ya le había ofrecido.

Además, se mantiene las gestiones por Ricardo Centurión y desde el Consejo de Fútbol de Boca aseguran que el futbolista le habría comunicado a Víctor Blanco, el presidente de Racing, que quiere volver a la Ribera. Podría prosperar la negociación, porque Boca ofrecería a Leonardo Jara.