Yahoo Noticias Se suspende por un positivo en coronavirus un partido que ya estaba en juego
Desde que comenzó la pandemia de coronavirus nos hemos acostumbrado a que la infección obligue a cancelar muchos acontecimientos deportivos. A menudo se hace por pura precaución, para evitar el riesgo innecesario de contagio. Otras muchas veces el motivo es que alguno de los jugadores o entrenadores de los equipos participantes ha tenido la mala suerte de dar positivo, con lo que es peligroso juntarle con sus compañeros y rivales.
Lo normal es que, sabiendo lo ocurrido, el encuentro se cancelara antes de empezar a disputarlo, con más o menos margen de tiempo en función de la gravedad de la situación. Nunca hasta ahora habíamos visto que se decidiera parar y anular un acontecimiento ya empezado. Y justo eso es lo que acaba de ocurrir en St. George’s Park, las instalaciones de la federación inglesa de fútbol cerca de la localidad de Burton.
Allí ayer mismo, jueves 8, por la tarde se estaba disputando un enfrentamiento amistoso entre los combinados sub-19 de la propia Inglaterra y de Escocia. Todo transcurría con normalidad, de hecho el marcador se había movido varias veces y reflejaba un 3-1 a favor de los locales. Pero cuando faltaba poco para el final del primer tiempo el árbitro tuvo que dar el encuentro por concluido de forma anticipada.
England Under-19s' match with Scotland at St. George's Park this afternoon was abandoned in the first half as a precaution in line with COVID protocol. We are not in a position to comment further at this time.
— England (@England) October 8, 2020
El partido entre Inglaterra sub-19 y Escocia en St. George’s Park esta tarde se suspendió durante la primera parte como medida de precaución en línea con el protocolo COVID. No estamos en condiciones de hacer más comentarios ahora mismo.
El “culpable” de la situación es Billy Stark, entrenador escocés. Tal como indican los protocolos, se había sometido a un test hace algunos días, al igual que toda la expedición escocesa, y había dado negativo. Pero, también siguiendo la normativa, ayer mismo la delegación pasó una segunda prueba, ya que estaba previsto otro partido amistoso entre los mismos dos equipos en el mismo lugar el próximo domingo.
Este segundo examen se hizo poco antes del partido, pero el resultado positivo se conoció cuando el balón ya había echado a rodar, así que, para prevenir cualquier problema, se optó por la decisión radical de parar el juego. Según informa la Federación Escocesa, el técnico está viajando a su casa, donde permanecerá en autoaislamiento durante al menos 10 días. Las autoridades del norte de la isla ya están rastreando sus posibles contactos, más allá de los jugadores de la selección, que también tendrán que pasar una cuarentena.
Naturalmente, el segundo partido de este domingo ha quedado suspendido, al igual que otro encuentro entre las selecciones sub-17 de los mismos países que se tenía que jugar en la misma sede este sábado. Al ser un enfrentamiento de carácter amistoso no es preciso que la UEFA o la FIFA entren a debatir sobre con qué resultado se da por terminado el partido. Los representantes escoceses han pedido disculpas a los ingleses por las molestias causadas, reiterando que la prioridad absoluta es “la salud y la seguridad de todos sus jugadores y personal”. Entre los futbolistas presentes en el campo había, por parte inglesa, alguno de la Premier League, como Harvey Elliott (Liverpool), Teden Mengi (Manchester United) o Luke Matheson (Wolverthampton).
Billy Stark, de 63 años, es un entrenador con trayectoria larga en el fútbol escocés. Ha dirigido a bastantes clubes de la liga nacional, tanto en el puesto de jefe como en el de asistente; su puesto más relevante fue el de ayudante, y responsable máximo de forma interina durante algunos partidos, en el Celtic entre 1994 y 1997. También ha trabajado muchos años para la Federación: de 2008 a 2014 fue el seleccionador sub-21 (haciéndose cargo de la absoluta en partidos sueltos) y en 2019 volvió para hacerse cargo de la sub-19, su empleo actual. En su época de jugador, de 1975 a 1994, fue un centrocampista bastante goleador, integrante del Aberdeen que, a las órdenes de Alex Ferguson, fue capaz de romper el monopolio de los equipos de Glasgow y ganar un par de ligas.
