Benzema no es Sartre ni Camus

Karim Benzema, con perdón de los existencialistas, no es Jean-Paul Sartre. El 9 del Real Madrid tampoco es Albert Camus, aunque con éste último comparte orígenes argelinos y algo del fútbol. Claro, Camus fue portero en el Racing Universitario de Argel, posición antagónica a la del centrodelantero blanco, que cumplió 350 partidos oficiales con el equipo de Madrid. ¿Qué hubiera sido de un enfrentamiento entre los dos, en un minuto final de un supuesto Real Madrid-Racing Universitario de Argel? ¿Gol de Karim o paradón de Albert? “¿Hoy ha muerto mi madre. O, quizás, fue ayer?”.

Karim Mostafa Benzema no es ni Sartre ni Camus pero, quizás lo que más recuerda este servidor, de la estadía que lleva el delantero en la capital de España, durante estos 350 juegos, no es su escándalo, junto con Frank Ribéry, que los vio involucrados a los dos en una polémica, juicio incluido, por mantener relaciones con una chica menor de edad (Zahia Dejar); ni tampoco por la acusación de chantaje, para no hacer público un vídeo de contenido sexual, en el caso de Mathieu Valbuena, compañero suyo en la selección francesa; ni su separación de ‘Les Bleus’ por este hecho.

Benzema es un tío normal que entrena toda la semana, juega los domingos de Liga (y los martes de Champions) y choca su coche cuando se aburre y no tiene nada que hacer. La única diferencia, frente a los demás chicos de su Lyon natal, es que es millonario. ‘El gato’, apodo que se le quedó de la época de José Mourinho como D.T. merengue, no es un superdotado como Messi o Ronaldo pero tiene talento y domina como ninguno la técnica de la pelota y los tiempos del fútbol. Sin embargo, al cumplir 350 partidos en el segundo club de su carrera (el primero fue el Olympique de Lyon), lo que más recuerdo de él no es un gol, ni una jugada. Ni siquiera su sonada relación con la cantante Rihanna.

Benzema recibió de manos del presidente del Madrid, Florentino Pérez, una camiseta con la cifra 350, a manera de dorsal, como felicitación de su personal marca. La imagen fue difundida por diarios y revistas especializados. Un vídeo en la web del club los muestra abrazarse como padre e hijo. Benzema habla en castellano como si tomara clases directas de su entrenador-hermano mayor, Zinedine Zidane. Con erres cambiadas por jotas y largas e. Pero por esto no pasará a la historia. Por lo menos, no para quien esto escribe.

Karim Benzema. EFE/JuanJo Martin
Karim Benzema. EFE/JuanJo Martin

Benzema cumplió 350 partidos con el Real Madrid. Desde su llegada, en julio de 2009, ha anotado 176 goles. Un récord digno de alguien que fue fichado para ello. Pero como decía, sin ser Sartre ni Camus, mi recuerdo suyo, durante todo tiempo, es una frase que engloba una idea. Una explicación de su mundo, publicada en una entrevista en la revista Panenka (diciembre, 2011).

Sí, lo que se me ha quedado de Benzema, de todo este tiempo, es una máxima que resume uno de los principales problemas de la Francia actual. Una sentencia de nueve palabras, de una consistencia intelectual, que en su momento pudo haber sido dicha por Camus, de no haber sido portero sino delantero, pero la dijo Karim, el chico del extrarradio de Lyon, el chico que cuando se aburre, estrella su coche: “Sí marco, soy francés; si no marco, soy árabe”. ¡Chapeau!

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