Bayern Munich convierte los lamentos en la tormenta perfecta

Alemania espera. No hay estigma ni crucifixión. Bayern Munich no alzaba la Champions League desde 2013, cuando en el último minuto, en Wembley, Arjen Robben logró torcer un destino algo fatídico que ha acompañado a los bávaros en algunos pasajes de su historia en Europa. Derrotó al Dortmund de Jurgen Klopp cuando el inminente alargue le traía los peores presagios. Porque aunque ahora suma seis coronas, sufrió en otras cinco definiciones. En Lisboa logró desequilibrar un historial con gloria y derrumbes. Gestionar los contratiempos distingue a los alemanes y siempre regresan como la tormenta perfecta.

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En 2012 Bayern Munich había caído por penales ante Chelsea, y en su cancha, porque la final coincidió con el Allianz Arena. Ganaban los alemanes hasta el minuto 88, cuando empató Didier Drogba; en los penales, el arquero Petr Cech se disfrazó de villano para enmudecer a Munich. En 2010 lo había castigado un doblete de Diego Milito para el título de Inter. En 1999 le ganaba a Manchester United hasta en el tiempo adicionado, pero empató Thedy Sherringham en el 91 y lo ganó Ole Gunnar Solksjaer en el 93. También derrotaba a Porto en 1987, pero reaccionaron los portugueses y se quedaron con la Champions a menos de diez del final. Y en 1982, Aston Villa fue el primero en amargarlo cuando el duelo entraba en su tercio final.

Pero los alemanes nunca dejan de creer. Después de conquistar la Champions 2013, pasaron Pep Guardiola, Carlo Ancelotti y Nico Kovac. Cuatro eliminaciones en semifinales, una vez en cuartos y el año pasado, la despedida más anticipada, en octavos de final. En todos estos años decepcionantes, el puesto de director del equipo, o 'team manager', siempre lo ocupó la misma persona, Kathleen Krüger. Sí, una mujer...., discriminadores. La incertidumbre nunca resultó un problema para los germanos. El secreto es creer en un proyecto antes de que arroje victorias. Un ejemplo es la promoción del entrenador Hansi Flick -34 victorias sobre 37 partidos desde que asumió en noviembre pasado-, ex ayudante de Joachim Löw en la selección germana. Bayern Munich y Alemania lo corroboran.

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Cuando el 1° de agosto de 2004 asumió Jürgen Klinsmann como técnico de la Mannschaft, Alemania no atrapaba un título desde la Eurocopa '96, y un Mundial, desde Italia '90. Y con Klinsmann siguió arrastrando frustraciones: quedó tercero en la Copa de las Confederaciones 2005 y en el Mundial 2006, y ambos disgustos como anfitrión. Klinsmann eligió marcharse. Pero a nadie se le ocurrió torcer el rumbo, por eso heredó el cargo su asistente directo, Joachim Löw. Pero se sumarían otros disgustos: en la Euro 2008 cayó en la final, en el Mundial 2010 debió conformarse otra vez con el tercer puesto y en la Euro '12 volvió a quedar tercera. ¿Dudas? Jamás. La tolerancia al fracaso fue vital en el proceso que terminó en la coronación en Brasil 2014. ¿Cómo le fue a Alemania en la defensa del título en Rusia 2018? ¡Por primera vez en su historia no superó la primera rueda, vergüenza! ¿Quién es el técnico hoy? Löw, con contrato hasta 2022, ¿qué duda cabe? Seguramente lo extraña a Flick, pero Alemania no se detiene en lamentos. Aprende y arrasa.