Barcelona-Real Madrid: por qué las caretas de Messi terminaron en la basura

El clásico español entre Barcelona y Real Madrid tuvo muchos más condimentos que un mero duelo futbolístico. Sucedió que miles de agentes de la policía y guardias de seguridad privada se desplegaron dentro y en los alrededores del Camp Nou para garantizar que una protesta del movimiento separatista catalán no alterara la realización del gran choque.

En este contexto, la seguridad del club culé requisó una buena cantidad de caretas con el rostro de Lionel Messi -que se repartieron antes del encuentro-, a los aficionados que quisieron acceder al estadio con la imagen de cartón del jugador argentino.

La previa estuvo marcada por la movilización de la organización Tsunami Democràtic, que repartió retratos del jugador rosarino con las banderas de Cataluña y el Barça dibujadas en el rostro, el mensaje "Único en el mundo, Força Barça" y una imagen de los seis Balones de Oro conquistados por el delantero azulgrana.

En el control de seguridad al estadio, el personal del club, además de chequear exhaustivamente a todos los aficionados, requisaron las caretas de cartón. Según uno de los aficionados a los que le requisaron la máscara el guardia de seguridad, justificó la acción por "órdenes directas del club".

Poco después, la organización Tsunami Democràtic emitió un mensaje en la red social Twitter criticando la decisión del club azulgrana. "¿Dónde queda la libertad de expresión, presidente Josep María Bartomeu? Estos hechos contradicen lo que se dijo públicamente. ¡Esto es censura!", lamentaba el mensaje de la organización.

Luego, el club confirmó que estaba "prohibido por ley" entrar con caretas al estadio. Así lo transmitió un portavoz del Barcelona- Inicialmente, los guardias de seguridad tampoco permitieron la introducción de pancartas con el lema: "Spain, sit and talk" (España, siéntate y habla), pero posteriormente sí, después de que el club admitiera una "mala comunicación" en este caso.

Aproximadamente 100 mil aficionados acudieron al clásico en el estadio más grande de Europa, y más de 3 mil policías y guardias de seguridad fueron asignados en el lugar. El juego inició con tranquilidad, pero varios incidentes se registraron hacia el final del partido, que finalizó 0 a 0.

Algunos aficionados sostuvieron carteles azules que decían "España, siéntate y dialoga'' y "LIBERTAD''. Otros coreaban en catalán "Libertad a los Presos Políticos''. Tales mensajes eran en referencia a la negativa del gobierno español a discutir la independencia de Cataluña y del reciente encarcelamiento de nueve líderes secesionistas por sus roles en un fallido intento independentista en 2017.

El clásico había sido pospuesto el 26 de octubre ante los temores de que los independentistas -en ese entonces en medio de una oleada de protestas violentas- trataran de interrumpirlo.