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Baréin repite Gran Premio sin Hamilton ni Grosjean

Madrid, 3 dic (EFE).- El domingo Lewis Hamilton (Mercedes) volvió a ganar y Romain Grosjean (Haas) volvió a nacer. Y ninguno de ellos disputará este fin de semana el Gran Premio de Sakhir, repetición, con la pista reducida, del de Baréin: el inglés, por su positivo en covid-19; y el galo, al estar recuperándose aún de las heridas del escalofriante accidente en el que salvó milagrosamente la vida.

A Hamilton, que tras elevar a 98 el récord de 'poles', también alzó a 95 su propia plusmarca histórica de triunfos, lo sustituirá su compatriota George Russell, de Williams, a quien en la escudería de Grove reemplazará otro inglés, Jack Aitken. Y al Haas de Grosjean se subirá otro debutante: el brasileño Pietro Fittipaldi. Nieto de Emerson, el legendario piloto paulista al que en su día -y antes de que perdiera esa condición- relevó como campeón del mundo más joven de la historia el español Fernando Alonso: al igual que él (1972 y 74) ganador de dos Mundiales (2005 y 2006).

El astro inglés dominó sin problemas una carrera que empezó con susto gigante, al ver el coche de Grosjean envuelto en llamas, poco después de la salida; y con la idea, al no mostrarse la repetición televisiva del accidente, de que el desenlace podría ser el peor de los posibles.

Cuando poco después se vio al galo consciente y dentro del coche médico, volvió la calma. Pero, a pesar de saber que se encontraba bien, el visionado del accidente -que dio la vuelta al mundo y trascendió de la crónica deportiva-, aparte de resultar angustioso, confirmaba que Grosjean había salvado la vida de milagro. El halo evitó su decapitación, cuando el monoplaza se estrelló contra la valla de protección; y con el coche partido en dos, el francés tardó 27 segundos en salir del cockpit, envuelto en llamas.

Por fortuna todo se quedó en una fugaz pesadilla. Romain, que ingresó en un hospital militar de Manama, la capital del reino arábigo, no sufrió lesiones mayores. Pero sí quemaduras en las manos, que lo dejan fuera de la próxima carrera y puede que también de la última del año, la semana que viene y en Abu Dabi.

Si así fuese, Grosjean -ya con el alta y que, obviamente, quiere correr- del que ya se sabía que, al igual que su colega danés Kevin Magnussen, no seguiría en 2021 en F1, habría cerrado de esta peculiar forma su carrera en la categoría reina.

Sólo un día después de anunciar, el martes, que el ruso Nikita Mazepin sería piloto oficial el año próximo, Haas dio a conocer la noticia más esperada desde hace tiempo: su compañero será el alemán Mick Schumacher, el hijo del 'Kaiser', Michael Schumacher. Cuya legendaria plusmarca de siete coronas había igualado (tras mejorar la de 'poles', hace tres años; y la de victorias, éste) hace tres domingos, en Turquía, Hamilton. De quien se informó ese día de que el coronavirus interrumpe, al menos de momento, su ruta centenaria.

A Hamilton, de 35 años, lo reemplaza Russell, de 22. Que optimiza recursos en el peor coche de la parrilla. Con el que el sábado no sólo elevó a 15-0 su balance interno en calificación frente al canadiense Nicholas Latifi, sino que aumentó su marca personal a 36-0, tras batir el año pasado en todas las 'cronos' a su entonces colega, el polaco Robert Kubica. Igualando el 21-0 (mayor diferencia en un año) con el que Alonso sometió al belga Stoffel Vandoorne en 2018: el curso en el que Russell ganó la F2.

En el Mundial sigue en juego la segunda plaza, que ocupa el otro piloto de Mercedes, el finlandés Valtteri Bottas, con doce puntos sobre el holandés Max Verstappen (Red Bull), segundo el domingo.

Su compañero tailandés Alexander Albon fue tercero en la primera prueba bareiní, al aprovechar la desgracia del mexicano Sergio Pérez; a quien, cuando rodaba en esa posición, a falta de tres giros para meta, se le rompió el motor del Racing Point. 'Checo', que, en rueda de prensa telemática explicó el lunes que o ficha por Red Bull o se toma un año sabático, irá a recuperar la cuarta plaza que, por dos puntos, le arrebató el australiano Daniel Ricciardo (Renault).

El español Carlos Sainz (McLaren) -octavo en el Mundial, con 85 puntos, quince menos que el mexicano- repitió el domingo la remontada del día que protagonizó en Turquía, ascendiendo de nuevo del decimoquinto puesto en parrilla al quinto puesto final.

Este viernes arrancarán los entrenamientos libres en Sakhir, en un circuito de diferente configuración a la habitual. Reducida a 3.543 metros, en el que se rodará en el anillo exterior, sin el segundo de sus tres sectores; con 11 curvas: ocho a la derecha y tres a la izquierda. Que se repetirá 87 veces en la carrera del domingo, para completar un recorrido de 308,2 kilómetros.

Eso, después de la calificación del sábado, nada sencilla -al ser un giro muy corto y rápido-, y que se disputará horas después del último ensayo libre. En una pista en la que también se repetirán los compuestos de los neumáticos usados el pasado fin de semana: los C2 (duros, reconocibles por la raya blanca), C3 (medios, raya amarilla) y C4 (blandos, roja).

A pesar de firmar otra brillante remontada, Sainz no acabó del todo contento con el quinto puesto del domingo, porque pudo haber optado al cuarto, el de su compañero inglés Lando Norris. Séptimo en el Mundial, con un punto más que el talentoso piloto madrileño.

En otra gran temporada, Norris y Sainz han elevado a McLaren al tercer puesto del Mundial de constructores -con 171 puntos, 17 más que Racing Point-. El más alto al que se puede aspirar, después de que Mercedes certificase matemáticamente, hace más de una mes, su séptimo título seguido por equipos: una clasificación en la que, pase lo que pase, Red Bull acabará en segunda posición.

Adrian R. Huber

(c) Agencia EFE