Los desmentidos están sobrevalorados

Soccer Football - Euro 2020 - Group E - Spain v Poland - La Cartuja Stadium, Seville, Spain - June 19, 2021 Poland's Robert Lewandowski in action with Spain's Rodri,  Aymeric Laporte and Koke Pool via REUTERS/Jose Manuel Vidal
No se lo comieron, le abrieron Laporte (Foto: Reuters/Jose Manuel Vidal)

Unos días después de ser cuestionado por su españolía, Aymeric Laporte fue protagonista de un nuevo diálogo con un periodista. El encuentro esta vez fue virtual, con la comodidad que nos proporcionan las redes sociales. ‘Mundo Deportivo’ había publicado que el defensa “duda sobre su futuro en el Manchester City y sueña con el Barça” y apoyaba esta información en las declaraciones de una fuente —no identificada— de su entorno: «Es un escenario complicado. Él quiere sentirse importante pero parece que en el City siempre va a tener a alguien por delante».

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Unas horas después, Laporte lanzó en Twitter un desmentido para sus más de 400.000 seguidores: «Dani, nadie ha hablado contigo y nadie hablara contigo», escribió, precedido por una ristra de emojis con nariz a lo Pinocho. Ese Dani es Dani Gil, corresponsal de ‘Mundo Deportivo’ en Manchester, que también reaccionó con un tuit: «Con el cariño que te tengo por el trato que he tenido estos años contigo cuando hemos coincidido, NO me he inventado nada de esta información y lo sabes. Habla con quien tengas que hablar pero no nos dejes ni a mí ni a ‘Mundo Deportivo’ de mentirosos. ¡Abrazo fuerte!».

El tuit de Laporte se aproxima a los 10.000 retuits y el de Dani Gil a duras penas alcanza los 67. De estos últimos, además, la inmensa mayoría de ellos son tuits citados para criticarle, ridiculizarle o increparle. Desde hace algunos años los desmentidos han dejado de ser la versión de una de las partes y se han convertido en ley; más aún, son palabra de Dios. Si un deportista desmiente a un periodista, no hay más que hablar.

Yo no tengo motivos para creer ni dejar de creer a Laporte ni a Dani Gil. Pero, por algún motivo, los lectores sí tienen claro a quién otorgar credibilidad y a quién no. Y curiosamente, se la otorgan a la única parte interesada y no a la parte a la que, teóricamente, no le va nada en las noticias más allá de contar a su público lo que pasa. Un momento… ¿acabo de escribir «por algún motivo»? Como si no lo supiera. Como si no lo supiéramos todos. Tantos años abusando del rumor, tensando cualquier comentario inocente hasta convertirlo en noticia o en polémica, acaba pasando factura.

Así que ahora, en caso de duda, siempre se cree al deportista. Se creyó a Pau Gasol, por ejemplo, cuando en febrero aseguró que no estaba listo para volver al Barça, como había publicado también ‘Mundo Deportivo’. Sucedió el 20 de febrero. El día 24, en tiempo récord, Gasol ya estaba listo, listísimo. En esos cuatro días escasos entre la noticia y el anuncio oficial por parte del Barcelona no sólo dio tiempo a rematar todos los temas legales del contrato, sino a que cientos, miles de lectores acusaran a ‘Mundo Deportivo’ de haberse inventado una noticia. Era la palabra de una de las personas más admiradas de España contra la de un denostado diario deportivo. Sin credibilidad… ¿en qué se queda la prensa, aun cuando diga la verdad?