Laporte y el españolímetro

Soccer Football - Premier League - Leicester City v Manchester City - King Power Stadium, Leicester, Britain - April 3, 2021 Manchester City's Aymeric Laporte Pool via REUTERS/Tim Keeton EDITORIAL USE ONLY. No use with unauthorized audio, video, data, fixture lists, club/league logos or 'live' services. Online in-match use limited to 75 images, no video emulation. No use in betting, games or single club /league/player publications.  Please contact your account representative for further details.
Aymeric Laporte. (Foto: Reuters/Tim Keeton)

«¿Tú te sientes plenamente español?», disparó a quemarropa, imagino que con un cetme, Fernando Burgos a Aymeric Laporte durante la rueda de prensa del pasado sábado. El periodista de Onda Cero especificó las múltiples finalidades que hacen deseable esa identificación patriótica plena: «Para poder defender un escudo, una nación, una bandera, un himno».

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Laporte, nacido en Francia, fichó por el Athletic a los 15 años. Fue convocado en tres ocasiones por el seleccionador francés, Didier Deschamps, pero no llegó a debutar y hace unas semanas, a sus 27 años recién cumplidos, se cansó de esperar y con la Euro 2020 a la vista eligió jugar con España, que llevaba años intentando echarle el lazo.

Tras la performance de Burgos, me ha sorprendido leer y escuchar a varias personas que, para criticar al reportero, argumentan que a otros nacionalizados no se les preguntó nada similar. Puede que nunca se haya planteado de esa forma, tan sencilla como directa, pero llevamos décadas presenciado cómo se somete a determinados jugadores a la prueba del españolímetro, un peculiar escáner con el que la prensa calibra la hondura patriótica de estos sospechosos habituales: vascos, catalanes, algún gallego y, por supuesto, los referidos nacionalizados. Preguntas como «¿Qué sientes al escuchar el himno?» no pueden faltar en el cuestionario del periodista dispuesto a identificar potenciales blandengues, cuando no directamente traidores.

Hace sólo unos años, Josep Pedrerol desgastó el españolímetro de tanto pasárselo a Diego Costa, al que acusaba entre otras cosas de “haber llevado unos auriculares con la bandera de Brasil hasta hace dos días”. Por menos se han montado consejos de guerra. En su ofensiva rojigualda, Pedrerol llegó a decir que cualquier delantero nacido en España tenía más derecho que Costa a ser convocado por Vicente del Bosque, y hasta citó a media docena que en ese momento, por diferentes motivos, estaban hechos unos zorros.

Decenas de ejemplos demuestran que se puede haber nacido fuera de España y vestir su camiseta con compromiso, sin mediciones paralelas de fervor y sangre. Fernando Carreño, periodista de ‘Marca’, cita algunos en su cuenta de Twitter: Kubala, Di Stéfano, Puskas, Santamaría, Eulogio Martínez, Roberto Martínez, Rubén Cano, Heredia, Valdez, Marcos Senna, Donato… Y en baloncesto pocas dudas hubo con Luyk, Brabender, De la Cruz, Sibilio o Mirotic.

Alguna vez he escrito —se viene batallita personal para cerrar, lo siento— acerca de un antiguo amigo mío, que se presentó a cenar un día hecho una furia porque España había perdido con Turquía en el Eurobasket 2009. Él tenía muy claro a qué se debía: el seleccionador no era español sino italiano. ¡Cómo podía entrenar a España un italiano! Han pasado ya casi doce años desde entonces pero el españolímetro sigue vigente. España, por cierto, acabó arrasando en aquel Eurobasket. En todo este tiempo, Sergio Scariolo ha ganado con España siete medallas (cuatro de oro, una de plata y dos de bronce) y yo he incorporado a mi vida un puñado de amigos, quizá menos españoles pero infinitamente más interesantes.

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