Así comenzó el golpe de estado de los Lakers

Era una cuestión de tiempo. Los Angeles Lakers están a la deriva y los capitanes no cumplieron con sus labores. El mismo Jim Buss, presidente de operaciones de básquetbol hasta este martes, sin saber la tempestad que se avecinaba, participó en 2014 en una confesión que lo acabó ahogando:

“Si Los Angeles Lakers no son contendientes en tres años, dejo el cargo”.

Y no es que lo haya dejado, fue su hermana y presidenta de la franquicia, Jeanie Buss, la que lo obligó a salir por la escotilla y quien puso en su lugar a Magic Johnson. El que antaño lograra cinco campeonatos de la NBA pasó a ser el nuevo presidente de operaciones de básquetbol de los Lakers. Ya en el puesto, afirmó que ha cumplido con un sueño.

Magic ya pasó a ser asesor de los Lakers hace dos semanas, cuando Jeanie lo convirtió en asesor de la franquicia. Aquello fue un síntoma evidente de que el golpe de estado ya estaba en marcha.

Y mucho tardó Jeanie en dejar fuera a su hermano. Tal y como confesó poco después de hacer pública su decisión, le costó mucho trabajo tener que eliminarlo de su puesto de poder. Por ello pidió perdón a la fanaticada del equipo, porque precisamente por mantenerlo, el impacto en la reconstrucción fue negativo.

Toca hacer borrón y cuenta nueva. El golpe de estado de la franquicia deja un panorama sin Jim como máximo responsable de las decisiones deportivas y tampoco como vicepresidente ejecutivo; sin Mitch Kupchak como manager de la organización y sin John Black como vicepresidente de Relaciones Públicas.

Ahora llegó el momento en que Magic Johnson debe contratar a un manager deportivo y ha de lidiar con lo necesario durante los días previos al cierre de la ventana de traspasos previsto para el miércoles. Para sustituir a Kupchak, el nuevo presidente de operaciones destacó que ya habló con los gerentes de cinco equipos para contratar a uno a la mayor brevedad posible.

“En la NBA ya no hay postemporada, sino una constante preparación para lo próximo”, señaló Jeanie este martes.

Con estos movimientos dirigidos por la presidenta Buss, los Lakers siguen esperanzados en convertirse en un equipo contendiente. Desde la muerte en 2013 de Jerry Buss, patriarca, ideólogo y ejecutor del ‘Showtime’ de los años ochenta, el equipo estuvo sumido en una crisis deportiva e institucional aguda que dura hasta ahora. Una política de fichajes fracasada, jugadores del draft que aún no demostraron estar a la altura, tres años sin clasificar a los playoffs y las dos peores temporadas de la historia de la franquicia hablan por sí solas. Las cosas no iban bien, hacía falta una renovación y después de un desfile que dejó tres entrenadores, la responsabilidad por fin cayó en una cúpula que mostró signos de irresponsabilidad.

Magic llega con el beneplácito de la adoración y la adulación en la comunidad de fans de los Lakers. Sus palabras, aunque fueran en redes sociales, siempre tuvieron peso, sin embargo, ahora se convertirán en acciones. Hereda a unos Lakers hundidos y tiene la obligación de sacarlos a flote pronto, muy pronto.

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