La relación entre ser el país con más ascensores por habitante y la tasa alta de contagios en España

Las cifras de contagios por coronavirus en España no dejan de crecer. La comparativa con otros países europeos demuestra que la segunda ola crece más rápido dentro de nuestras fronteras y entre los muchos indicativos que pueden mirarse para entender el porqué se encuentra el de los ascensores. Según un reportaje publicado hace unos días por RTVE, que cita un estudio de Credit Suisse, España se sitúa a la cabeza de la lista de países con más ascensores por habitante. Un dato que está íntimamente relacionado con la densidad de población, factor que contribuye a una mayor velocidad de transmisión del COVID-19.

¿Qué tienen que ver el número de ascensores de un país y la posibilidad de propagación del virus? (Foto: Getty Images)
¿Qué tienen que ver el número de ascensores de un país y la posibilidad de propagación del virus? (Foto: Getty Images)

Explican desde el ente público que el kilómetro cuadrado más poblado de Europa se localiza en Hospitalet de Llobregat, localidad situada en las inmediaciones de Barcelona y que fue una de las primeras en dar un paso atrás tras dispararse los caso de contagio entre sus habitantes. Sus habitantes tuvieron que regresar al confinamiento a mediados de julio. En España, el indicativo de la densidad de población real no está tanto en hacer la división entre kilómetros de territorio y número de habitantes (el 87% de la superficie se considera inhabitada) sino en la cantidad de gente que se concentra en las zonas habitadas.

En esta ranking España está en cabeza entre los países de mayor tamaño de Europa. Solo la superan Mónaco, Andorra y Malta, con una superficie mucho menor, la superan. La densidad de población en zonas habitadas es de 737 habitantes por kilómetro cuadrado. Para hacerse una idea del significado de esta cifra, en Italia es de 543. Alemania tiene 376 y Francia, 195.

Esto se traduce en un problema más a la hora de frenar la transmisión comunitaria del coronavirus. Aunque, Pedro Gullón, epidemiólogo, ha explicado a RTVE, que “no es tanto la densidad de población como las condiciones de hacinamiento. Y en ciudades con una alta segregación como Madrid y Barcelona eso ocurre con bastante frecuencia”.

Pero, ¿qué tienen que ver esa concentración de población negativa para reducir el riesgo de contagio y los ascensores? La respuesta, en realidad, es bastante sencilla: ese ‘hacinamiento’ de habitantes por kilómetro cuadrado se produce con bloques de edificios. Y eso se da en mayor proporción que en otros países europeos. Un 65% de los españoles viven en pisos frente al 30% francés y al lejano 14,4% de Reino Unido, según Eurostat.

A más edificios de varios pisos, más ascensores. De ahí el liderazgo español en ese sentido según el estudio de 2015 de Credit Suisse. La explicación, añade RTVE, a esa proliferación de bloques y elevadores está en el éxodo rural de los años 50, 60 y 70. A día de hoy, en las grandes y medianas ciudades las casas bajas son testimoniales y las nuevas construcciones son por lo general en vertical.

Aunque, como apunta Gullón, a la hora del contagio por coronavirus no se trata tanto de la “densidad en exteriores” como a la de interiores ya que “una alta densidad puede llevar a que haya mucha gente dentro de cada vivienda y eso sí es peligroso, pero la mayoría de lugares con densidad de población alta en ciudades europeas se debe a que los edificios crecen hacia arriba y no tanto a que viva mucha gente en cada casa”. En España la media de personas por vivienda, según Eurostat, es de 2,5.

Volviendo a los ascensores, que, a tenor de los datos, abundan en España, hace unos días se hizo viral la advertencia de una médico especialista en cirugía Cardiovascular de Oviedo. Inmaculada Flórez señalaba que hay personas que cuando sube a un ascensor y lo hace en soledad se relajan y se quitan las mascarilla creyendo que no hay riesgo.

En la propagación del virus y su incidencia en cada país son muchos los factores que influyen. La densidad de población y el dato de los ascensores, consecuencia uno del otro, son solo una muestra. A todo eso hay que añadir las medidas tomadas, los hábitos sociales y culturales, el sistema sanitario, la responsabilidad individual, la edad de la población…

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