Jeff Bezos y su austera oficina antes de que Amazon fuera un gigante global

Retrato del empresario estadounidense y CEO de Amazon.com Jeff Bezos posa en un pasillo de estanterías con un carrito de compras lleno de libros y discos compactos, Seattle, Washington, septiembre de 1998. (Foto de Rex Rystedt / The LIFE Images Collection a través de Getty Images / Getty Imágenes)
Retrato del empresario estadounidense y CEO de Amazon.com Jeff Bezos posa en un pasillo de estanterías con un carrito de compras lleno de libros y discos compactos, Seattle, Washington, septiembre de 1998. (Foto de Rex Rystedt / The LIFE Images Collection a través de Getty Images / Getty Imágenes)

En 1999 Jeff Bezos ya era un exitoso empresario que estaba ganando renombre en la creciente industria de las ventas por internet, por eso llamó la atención del presentador Bob Simon, quien fue hasta las oficinas de Amazon para conocer sus entrañas.

De ese encuentro surgió una foto que muestra la oficina de Bezos: se trataba de un lugar, con una computadora vieja, una mesa con una pata rota, varias carpetas apiladas y el logo de Amazon escrito con aerosol pegado en una de las paredes.

La imagen se hizo famosa a finales del 2017 cuando el usuario de Twitter la compartió con el mensaje: “Esta fue la oficina de Jeff Bezos en 1999. Todos comienzan en algún lado. Sigue adelante”.

Sin embargo el usuario cometió un error, ya que para esa fecha, el dueño de Amazon ya era exitoso y su empresa comenzaba a generar grandes ganancias.

En realidad, Amazon arrancó en 1994 luego de que Bezos dejó su puesto como vicepresidente de D. E. Shaw & Co., una compañía de inversiones de alto riesgo en Wall Street. Con el dinero que obtuvo con su partida fundó su propia compañía de internet.

Gracias a su instinto de generar un sitio de venta de libros por internet, su crecimiento fue rápido, y se adueñó de un mercado que las grandes cadenas de librerías habían ignorado.

Para 1997 Amazon ya cotizaba en la bolsa y dos años después, en 1999 fue nombrado “Persona del año” por la revista Time.

También fue ese año cuando ocurrió la entrevista con Bob Simon para el programa 60 minutes. En ella el empresario da lecciones de cómo levantar un emporio y vaya que lo ha logrado. Durante esa conversación, Simon le señala una pata de su escritorio, la cual está rota y remendada con cinta adhesiva y Bezos responde, “Es un símbolo, mi forma de decir que sólo hay que gastar el dinero en las cosas que le importan a los clientes”.

Y así lo demuestran las imágenes de todo el piso que ocupaban las oficinas de Amazon, donde parece que el lujo estaba prohibido.

Algo que también estaba en la filosofía de la empresa en ese tiempo era una frase que Bezos le repetía a sus empleados, “Hay que vivir con miedo”.

Photo by Yves Forestier/Sygma via Getty Images
Photo by Yves Forestier/Sygma via Getty Images

Ese miedo y la forma austera en la que vivía, le valió a Amazon sobrevivir al momento en el que se reventó la “Burbuja puntocom” que llevó al cierre a varias empresas de internet que habían vivido un crecimiento acelerado. ​

En la actualidad Amazon es un gigante de las ventas a nivel mundial, tan solo el primer semestre del 2019 facturó US$123,104 millones, US$20 millones más que lo ganado en el mismo periodo pero del 2018.

Amazon es el minorista más grande de Internet en los Estados Unidos. Foto: Getty Images.
Amazon es el minorista más grande de Internet en los Estados Unidos. Foto: Getty Images.

Según analistas de Bloomberg, para finales del 2019 Amazon generó ganancias por US$275,060 millones y estiman que para finales del 2020 supere sus ingresos y sobrepase los US$320,000 millones.

Así que ese símbolo de la mesa rota y remendada con cinta adhesiva demuestra que le sirvió mucho a Jeff Bezos, hoy convertido en el hombre más rico del mundo, con una fortuna valuada en 117 mil millones de dólares, de acuerdo con la lista Forbes.