Arthur Melo tan solo está devolviendo al Barça lo que le han hecho a él

BARCELONA, SPAIN - OCTOBER 06: Arthur Melo of FC Barcelona looks on during the Liga match between FC Barcelona and Sevilla FC at Camp Nou on October 06, 2019 in Barcelona, Spain. (Photo by Aitor Alcalde/Getty Images)
Arthur Melo levanta las manos en un partido de Liga, esta temporada. (Foto Aitor Alcalde/Getty Images)

A los seres humanos nos encantan las historias. Desde los tiempos ancestrales, nos ha gustado diferenciar entre buenos y malos. Héroes y villanos. Culpables e inocentes. El relato es poderoso y ordena nuestra vida. Nos ayuda a comprenderla mejor. En el caso de Arthur Melo, no hay nada más fácil que presentarlo como un malandro más, un arquetipo brasileño que representa a un personaje bohemio, fiestero y hedonista en definitiva. Sin embargo, y permítanme que altere el cuento, se nos está olvidando un punto clave: el Barça ha decidido echar por la puerta de atrás y de malas maneras al mejor centrocampista de la entidad azulgrana en las últimas dos temporadas tras ningunearlo públicamente.

La afirmación no justifica un comportamiento poco profesional por parte del brasileño. No es esa la intención de este artículo, pero sí relativizar la situación y hacer entender que, quizás, Arthur tan solo está devolviendo a la directiva lo que le han hecho a él. ¿Cuántas veces dijo que su futuro pasaba por el Camp Nou y que su deseo era seguir en el Barça? ¿Cuántas veces negociaron a sus espaldas con la Juventus? ¿De verdad vamos a comprar la imagen distorsionada que nos están tratando de vender?

De poco sirvieron sus palabras de compromiso, su evolución como interior adelantado o su talento futbolístico. De la misma manera que el sudamericano verticalizó su juego hasta lograr marcar tres goles y dar cuatro asistencias en el inicio de la Liga, también aumentó su ascendencia en el engranaje azulgrana. Ante la acumulación de jugadores de base, Sergio Busquets, Frenkie de Jong y él, tan solo el brasileño fue el elegido para situarse más arriba y dar el paso hacia adelante que demandaba el equipo.

En este sentido, los responsables azulgranas dirigidos por Josep Maria Bartomeu en la directiva y por Eric Abidal en la dirección deportiva tenían que maquillar unas cuentas maltrechas y para justificar la venta, cincelaron el valor y la vida del jugador. A pesar de estos intentos, la carrera del brasileño en el Barça enseña que el rendimiento evidenciado es mucho más alto del que se ha retratado en los últimos días.

Por ello, la campaña iniciada contra el brasileño no debería tapar lo que ha hecho hasta que la situación se ha convertido en insostenible. Ahora, el Barça deberá jugarse el pase a cuartos de final de la Champions League ante el Napoli con tan solo 16 futbolistas del primer equipo y cuatro centrocampistas: Rakitic, de Jong, Riqui Puig y Sergi Roberto. Con Busquets y Vidal sancionados, Setién esperaba contar con un jugador al que tan solo ha ofrecido los minutos de la basura frente al Celta en las últimas semanas. ¿Quién iba a pensar que un jugador maltratado por la directiva iba a declararse en rebeldía cuando ya forma parte de otra entidad? Impensable, ¿eh?.

Con la falta de información interna que nos falta, queda claro que la intención del club ha sido ir desprestigiando la figura del centrocampista sudamericano desde el momento en que la tesorería empezó a adolecer en exceso para vender como bueno su traspaso al gran público. Probablemente, la fuga al cumpleaños de Neymar (después pidió perdón) y esos días donde se fue a esquiar a Andorra cuando estaba tocado no ayudaron, pero lo que está claro es que el movimiento ha sido por motivos puramente contables. El resto es difícil de argumentar.

Se me escapa cómo se puede ir alardeando de querer revitalizar una plantilla cuya base oscila alrededor de los 30 años mientras envías a un futbolista de 23 años como Arthur a la Juventus para traer a Pjanic (30 años). Supongo que algo parecido le debe pasar al aficionado azulgrana que ha decidido no tragarse más mentiras de una de las peores directivas de la historia del Barça. Intuyo que forma parte de la estrategia de una planificación deportiva insuficiente desde que se produjo el traspaso de Neymar Júnior al PSG.

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