Argentina y Paraguay, con la misma y urgente necesidad

Lionel Messi, la esperanza argentina de cara a la recuperación. (Photo by Gustavo Ortiz/Jam Media/Getty Images)
Lionel Messi, la esperanza argentina de cara a la recuperación. (Photo by Gustavo Ortiz/Jam Media/Getty Images)

Segunda oportunidad para Argentina y Paraguay de abrazar la victoria. Segunda y ¿última?...Seguramente.

El margen de error es mínimo, sobre todo para la Albiceleste, de muy mal debut contra Colombia, con los ojos del mundo puestos en un Lionel Messi que emerge, como es habitual, como la figura del eterno salvador, como si el fútbol se tratara de un deporte individual, enrostrándole la “obligación” de resolver por si mismo lo que en conjunto no se logra. Una premisa que desde el vamos es errónea y que guía indefectiblemente hacia el fracaso conceptual.

Argentina afronta un reto insoslayable. Debe modificar 180 grados su actitud, su juego, su entrega y su poder de convencimiento.

Si esta selección es la del primer tiempo ante Colombia, la situación se manifiesta de manera ostensiblemente grave. Si es la de los primeros 20 minutos del segundo tiempo, algo de esperanza aún queda. Pero la realidad marca que en el global la imagen es concluyente: negativa por donde se la mire.

De ahí que este duelo ante Paraguay tenga una doble obligación, una carga extra que no sólo es la de ganar para sumar de cara a la clasificación a la próxima ronda sino también la de generar un nuevo motivo de esperanza en un proceso de renovación que, a priori, no es nada sencillo.

Argentina tiene la obligación mayor por historia, por categoría y por presión. Una derrota lo colocaría muy cerca de la despedida del torneo y, por lógica, la del técnico Lionel Scaloni, con las dolorosas y terribles consecuencias que eso implicaría.

Por su parte Paraguay también llega tocado. El empate ante la invitada Catar fue un toque de atención en un proceso que recién comienza pero que ya se mira con recelo.

Desde un principio la contratación de Eduardo Berizzo no tuvo la aprobación general. La prensa local no lo apoyó y los pocos resultados, hasta el momento, tampoco generan esperanza a pesar de tratarse de un proyecto en formación.

Eduardo Berizzo, técnico de la selección paraguaya. (Photo by Omar Vega/Getty Images)
Eduardo Berizzo, técnico de la selección paraguaya. (Photo by Omar Vega/Getty Images)

Paraguay está en plena etapa de renovación, de un cambio generacional que llevará tiempo de consolidación, sobre todo tratándose de un país que si bien le ha dado al mundo grandísimos jugadores, en comparación con la propia Argentina, Uruguay o Brasil, está varios escalones por debajo.

Ambos llegan con idéntica necesidad, con la misma urgencia, aunque bien es sabido con distinta repercusión posterior. El resultado será clave, pero las armas para conseguirlo servirán también como termómetro para medir lo que se viene, sea bueno o sea malo.