Argentina-Ecuador. Gustavo Alfaro: un debut con derrota, lo que le gustó de su equipo, y el "no fue penal"

El estreno con derrota en las eliminatorias no modificará la idea de juego de Gustavo Alfaro. El director técnico de Ecuador desarrolló un plan estratégico conocido, porque es un entrenador que pocas veces se sale del molde. Su selección no se desacomodó ni después del penal que convirtió Lionel Messi, a los 11 minutos del primer tiempo. Evitó descompensarse, sostuvo la idea de no abrir espacios para que la Argentina clavara una segunda estocada y la Tri quedara fuera de partido. La parte defensiva la ejecutó con solvencia, porque la albiceleste no inquietó, más allá del gol y de un remate franco de Ocampos que desvió Domínguez. Pero le faltó la restante faceta: atacar. Apenas se contabilizaron un puñado de aproximaciones sobre el arco de Armani, aunque el riesgo fue cero.

Argentina-Ecuador: la selección ganó 1-0 en un debut que no dejó más que el resultado

"Nos faltó esa soltura para animarnos y agredirlos ofensivamente, pero me gustó lo que hizo el equipo. En el comienzo respetamos a Argentina, después buscamos, presionamos arriba, coordinamos las líneas y se fueron encontrando sociedades para llegar al empate. Argentina no tuvo jugadas de contragolpe y si lo empatábamos no estaba mal.", analizó Alfaro, acerca del desarrollo y de lo que ensayó Ecuador. Una pintura que va de la mano con lo que anticipó antes de emprender el viaje a Buenos Aires. "Somos más un puñado de buenas intenciones que un equipo de fútbol. Todavía no terminamos de conformar un grupo. Después tiene que surgir un equipo. No es lo ideal. Las pruebas las vamos a tener directamente en los partidos contra Argentina y Uruguay", reconoció, en la previa el seleccionador argentino.

Sesenta y seis segundos demoró Alfaro en ensayar el primer reclamo, una falta que le hubiera posibilitado a Ecuador a desarrollar la fórmula con la que intentó lastimar en la Bombonera: ensuciar la salida y salir con velocidad hacia el arco de Armani. La seña con las dos manos, dándole forma a una pelota y la sonrisa delataron que el foul existió y que el árbitro chileno Roberto Tobar tenía razón. Esa complicidad entre el director técnico y el juez principal desapareció cuando Estupiñan cometió una falta innecesaria sobre Ocampos, que derivó en el penal que lanzó Messi para el 1-0. El rafaelino protestó con el gesto de tirarse al piso la sanción al cuarto árbitro Christian Ferreyra.

"El partido se dispara por jugada controvertida, un penal de VAR. Me dejó duda, no fue penal", aseveró Alfaro, sobre la acción que finalmente determinó el resultado. Posiblemente lo que no logró visualizar Alfaro es que el árbitro chileno sancionó con convicción la falta de Estupiñan. El VAR, donde estuvieron el chileno Cristian Garay y el uruguayo Andrés Cunha, no intervino en la jugada. Sobre la actuación de Tobar, el rafaelino no entró en detalles: "Fue un partido limpio y fuerte, con disputas con vehemencia, pero siempre con buena intención. Honestamente, lo único controvertido es la sanción del penal. Con todo respeto, disiento con esa decisión".

De impecable traje azul -mismos tonos que cuando debutó en Boca-, siempre de pie y en el banco de los suplentes que en su último paso por el fútbol argentino le resultó ajeno, Alfaro se mostró activo, alentando a sus jugadores e indicando movimientos y coberturas. "Con el ingreso de Ángelo Preciado buscamos más salida y con la entrada de Gonzalo Plata mayor presencia en el mediocampo. De mis equipos espero que tengamos el orden para hacerle jugar a un rival como Argentina un partido incómodo, pero también agresividad y fuerte mentalidad para jugar contra todos los rivales de la misma manera. La actitud este equipo no la va a negociar, como no la negoció esta noche", definió el seleccionador.

La breve charla y el abrazo final con Lionel Scaloni, las últimas imágenes de Alfaro en su debut como técnico de una selección y en una cancha que resultó su casa, como la Bombonera. "Somos un equipo joven y el cuerpo técnico de Argentina me dijo que apueste por estos chicos, que tienen un futuro enorme. Estamos en transición y renovación, necesitamos de los muchachos con experiencia, pero los jóvenes vienen con fuerza y eso es alentador", el mensaje esperanzador para una selección que en la próxima cita se medirá con Uruguay en la altura de Quito: "Deberemos ejercer la misma presión, pero tener paciencia para montar juego desde el fondo. Será un rival de líneas apretadas, por eso tendremos que ser precisos para poner gente en función de ataque".