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Argentina campeón: las videollamadas de Messi con su familia y su charla con Neymar tras el partido

Como en el barrio: Messi, Neymar y Paredes, tres amigos, charlando después de la final.
Captura de pantalla

Terminados los abrazos, las felicitaciones y los elogios; concluida la etapa protocolar de la premiación y ya coronado como campeón de la Copa América y mejor jugador del torneo, Lionel Messi se tomó un momento para sí mismo. Para compartir con los suyos, que están del otro lado del mundo. Agarró su teléfono celular y se puso a hablar con su familia desde el mismísimo corazón del estadio Maracaná.

Su mujer, Antonela Roccuzzo, publicó una foto en su perfil de Instagram en la que se ve a La Pulga exhausto luego del partido, pero feliz por haber logrado ese objetivo tantas veces postergado por rivales y resultados adversos: ser campeón. La sonrisa, indeleble, estaba ahí, en la imagen del capitán, que se quedó un largo rato sin que nada ni nadie pudiera sacarlo de se ritual casi íntimo pese a la mirada de cientos de miles por televisión. Un rato con los suyos.

La felicidad de Leo Messi y Antonella Roccuzzo, su esposa, en una videollamada
Instagram


La felicidad de Leo Messi y Antonella Roccuzzo, su esposa, en una videollamada (Instagram /)

Un rato después, sin moverse del césped del Maracaná, como si se tratara del parque de su casa, el familiar que apareció en la pantalla de su teléfono fue su papá, Jorge. La TV hizo un plano en el que se advertía que Messi papá hablaba y hablaba y Messi hijo escuchaba, asentía y se emocionaba. Así, durante unos minutos.

Cuando, por fin, Messi se despegó del césped, llegó el momento de quitarse la remera alegórica del festejo argentino y de sacarse la medalla del cuello. Esta vez, era la dorada. Camino al vestuario, hizo otra pausa. En la antesala, entre el campo y los camarines, lo esperaba un amigo con el que compartió club en España y con quien siempre soñó con volver a jugar: Neymar, que charlaba con Leandro Paredes. Los tres, sin remera, tatuajes al viento, como si recién acabaran un partido de solteros contra casados; un picado entre amigos y no una final para definir al nuevo campeón continental.

Messi y una imagen para toda la vida.
Silvia Izquierdo


Messi y una imagen para toda la vida. (Silvia Izquierdo/)

Messi tenía las medias bajas, pero no paraba de hablar del partido junto a su amigo. Raro lujo se dio el Maracaná: tener en cancha a dos de los mejores futbolistas del mundo. Ahora, esos dos deportistas que habían estado enfrentados por los colores, recordaban anécdotas de partidos de Champions League o, simplemente, hablaban de lo que había sido la final que acababa de terminar. Una final que, esta vez, se decantó para el lado de Argentina. Y que provocó el llanto del mismísimo Neymar.