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Argentina campeón: Rodrigo De Paul, el silencioso socio de todos que tuvo la final perfecta en el Maracaná

Final de la Copa América Brasil 2021: Rodrigo De Paul, el hombre que persigue a Neymar
Andre Penner

Luis Zubeldía, entrenador de Lanús, debe estar frotándose las manos. Como argentino, por supuesto, tras la conquista en la Copa América de Brasil, en el Maracaná. Pero mucho más como uno de los mentores de Rodrigo De Paul, el hombre que anoche jugó un partido perfecto. El mediocampista debutó en Racing, en 2012, de la mano del DT pampeano, y nunca más salió. Era un sello. Era su destino.

Zubeldía suele destacar en cada entrevista que puede a dos jugadores distintos que dirigió: Eduardo Salvio y De Paul. ¿Por qué? Porque desde que aparecieron en primera siempre se sostuvieron, más allá de algún altibajo lógico de la edad. Nunca bajaron. Hoy, el seleccionado argentino, en medio de un recambio ya consumado, disfruta a Rodrigo De Paul, el socio de todos, de Lionel Messi, pero también de Leandro Paredes. Y de Cristian Romero. Ni qué de decir, como anoche, de Gonzalo Montiel. El hombre que hace magia. Está por aquí y por allá. Justo en el día que el conjunto albiceleste quebró un maleficio que llevaba 28 años.

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De Paul siempre se adaptó a las necesidades del equipo. De origen talentoso y, tras varias horneadas, sacrificado en pos del bien colectivo. Es tan capaz de conducir al equipo como socio de Messi como de tirarse a los pies para hacerle sentir el rigor al rival de turno. O, como anoche, de levantar la vista, ver el horizonte, y lanzar un pelotazo que tuvo más de asistencia para Ángel Di María, autor de la conquista histórica. Ese es De Paul. No habla mucho. Actúa. Se hace notar a partir de un silencioso coraje.

Una imagen típica en la noche del Maracaná: De Paul, a la marca sacrificada de Neymar
Andre Penner


Una imagen típica en la noche del Maracaná: De Paul, a la marca sacrificada de Neymar (Andre Penner/)

Lo que para muchos puede ser un déficit, para Scaloni es una virtud. De Paul puede jugar por la derecha, por el centro o por la izquierda. La solidaridad es una de sus banderas. Y, bien entendida, se transforma en uno de los principales argumentos de un equipo campeón que se construyó a partir de la unión grupal. Actitud. Eso se buscó en el recambio. Y el futbolista de 27 años se convirtió en un emblema.

Anoche corrió, jugó y volvió a correr. Siempre al servicio del equipo. Tal vez por eso se haya fijado en él Diego Simeone para llevarlo a Atlético de Madrid. Tal vez haya notado cierto reflejo en su figura. De Paul, en medio de un burbuja que ya está cerca de los 50 días, fue uno de los que vivió sensaciones intensas con el inminente pase de Udinese al club colchonero, que pagará alrededor de 35 millones de euros por el argentino. Los argumentos están a la vista.

Desde las entrañas del seleccionado le cuentan a LA NACION que, de la nueva camada, De Paul es uno de los que más pudo llegarle a Messi, a puro desparpajo. Tanto que en una de las primeras citaciones se postuló para viajar en el vuelo privado junto con el capitán. Dicen que al N° 10 fue una de las actitudes que más le gustó.

Implacable: Rodrigo De Paul, un cancerbero constante para asediar al astro de la selección brasileña
Bruna Prado


Implacable: Rodrigo De Paul, un cancerbero constante para asediar al astro de la selección brasileña (Bruna Prado/)

“Todo valió la pena”, había publicado en sus redes sociales antes de la gran final ante Brasil. Y dio la sensación de que así fue. De Paul hizo su camino en el seleccionado argentino. En poco tiempo. Acortó los plazos. Demostró que no hace falta eternizarse para dejar una huella.

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Miguel Micó, uno de sus descubridores siempre recuerda que en Racing sus compañeros se enojaban porque “no bajaba”. Justo a él, que ahora hace un culto del sacrificio. Mucho pasó desde el debut en la Academia hasta el pase millonario a Valencia. Un fugaz regreso a la Academia para tomar más impulso y la confirmación en Udinese. El chico de Sarandí jamás cambió. Por eso en uno de su tatuajes tiene grabadas las coordenadas de la Argentina. Para no olvidarse de sus orígenes. De Paul se ganó un lugar en el seleccionado albiceleste. Fue un campeón dentro del campeón. Entró, quizá, para ya no salir. Como lo dijo Luis Zubeldía, el mentor.