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Arco encerrado: con la llegada de García y los rumores de Andrada y Rossi, Boca abre dudas en un puesto que estaba bajo llave

Con el paso de los meses fueron apareciendo rumores que indicaban el posible regreso, pero no hay dudas que el Mundo Boca abrió los ojos en la mañana del jueves y se llevó la sorpresa al leer que la institución había hecho oficial la incorporación de Javier García, el arquero fruto de las inferiores que, nueve años después de su partida, vuelve a ponerse el buzo tras su salida de Racing en libertad de acción. Un poco porque hace ruido la amistad que mantiene con Juan Román Riquelme, el líder del Consejo de Fútbol; otro poco por su edad (33 años); pero, sobre todo, porque ninguno de los otros dos arqueros de primer nivel que integran el plantel todavía fue vendido al exterior. E, incluso, puede ser que eso no termine sucediendo (al menos, en el corto plazo).

Javier García y Boca: una incorporación incómoda

La conclusión parece inmediata: si llegó uno, es para que otro se vaya. No obstante, por el momento, no sucedió. Esteban Andrada y Agustín Rossi, que volvió tras el préstamo en Lanús, se entrenan en el predio de Ezeiza. Y así, Boca pasa de la plena tranquilidad en el arco a los interrogantes sobre cómo se manejará la administración de tantos arqueros, y qué tanto éxito conllevará la idea de haber incorporado en el puesto sin desprenderse de algún nombre.

Cuando Gustavo Alfaro asumió en la dirección técnica, en 2019, automáticamente pidió tener entre sus filas a Marcos Díaz, el arquero que había disfrutado en Huracán antes de recalar en Brandsen 805, para darle una competencia más dura a un Andrada indiscutido. Si bien miró mayoritariamente los partidos sentado en el banco de suplentes, en sus contadas participaciones en la Copa Argentina no había convencido. De hecho, en la eliminación del último certamen, por penales frente a Almagro, fue apuntado por la responsabilidad que tuvo en el gol recibido en los 90 minutos.

Sin embargo, ya este año -con Miguel Ángel Russo como DT- supo demostrar ser ese hombre de confianza que conocía Gustavo Alfaro.

En las primeras tres fechas del sprint final de la Superliga, que terminó con la vuelta olímpica, Marcos Díaz fue una de las grandes figuras del equipo. Ante Independiente, en el reinicio de la competencia, por sus constantes atajadas en un contexto en el que su equipo jugó desde temprano con diez hombres (0-0); ante Talleres, en Córdoba, por su viveza para iniciar velozmente las jugadas que terminaron en los tantos de contraataque del triunfo (2-1); ante Atlético Tucumán, por su sobriedad para mantener el arco en cero (2-0).

Con un Andrada que desde hace dos años es una garantía, Marcos Díaz parecía haberse ganado la firma para continuar en el club un tiempo más: la institución boquense conseguía seguridad en el apellido titular y en el suplente. Russo, además, quería seguir contando con ambos. Entre el sueldo alto y algunas actitudes que no gustaron en la directiva, decidieron no firmar un nuevo contrato. Aunque también sabían que se produciría el retorno de Rossi y que García estaba pendiente del llamado de Riquelme.

"La noticia es siempre que 'llegás por ser amigo', pero Román no va a ser nada en contra de Boca. A algunos les caerá bien o mal. No es noticia, soy muy autocrítico. Si van mal las cosas, yo no puedo estar acá", respondió Javier García en TNT Sports y sobre la teoría de la amistad.

Teniendo a dos arqueros de nivel como Andrada y Rossi, ¿por qué incorporar a García? Con una pandemia que no para de azotar y que muestra su realidad incluso en el plantel xeneize, con los casos positivos de Agustín Almendra, Iván Marcone, Walter Bou y el juvenil Agustín Lastra, considera que deben nutrir al grupo de futbolistas y prepararse tanto para jugar la Copa Libertadores (Boca retoma la competencia el 17/9) como para tener que cubrir cualquier otro resultado positivo en medio de los testeos. Por eso un nombre más, aunque suene a abundancia en el puesto.

En el club manejan diversas velocidades. Algunos son cautos. Prefieren esperar el paso de los días y ver, por ejemplo, si prospera ese supuesto interés que hay en Europa por Andrada: el equipo que lo desea sería Roma, pero desde el Consejo de Fútbol aseguran no haber recibido nada concreto. Otros, ponen quinta y aceleran a fondo: ya aseguran que los tres guardianes del arco formarán parte del plantel, por lo menos, hasta fines de 2020.

Boca suma sus dos primeros refuerzos para el equipo de Miguel Angel Russo: Edwin Cardona y Javier García

Sin embargo, suena extraña la afirmación, ya que hay otra pregunta dando vueltas: ¿Por qué Rossi cambiaría el deseo que le demostró a la anterior dirigencia? Hace menos de dos años, prefirió irse antes de seguir siendo la sombra de Andrada. Y su intención sigue siendo la misma: atajar. En Boca, no lo conseguirá a excepción de que -efectivamente- llegue la importante oferta por su compañero. Sin embargo, tampoco hay (en concreto) equipos que busquen contar con sus servicios.

Javier García le hizo saber a Russo que aceptaría ser la tercera opción, un tema que profundizó este jueves: "A Racing llegué como tercer arquero. Después, Chacho (Coudet) me dejó de suplente y pude atajar. La gente de Racing estuvo contenta conmigo y ganamos dos campeonatos. Acá espero lo mismo, me gusta mucho competir".

Por otro lado, están las dudas con respecto a los dos arqueros que lucharán por el lugar del mendocino. Tanto Rossi como García vienen de buenos rendimientos. El primero terminó siendo querido en la entidad del Sur, mientras que el segundo, cuando lo necesitaron en Racing, rindió. No obstante, con el buzo de Boca, Rossi no dejó una buena imagen más allá de que en los últimos meses de 2018, cuando Andrada sufrió la fractura de mandíbula, elevó su rendimiento. García, por su parte, fue campeón (Apertura 2008), pero en dos años y medio en la primera fue más relevo que protagonista: 45 compromisos en el arco; 67 en el banco. Y su desempeño fue de mayor a menor.

Además, aparece otra barrera más que impide el crecimiento de Manuel Roffo, la eterna promesa del club que jamás tiene un lugar. Ni siquiera, con el cartel de haberse puesto los guantes en el Mundial Sub 20 del año pasado y ser permanentemente citado para la selección juvenil.

Llegó García, un viejo conocido. Pero de una dupla que había dado seguridad, Boca pasó a un trío lleno de interrogantes.