Aprendices de Cristóbal Soria

ALMERIA, SPAIN - JANUARY 13: Players of FC Barcelona during the penalty shootout during the Supercopa de Espana Femenina Semi Final match between Club Atletico de Madrid and FC Barcelona at Municipal de Los Juegos Mediterraneos on January 13, 2021 in Almeria, Spain. Sporting stadiums around Spain remain under strict restrictions due to the Coronavirus Pandemic as Government social distancing laws prohibit fans inside venues resulting in games being played behind closed doors. (Photo by Fermin Rodriguez/Quality Sport Images/Getty Images)
El fútbol femenino está de enhorabuena: ya tiene también periodismo fanático, como el masculino. (Foto: Fermin Rodriguez/Quality Sport Images/Getty Images)

Los lectores asiduos a La Libreta de Van Gaal sabrán que aquí tenemos por costumbre no escatimar nombres y apellidos a la hora de reseñar las barbaridades que vamos encontrando por ahí. Pero hoy haremos una excepción. Mantendremos al protagonista de la columna —en lo sucesivo, “el interfecto”— en un anonimato sin duda doloroso para alguien que pretende, precisamente, hacerse un hueco en el divertido mundo de los opinadores —que no informadores— deportivos.

Para labrarse un porvenir en este precioso universo, el interfecto ha optado por el camino más fácil. Le escuché una vez a Pepe Rodríguez, el creador de PepeDiario, que obtener una gran audiencia es muy fácil y hacerse millonario también. Para esto último basta con traficar con drogas, por ejemplo; para lo primero, lo más sencillo es elegir un segmento concreto de la audiencia y decir todas las barbaridades con las que se le pueda complacer. Las “verdades como puños”. Y a poder ser, gritando. No todo el mundo vale para esto, claro. Luego hay que poder dormir. Con las drogas y con los gritos.

La semana pasada, este buscador de fama se coló en la rueda de prensa de José Luis Sánchez Vera, entrenador del Atlético de Madrid. Acababa de obtener el pase a la final de la Supercopa femenina ante el equipo del interfecto, el FC Barcelona. Porque claro, el salto a la gloria mediática es más accesible con la camiseta puesta. “¿Cómo es posible que en el siglo XXI sigamos sin el VAR en estas competiciones tan importantes?”, comenzó el interfecto. Parecía una pregunta más o menos normal, aunque tuviera su carga opinativa, pero en realidad era sólo un preludio en su agenda oculta: “Hoy se puede decir que se os ha aparecido la Virgen y el Espíritu Santo, porque el Barça os ha dado un baño pero gracias al VAR estáis en la final de la Supercopa”.

Imagino que nadie en el Departamento de Comunicación de la Real Federación Española de Fútbol estaba al tanto de los antecedentes del interfecto, moderadamente conocido en redes sociales —aunque infinitamente menos de lo que le gustaría a él— por unos vídeos que resultan extremos incluso dentro del fanatismo. Una parodia involuntaria. La pregunta a Sánchez Vera tuvo cierto recorrido en redes y despertó no sólo los habituales lamentos de lectores por la deriva de los medios sino también las críticas de muchos periodistas, algo mucho menos frecuente. Cómo sería la cosa que el interfecto acabó borrando el tuit+vídeo con la pregunta, en el que dejaba claro que lo importante había sido su comentario, no la respuesta del entrenador.

No podemos culpar sólo a este buen hombre por comportarse así. Él solo sigue el camino establecido desde algún tiempo para hacerse un nombre en el mundillo. Ha visto al tal Jota Jordi y sabe que el listón de entrada es bajo. Ha visto a Cristóbal Soria y sabe que la sobreactuación vende. Ha entrado en As.com y ha visto que el contenido estrella —año y medio después del cambio de director— siguen siendo los vídeos en los que uno puede ver cómo le cambia la cara a Tomás Roncero a medida que le van cayendo goles al Madrid. Ha visto a Álvaro Ojeda hacer pasar la grosería por atrevimiento.

¿Por qué a todos ellos sí les nombramos y el interfecto es sólo el interfecto? Porque ya pertenecen al ‘establishment’. A ver cuándo empezamos a mirar mal también a estos y no sólo a los ‘frikis’ que se cuelan de vez en cuando en una rueda de prensa.

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