Aniversario. Tortugas Country Club cumple 90 años: una ciudad en sí misma que marcó un estilo de vida vinculado con el deporte

"Son tan lentos que parecen tortugas". Don Antonio Maura y Gamazo jugaba al polo con sus amigos en la granja Solórzano, en Pilar, y su mujer le hizo notar la parsimonia del juego en comparación con la velocidad con que lo practicaban los ingleses. A Don Antonio le gustó el nombre y lo adoptó para el equipo. En 1925 debió viajar a su España natal para enterrar a su padre, pero sus amigos siguieron concurriendo todos los sábados y domingos. Para ahorrarse el largo viaje de ida y vuelta hasta Buenos Aires, instalaron tiendas de campaña. A su regreso, Maura quedó tan encantado con la idea que la potenció y se terminó de convencer de hacer realidad su sueño de crear una ciudad deportiva. A las canchas de polo le agregó una de golf de 9 hoyos, una de paleta, pileta olímpica y el club house. Así, el 22 de agosto de 1930 se firmó el acta de fundación del Tortugas Country Club, al que su fundador le gustaba llamar ciudad deportiva sudamericana. "Un club de amigos y para los amigos".

Entrar hoy en el country más antiguo de Sudamérica es trasladarse a otra dimensión. El largo periplo que significaba tomar la General Paz, atravesar San Martín y Campo de Mayo (o Hurlingham después de las 20) para llegar al pueblo de Kilómetro 40 (luego renombrado Tortuguitas en alusión al club lindero) se convirtió en un placer con la construcción de la ruta Panamericana. A sólo media hora del caos de Buenos Aires se erige este oasis de naturaleza y deporte. Un dejo del clima de amistad de sus años fundacionales se puede revivir todas las tardes en Las Piedritas, como se conoce a la galería exterior del club house, donde los socios se juntan luego su jornada laboral o la práctica de algún deporte.

Este sábado, Tortugas festeja sus 90 años de vida. Fue el primer country de Sudamérica y uno de los dos de Buenos Aires con más espacios verdes, que superan el 50% del terreno. De las 80 hectáreas originales se extendió hasta las 215 que abarca en la actualidad. Sus casas se distinguen, en su mayoría, por el estilo español californiano que impuso su fundador, y si bien el estilo fue modernizándose a través de los años, conserva la elegancia casi en la totalidad de sus casas. Además cuenta con seis canchas de polo, dos de golf (una de 18 hoyos y una de par 3), 17 de tenis, tres de squash, una de paleta cubierta, 1 cancha sintética de fútbol 5, la pileta original "que nunca tuvo una rajadura" de 33,33 metros, gimnasio, pista de equitación, un picadero abierto de 110m por 40, pista de vareo, 320 boxes, un SUM con un cine con 120 butacas, capilla, estación de servicio y supermercado Coto. Una verdadera ciudad en sí misma.

Tortugas fue el primer country de Sudamérica. Abarca 215 hectáreas, tiene seis canchas de polo, dos de golf (una de 18 hoyos y una de par 3), 17 de tenis, tres de squash, una de paleta cubierta, la pileta original, gimnasio, una pista de equitación, un picadero abierto de 110 metros por 40, una pista de vareo, 320 boxes, un SUM con un cine de 120 butacas, una capilla, una estación de servicio y un supermercado.

"Marcó un estilo de vida", sentencia Francisco Dorignac, presidente de la institución desde hace 40 años y habitante de Tortugas desde que tenía 5. "A diferencia de otros countries, no se concibió como un negocio inmobiliario o como un club residencial con deportes, sino que se erigió alrededor del deporte. Hemos mantenido un estilo de vida que fue el objetivo del fundador, adecuándonos a la modernidad".

El polo no sólo fue predecesor del country, sino que se mantuvo como su deporte insignia. Las canchas del Tortugas Country Club están consideradas entre las mejores del país y allí se disputa la Copa Emilio de Anchorena por el Abierto de Tortugas, uno de los tres certámenes más importantes del mundo, integrante de la Triple Corona argentina. En 1935, el representativo de Tortugas ganó el Campeonato Argentino Abierto en Palermo; el cuarteto estaba integrado por Juan C. Alberdi, Mario Inchauspe, Enrique J. Alberdi y Manuel Andrada. No obstante, el representante más famoso del club es Francisco Dorignac, que ganó tres veces Palermo junto a su hermano Gastón, aunque con la camiseta de Santa Ana, e integró en numerosas oportunidades el seleccionado argentino. "La piedra fundacional del club fue el polo y lo seguirá siendo por el prestigio de sus canchas, a la par de las mejores, y por el oxígeno y aire puro que proporcionan en tanto espacios verdes", afirma Frankie.

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Cuenta Dorignac que, luego de la Guerra de Malvinas, a los polistas argentinos se les había vedado la posibilidad de jugar la temporada inglesa. Las puertas se reabrieron luego de que, en 1988, un equipo representativo de Tortugas integrado por él, Gonzalo Pieres, Carlos Menditeguy (h.) y Agustín Bourdieu fuera el primero en presentarse en tierras británicas, reestableciendo la camaradería más allá de las cuestiones políticas. "Antes de viajar recibí un llamado del canciller Dante Caputo. Pensé que me iba a reprender porque íbamos medio de contrabando, pero me pidió que hiciera todo lo posible por que el encuentro tuviera difusión".

Historia y presente, ligados al deporte

El fundador del Tortugas era hijo de Don Antonio Maura y Montaner, que había sido Primer Ministro del Rey Alfonso XIII de España. Luego de cursar estudios de ingeniería civil y arquitectura, se casó en Madrid con la argentina Sara Escalante, viuda de Jorge Newbery, y se trasladó a Buenos Aires como agregado civil honorario de la Embajada de España. Aquí realizó varios emprendimientos, entre ellos la construcción de la primera red de subterráneos.

Maura había diseñado personalmente la cancha de golf original, de nueve hoyos, inaugurada en 1932. Luego se fue forestando con el aporte de los socios y modificando a partir de la asesoría, por ejemplo, de José Jurado. En 1958, a instancias de Osvaldo Maqueira Goñi, que más tarde presidiría el club, se extendió a 18 hoyos. En 1986 fue retocada por el paisajista Carlos Thays. Se trata de una cancha corta (par 72 de 6346 yardas) pero que encuentra su atractivo en la frondosidad de la vegetación, los fairways angostos y la amenaza del agua. Fue sede de importantes certámenes como el Campeonato Argentino Amateur de Damas y de Caballeros, la Copa Hispanidad y el Interclubes.

En la cancha de par 3 (9 hoyos repartidos en 941 yardas) funciona una concurrida escuelita iniciada en 1982 por Carlos Almaraz, uno de los profesionales que salieron del club.

Hasta hace algunos días era habitual observar a Juan Martín del Potro entrenándose (previo permiso especial por ser atleta olímpico) en una de las 17 canchas de polvo de ladrillo. El tenis es otro de los deportes centrales y tiene como máximo referente a Eduardo Soriano, ex jugador de Copa Davis.

Entre los residentes famosos se puede contar a Christina Onassis, hija del magnate Aristóteles Onassis, que en 1988 fue encontrada muerta en la bañera de su casa del Tortugas. Tenía 37 años. Uno de los primeros habitantes era un gerente general de Ford: instaló dos tanques subterráneos de 5000 litros para almacenar combustible. Todavía están allí.

También fueron muchos los visitantes célebres, como el príncipe Philip, Duque de Edimburgo, amante del polo; el príncipe paquistaní Aly Khan, aunque sin su mujer Rita Hayworth; José María Aznar, ex presidente de España; el rey Guillermo de Holanda y la reina Máxima; los presidentes José Félix Uriburu (uno de los socios fundadores), Juan Domingo Perón y Carlos Menem.

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Si bien hoy Tortugas está cerrado por un muro de 8km de diámetro, esto responde a cuestiones de seguridad, pero no implica que sea una comunidad cerrada, afirma Dorignac. Tortuguitas, tal la denominación que adquirió el poblado antes llamado Kilómetro 40 (ya había una localidad denominada Tortugas, en Córdoba, por lo que hubo que agregarle el diminutivo), "nació y creció gracias al club", agrega el presidente. "Tortugas colabora permanentemente con la comunidad, en especial a través de la obra del padre Tomás Llorente. Los countries tienen una imagen negativa, pero es el contexto de inseguridad el que los llevó a encerrarse".

Dorignac recuerda que recién en los años setentas se puso un cerco perimetral. Igualmente a nadie se le ocurría ingresar por otro lado que no fuera la casilla de seguridad de la entrada. En una oportunidad, cuando fue a revisar cómo avanzaban las obras del alambrado, por la entrada principal estaba ingresando un grupo de montoneros, que provocó incendios y disturbios.

Lejos quedaron las épocas en que los jóvenes se juntaban todos los sábados de verano a las 16 para ir a caballo hasta El Cazador, en Escobar, donde comían un asado y volvían a la medianoche. O de las carreras de sulkies, de caballos y hasta de autos "robados" a los padres. O cuando los aviones aterrizaban en las canchas de polo. Pero algo de ese espíritu persiste en su arquitectura distintiva o en el trazado del primer barrio con forma de caparazón de tortuga. Un estilo de vida que cumple 90 años.

Tortugas CC en imágenes