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Los Angeles Lakers-Denver Nuggets. El "maldito mundo" de LeBron James, la vuelta a la gran cita y la leyenda de las 10 finales de la NBA

Reescribe la historia y lo hace cuando, incluso, se trata de modificar su propia historia. Mueve una ficha de su tablero de vida deportiva y se agitan los cimientos de la competencia que domina el mundo básquetbol. Acumula récords, aniquila mitos, se sienta a la mesa de las leyendas. LeBron James vuelve a la lucha por un anillo, con la camiseta de Los Angeles Lakers, que eliminó por 4-1 a Denver Nuggets. Pero lo que impresiona es que él transformó en algo natural una situación extraordinaria: es la décima final que va a disputar, una marca de dos dígitos que apenas pudieron conseguir dioses como Bill Russell (llegó a 12) Sam Jones (11) y Kareem Abdul Jabbar (10).

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Para poner en contexto: LeBron llegó en 2007 con los Cavs, de 2011 a 2014 con Miami, de 2015 a 2018 de nuevo con los Cavs tras volver a Cleveland y ahora su primera con los Lakers, en busca de su cuarto anillo de la NBA (2012, 2013, 2016). The King estará en la décima definición de su carrera en 16 temporadas, si bien su marca respecto a éxitos en esa instancia, hay que tener en cuenta que James solo tiene más finales que 27 franquicias de la NBA (Lakers, 32, Celtics 19 y Warriors, 11).

Y esta locura estadística Lebron James, que además le permite a los Lakers volver a la lucha por el cetro de la NBA después de 10 años, la consiguió en la noche que arrasó con Denver que intentó detenerlo, pero no pudo evitar el 117-107 que resolvió el quinto juego de la serie. The King, en la noche exacta, se despachó una producción que realmente conmueve: 38 puntos, 16 rebotes y 10 asistencias. Y los fanáticos de los Lakers se restregan los ojos porque no veían algo similar desde hace 32 años, cuando en los playoffs de 1988 James Worthy (36+16+10), uno de los integrantes del showtime, se lució en el séptimo juego de las finales del Oeste ante Detroit Pistons.

Es una auténtica máquina de ganar LeBron y siempre como actor principal. "Es el mejor jugador de este maldito mundo. Lo ha estado haciendo durante 17 años. Es una locura. Simplemente te muestra de lo que es capaz", así lo definió su compañero Danny Green, tras la consagración de los Lakers como campeones de la Conferencia Oeste. Y sus registros permiten sostener semejante consideración: está a tan sólo tres triples dobles de romper el récord de Magic Johnson que logró hacer 30. Y como para completar los números de Lebron, hace falta comprender que solo Worthy (1988) y Jerry West (1969) pudieron hacer repetir triples-dobles de 30 puntos en los mismos playoffs.

"Mis compañeros de equipo dijeron que teníamos que ganar y era mi responsabilidad tratar de hacer las jugadas y las cosas correctas en la cancha para ayudarnos a lograr triunfos, pero el trabajo todavía no está hecho". Las palabras de Lebron James tras la coronación en la Conferencia del Oeste permiten comprender cuál es la mentalidad del líder los Lakers. Y como si fuera poco agregó: "Escuché todas las cosas que se dijeron sobre por qué decidí venir a Los Ángeles y que la razón por la que vine no se trataba de básquetbol. Todas esas cosas, todos esos detractores... Entendí que, con la temporada que tuve el año pasado y mi lesión, solo les di más leña para tirar al fuego y para seguir diciendo cosas sobre mí. Pero nunca me desenfoqué de mi forma de pensar y nunca me alejé de mi objetivo".

No importa el protagonista que hable sobre él, sólo tiene palabras que permiten comprender el fenómeno Lebron: "No sé si alguna vez vi en vivo a un hombre hacerse cargo del juego como lo hizo en el último cuarto esta noche (por el partido con Denver). Fue extraordinario..., posesión tras posesión tras posesión de grandes tiros, grandes jugadas. Simplemente una actuación notable", explicó Frank Vogel, el entrenador de los Lakers.

Simplemente un animal competitivo. LeBron James le devolvió la gloria a los Lakers, regresó a la definición de la NBA y es el "maldito" mejor jugador del planeta que a los 35 años no logra saciar su apetito: sólo lo calma ganar.