Ambriz, feliz en el Huesca; descarta llevar a paisanos

Édgar Luna Cruz

CIUDAD DE MÉXICO, julio 15 (EL UNIVERSAL).- Ignacio Ambriz ya tiene una semana entrenando con el equipo del Huesca, y se dice feliz.

"En el primer contacto que tuve con los jugadores, les dije: ‘Yo soy Nacho Ambriz, y ustedes seguramente dirán este pinche mexicano quién será… Pues soy un técnico al que le gusta el orden, la intensidad, soy un obsesionado de la posición de la pelota y quiero jugar bien al futbol’".

De ahí para adelante.

Al técnico no le interesa el qué dirán, las críticas que dicen que dio un paso atrás al llegar a Europa para dirigir en Segunda: "Respeto todas las opiniones, pero la única que vale es la mía… No necesito callar la boca a nadie, hace 12 años, cuando regresé a México, ya buscaba irme. Siempre he corrido riesgos".

Aún arma a su equipo, pero aunque tiene en mente a jugadores mexicanos, ve difícil poder llevarlos: "He tenido reuniones con la directiva, pero no se ha tocado traer ningún refuerzo mexicano. Tengo uno o dos en mente, pero no es nada fácil, los precios no son accesibles. Cuando estábamos en Osasuna quisimos traer a Jesús Arellano, era imposible pagarlo".

Así que Ambriz está feliz, convencido que su decisión fue la correcta: "Mi compadre [Javier Aguirre], me dio el último empujón, es padrino de mi hijo… Tuve una charla muy profunda, llena de groserías que me dijo: ‘Sé que preferías primera, pero así abrirás camino’; él sabe que una de mis aspiraciones era regresar a Europa. Además estoy cerca de Osasuna, tengo muchos amigos ahí. Nos irá bien".