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Álvaro Morata es el delantero que necesita España en la Eurocopa

Spain's forward Alvaro Morata gestures during the UEFA EURO 2020 Group E football match between Spain and Sweden at La Cartuja Stadium in Sevilla on June 14, 2021. (Photo by Jose Manuel Vidal / POOL / AFP) (Photo by JOSE MANUEL VIDAL/POOL/AFP via Getty Images)
JOSE MANUEL VIDAL/POOL/AFP via Getty Images.

Álvaro Morata es el delantero que necesita España en la Eurocopa 2020, por difícil que sea defender esta postura, especialmente ante los aficionados que tuvieron la suerte de acudir a las gradas del Wanda Metropolitano y La Cartuja para apoyar a la Selección y optaron por pitar al encargado de meter los goles. Seguramente, lo hicieron para asegurarse de que si el ‘7’ gozaba de alguna ocasión más también la fallaría, porque sus ánimos ya estarían suficientemente hundidos como para quitarles la razón.

Morata carga con críticas que no solo corresponden a sus fallos, sino a las carencias de una generación sin estrellas, a la frustración que provoca estar ligado emocionalmente a un equipo escaso de modelo, talento diferencial, certezas competitivas o fortalezas táctico-técnicas y la aceptación de la utopía que hoy supone para España ganar una Eurocopa por la que hace no tanto se paseaba.

Hay que entender que Morata no es, porque nunca lo ha sido y nunca lo será, una superestrella. Y esto no depende necesariamente de que acierte mucho o poco de cara a puerta, que también, sino de dimensionar al jugador en su justa medida. Morata no es un crack gana partidos, por más que juegue de delantero, igual que no lo son ninguno de sus compatriotas convocados –porque Ansu Fati, claro, no está convocado.

Ya que España no puede encontrar un atajo que dé pistas sobre qué camino a seguir como hizo el Atlético con Luis Suárez, el rendimiento de Morata debería medirse, mayoritariamente, desde su impacto sobre el colectivo. No tanto en lo psicológico, porque en ese aspecto sus fallos sí pueden limitar el techo de la evolución del equipo, sino desde la mejora de las posibilidades en las que se mueve la Selección partiendo de una expectativa realista.

De hecho, el debate de blancos y negros con Gerard Moreno escasea en argumentos, al menos desde un punto de vista táctico, en tanto que el del Villarreal es un jugador diferente, especial, mucho más delicado a la hora de insertar en la pizarra y en cuyo contexto no se ha invertido ni lo más mínimo. Principalmente, porque la compatibilidad de ambos podría ser total y absoluta, ya que Gerard necesita de las condiciones de un delantero como Morata para desplegar su mejor fútbol, como así lo ha evidenciado Unai Emery a lo largo de la temporada. La pregunta no debería ser tanto "si uno u otro" y sí "por qué no uno y otro".

No es casual que el delantero de la Juventus sea uno de las pocos nombres que podemos relacionar de forma directa con la presente etapa de Luis Enrique en el banquillo nacional y uno de los jugadores que mejor interpreta las difusas premisas sobre las que se construye el equipo. Se trata de una de las piezas vertebrales para dotar de estructura a un colectivo que se ha presentado en la Eurocopa sin cuerpo alguno.

A pesar de las idas y venidas en cuanto a nombres y propuestas, véase el caso de Koke, Llorente y los matices tácticos inéditos hasta el debut frente a Suecia, si tuviéramos que identificar a España a través de algunas ideas, serían su apuesta por construir desde atrás y por presionar fuerte en campo contrario tras perder la posesión.

SEVILLA, SPAIN - NOVEMBER 17: (L-R) coach Luis Enrique of Spain, Alvaro Morata of Spain during the  UEFA Nations league match between Spain  v Germany at the la Cartuja Stadium on November 17, 2020 in Sevilla Spain (Photo by David S. Bustamante/Soccrates/Getty Images)
David S. Bustamante/Soccrates/Getty Images.

En lo de correr riesgos en la fase de iniciación para generar ventajas desde los primeros pases y abrir brechas que ir trasladando hacia adelante, para lo que Pau Torres y Laporte son imprescindibles, Morata es el encargado de:

1. Jugar en los apoyos para activar a los centrocampistas con sus descargas de cara.

2. Ante presiones intensas, España también inicia el juego desde muy atrás, por lo que el bloque empieza muy cerca del portero y hay muchos metros hasta la portería rival:

2.1. Actuar como pívot, protegiendo el balón en el pasillo central, dando tiempo al equipo a progresar y juntarse en campo contrario.

2.2. Mantenerse como opción abierta sobre la que jugar al espacio, con desmarques de ruptura que amenacen la espalda de la línea defensiva, obliguen al rival a retrasarse y ceder en su intento de robo.

2.3. Ofrecerse como referencia sobre la que lanzar al duelo aéreo en caso de se frustre la posibilidad de construir con éxito por abajo y el equipo se vea forzado a jugar en largo.

En el otro de los aspectos por los que más se reconoce la Selección, la presión tras pérdida, Morata es, sin duda, un primer espada. Intenso, enérgico, hiperactivo, capaz de repetir esfuerzos una y otra vez hasta rayar la extenuación, siempre dispuesto cuando se trata de incomodar a los defensas rivales. Álvaro invita a sus rivales a acelerarse, les muerde para que cometan errores y les orienta hacia las zonas más propicias para que se produzca el robo de la Selección.

Entonces, deberíamos preguntarnos: ¿Es buena idea que sea Álvaro Morata quien tenga que meter los goles? ¿Hay algún jugador español con más gol que él? En ese caso, ¿es incompatible con Morata o podría Álvaro facilitarle la tarea? Morata podría fallar menos, porque falla, pero, ¿falla también en el resto de tareas que Luis Enrique carga sobre sus espaldas? ¿Encaja en los conceptos sobre los que gira el equipo? ¿Falla entonces solo Morata o también falla la idea que le ampara?

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