Anuncios
Elecciones México 2024:

Cobertura Especial | LO ÚLTIMO

Un jugador español, el único del equipo que no secunda una protesta antirracista en la NFL

Alejandro Villanueva, jugador de los Pittsburgh Steelers de la NFL.
Alejandro Villanueva, jugador de los Pittsburgh Steelers de la NFL. Foto: Al Pereira/Getty Images.

Que un español sea protagonista de una noticia de fútbol americano ya es, de por sí, algo sorprendente. Aunque ha habido intentos, el football nunca ha terminado de cuajar no ya en nuestro país, sino en general en este lado del Atlántico, donde el seguimiento de la pelota ovalada prácticamente lo monopoliza el rugby. Sin embargo, Alejandro Villanueva ha sido capaz de hacerse un hueco en los titulares, y no necesariamente por sus méritos deportivos.

Este imponente hombre de 31 años, 2,06 metros de estatura y 145 kilos de peso nació en Meridian, en el estado norteamericano de Misisipi, pero siendo hijo de granadina (de Motril) y bilbaíno, y habiendo pasado parte de su infancia en España, cuenta con la doble nacionalidad. Desde 2015 milita en los Pittsburgh Steelers de la NFL, donde ocupa habitualmente la posición de tackle ofensivo; resumiendo mucho, es el que se ocupa de bloquear a los defensores rivales impidiéndoles el paso para facilitar las jugadas de ataque.

Una de las grandes novedades del campeonato este año, aprobada hace apenas unas semanas, es que la liga ya va a permitir a los jugadores mostrar mensajes reivindicativos por el cambio social; están autorizadas una serie de formatos concretos, incluyendo homenajear a víctimas de injusticias raciales escribiendo su nombre en la parte trasera de los cascos. Los jugadores de los Steelers decidieron llevar el de Antwon Rose Jr., un chico negro de 17 años que, en 2018, fue abatido por la policía; un agente blanco le disparó por la espalda cuando, aterrorizado, salió corriendo después de que la patrulla parara el coche en el que iba de copiloto y esposara a su acompañante.

Así lo hicieron en el partido contra los Giants de Nueva York disputado ayer, y que Pittsburgh ganó por 16-26...

...salvo Villanueva, que decidió ir por libre y puso otro nombre: el de Alwyn Cashe.

Cashe fue un sargento del ejército estadounidense, también negro, que cayó en acto de servicio en otoño de 2005 durante la guerra de Irak. Una bomba alcanzó el vehículo en el que se desplazaba con otros soldados y le prendió fuego; él, inicialmente con heridas menores, sacó del transporte y consiguió salvar la vida de otros seis soldados que se habían atrapado, pero al hacerlo sufrió quemaduras de gravedad en el 72 % de su cuerpo y, aunque fue evacuado a un hospital en Texas, no pudo sobrevivir. Por su heroísmo se le condecoró a título póstumo con la Estrella de Plata y hay una campaña que pide que se le otorgue la Medalla de Honor, la más alta condecoración militar del país; si se la conceden sería un hito muy destacable, porque, a pesar de que en las fuerzas armadas hay en torno a un 16 % de efectivos negros, solo 91 de las 3.470 medallas concedidas en toda la historia (apenas el 2,6 %) han sido para soldados de esta raza.

El motivo de que Villanueva se preocupe por los veteranos del ejército es que él mismo es uno de ellos. Descendiente de oficiales de la OTAN, toda su vida, desde la infancia, ha transcurrido en entornos castrenses, incluyendo escuelas e institutos específicos para familiares de las tropas. Era cuestión de tiempo que se enrolara; tras completar sus estudios entró en la academia de West Point, en cuyo equipo de football ya empezó a destacar. Intentó entrar en el draft de la NFL de 2010 pero no fue elegido, así que pospuso su carrera deportiva para servir en la rama de Infantería del ejército. Alcanzó el rango de capitán y fue enviado tres veces, ocho meses en total, a servir en Afganistán; también fue condecorado por rescatar soldados heridos bajo el fuego enemigo. A partir de 2014, ya libre de sus compromisos, optó por retomar el deporte.

La decisión de Villanueva de lucir un nombre distinto al de todos sus demás compañeros fue unilateral, aunque, según informa SteelersWire (un medio especializado en la actualidad de este equipo), contaba con el beneplácito de su entrenador. Como cabía esperar, el detalle está causando gran controversia en un país tan dividido por la cuestión racial como Estados Unidos.

Por un lado están los que aplauden al español, alabando su gesto de patriotismo por reconocer a Cashe, al que consideran un héroe nacional.

Villanueva saltó de helicópteros en las montañas de Afganistán. Le dispararon balas reales. No jugó a la guerra: la hizo de verdad. Si alguien quiere cuestionarle por escribir el nombre de un héroe de guerra en su casco, adelante. No seré yo.

Este es el héroe de guerra que Villanueva tenía detrás de su casco. Si no fuera por eso, yo nunca habría sabido quién es, y eso es triste.

Otros destacan también la hipocresía que supondría censurar la opinión de Villanueva cuando, precisamente, lo que se lleva pretendiendo en los últimos tiempos es que los jugadores de élite alcen su voz para defender aquello en lo que creen.

Bastante histérico ver gente decir “los jugadores de la NFL tendrían que poder dar su opinión sin importar las consecuencias” y luego esa misma gente quejándose de que Alejandro Villanueva haga exactamente eso.

También están las voces críticas. Los hay que le reprochan, en primer lugar, haber desatendido las indicaciones del equipo del que forma parte y al que se debe.

Villanueva es un insubordinado. Cuando los jugadores y entrenadores se quedaron en el túnel durante el himno, él salió. Cuando el equipo decide llevar el nombre de Antwon Rose en el casco, él elige llevar el de otro.

Villanueva tenía que pensar en el equipo. Una vez más, ha metido a los Steelers en una controversia que se podía haber evitado si no fuera por su ego. Si no fuera por su necesidad de recordarle a todo el mundo que es un héroe de guerra. La madre de Antwon Rose Jr. está indignada, y entiendo por qué.

Algunos directamente opinan que Villanueva es racista por negarse a recordar a una víctima de brutalidad policial y que el militar caído en Irak hace 15 años no es más que una excusa.

Villanueva es racista y pretende esconderlo detrás de su estatus militar. Alwyn Cashe lleva muerto 15 años, ha tenido tiempo de sobra para homenajearlo, pero decide ir contra todo su equipo, que había elegido recordar a un chico negro que fue disparado.

Aunque como siempre, todo acaba siendo poco más que una pelea en las redes sociales que no cambiará demasiado las cosas en el mundo real.

Os puedo garantizar esto: la gente en Twitter estará diez millones de veces más enfadada por Villanueva cambiando el nombre en su casco que cualquiera de sus compañeros en los Steelers.

Conviene recordar que no es la primera vez que Villanueva se ve envuelto en una polémica parecida. Las referencias que hacen los tuits al himno y el túnel se refieren a un suceso ocurrido allá por 2017, cuando las protestas rodilla en tierra de Colin Kaepernick estaban muy recientes y la sensibilidad con este tema era, si cabe, mayor que ahora. En aquel momento los Steelers decidieron protestar quedándose en el vestuario mientras sonaba el himno nacional antes del partido, un gesto muy polémico en la mentalidad norteamericana. Sin embargo, Villanueva sí que saltó al césped, aunque luego explicó que se trató de un error por un malentendido y que pedía perdón por haber dejado mal a sus compañeros y al club. Curiosamente, tras el episodio, y a pesar de sus disculpas, su camiseta con su número se convirtió en una de las más vendidas de toda la NFL durante un tiempo.

Más historias que te pueden interesar: