Adiós a Diego Maradona: el colorido respeto de Brasil por el enemigo más amado

SAN PABLO.- Puede que Diego Armando Maradona sea, para los brasileños, la figura histórica que les despierta -tal vez hoy más que nunca- mayor admiración, odio y, sobre todo, identificación, fronteras afuera. No hay quien no tenga, en las tierras de Pelé, una opinión en la punta de la lengua sobre el símbolo argentino. Tal vez por eso, el accidente de tránsito más grave del año, en el cual murieron 41 pasajeros que viajaban en un colectivo clandestino por el interior de este estado, ocurrido en la mañana del miércoles, haya pasado a un injusto segundo plano cuando la noticia del fallecimiento del astro argentino llegó a estas tierras.

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Lo sorprendente del hipnótico culto brasileño a Maradona es el contexto. Hasta el martes anterior a la muerte del exfutbolista, la agenda tenía al crecimiento de los contagios por Covid-19, la segunda vuelta de las elecciones municipales (sobre todo, en San Pablo y Río de Janeiro) que se llevarán a cabo el próximo domingo y el asesinato de Beto Freitas, un ciudadano negro que no resistió a la golpiza brutal que le propinaron los encargados de seguridad de un supermercado, en Porto Alegre, como temas centrales. De un momento a otro, todas esas causas urgentes pasaron a un segundo plano.

El tiempo se detuvo; un "enemigo" entrañable los puso contra la pared. una vez más, y por última vez. "Solo lloré dos muertes ajenas a mi familia. La de Senna y la de Maradona. ¿Sabés por qué? Porque Maradona fue un gran rival para nosotros, pero sentía el fútbol como lo sentimos todos los que nacimos de este lado del mundo, con la bola como esperanza, alegría y, muchas veces, alimento", dijo Chico, quien atiende un boteco (bar tradicional) en el barrio de Perdizes, zona oeste de la capital paulista. "Mi papá no me llevaba nunca a la cancha. Solo una vez fuimos juntos al Morumbí. Fue ese día", agregó, mientras señalaba un pequeño recorte de revista enmarcado, una foto del día en que Maradona, vistiendo la camiseta de Sevilla, visitó a San Pablo dirigido por Telé Santana, en 1993.

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A diferencia del silencio que se mantuvo en todos los rincones de la Argentina, el luto brasileño se vivió entre recuerdos coloridos. La rivalidad, por supuesto, pero también las noches de carnaval, que Maradona supo disfrutar al límite, como siempre vivió casi todo y como lo viven, sobre todo, cariocas, bahianos y pernambucanos. Además, hubo espacio para el recuerdo de las ocasiones en las que el argentino estuvo, supuestamente, "a punto" de ponerse las camisetas de San Pablo, Flamengo, Palmeiras y, sobre todo, Santos, de la mano de la empresa "Pelé Sports & Marketing", liderada por "O Rei".

"Perdí a un gran amigo y el mundo perdió a una leyenda. Espero que un día podamos jugar juntos en el cielo", escribió Pelé en sus redes sociales. Otra conocida de los argentinos y del propio Diego, Xuxa, también se expresó. "Lo siento mucho. Que Dios calme el corazón de su familia" decía el mensaje de la conductora. Volviendo a los cracks del fútbol, Ronaldo y Ronaldinho Gaúcho no se quedaron afuera del adiós. "Pierdo a un gran amigo, que me inspiró con su talento", contó el exdelantero de Real Madrid, campeón del mundo en 1994 y 2002 con Brasil. "Mi amigo, mi ídolo, mi número 10. ¡El brujo de los brujos!", expresó el exmediocampista de Barcelona y París Saint-Germain, entre otros.