Acusan de machismo a Federer y Sock en un partido de exhibición

Todos los deportes de élite requieren, además del físico, un gran esfuerzo mental, y quizás el tenis sea una de las actividades donde este hecho sea más evidente. Un solo despiste, un instante de desconcentración, puede bastar para perder un punto, y puede que con él el juego, el set o incluso el partido entero. Por eso a los tenistas les gusta escapar de vez en cuando del estrés continuo de la competición y disputar partidos de exhibición, en los que no hay nada en juego y no tienen que preocuparse más que de disfrutar.

Al público también le suelen agradar mucho estos enfrentamientos, ya que los tenistas, liberados de toda presión, se atreven a probar golpes tan espectaculares como arriesgados, o introducen todo tipo de elementos humorísticos y sorpresas que, más que el silencio sepulcral que reina normalmente en las gradas, despiertan carcajadas y ovaciones. Sin embargo, ni siquiera en un contexto desenfadado quedan libres de críticas por los motivos más insospechados.

El último ejemplo lo tenemos en la reciente Copa Hopman. Este torneo se disputa en Perth, Australia, durante la primera semana del año, y sirve de preludio para el Open del mismo país. Se compite por países: cada nación está representada por un hombre y una mujer, que se enfrentan a sus rivales en tres partidos: femenino, masculino y dobles mixtos. Aunque se entrega un trofeo, los resultados no cuentan de cara a los rankings de la ATP y la WTA, por lo que los competidores se lo toman como una competición amistosa y de entrenamiento.

La edición de este año la ha ganado Suiza, representada por Belinda Bencic y Roger Federer, que se ha impuesto en la final a Alemania. La “polémica”, sin embargo, había llegado antes, en la fase de grupos, en el enfrentamiento mixto entre los futuros campeones y Estados Unidos, con las raquetas de Jack Sock y CoCo Vandeweghe. En un momento del segundo set (que en estos partidos son a solo cuatro juegos), los varones de cada pareja, cada uno en la esquina izquierda de su campo, se dedicaron a lanzarse derechazos entre ellos, sin que las mujeres participaran en la acción. De hecho, ellas, sin perder la sonrisa, primero se sentaron en el suelo y luego salieron de la pista, dejando a los hombres solos. Federer y Sock continuaron jugando de forma más bien cómica, golpeando la pelota entre sus piernas o por detrás de su espalda, hasta que el suizo no pudo devolver una dejada. El norteamericano incluso corrió a celebrarlo con efusividad junto a su rival, como si hubiera sido un punto importante.

Todos se rieron, todo el mundo entendió que no había sido más que una broma. ¿Todos? No. La usuaria de Twitter @femilimon interpretó esta acción como un gesto ofensivo, y su mensaje, en el que se refería al instante con palabras como “asco y vergüenza”, llevaba en la tarde del miércoles 17 más de 9.000 retuits, más de 8.000 favoritos, e innumerables respuestas tanto a favor de su postura como en contra.

En rigor, ella no llegó a utilizar la palabra “machismo”, sino que se refirió a la “falta de respeto” que, a su juicio, suponía no dejar participar a las otras dos jugadoras (aunque en el contexto queda claro que no se trata más que de un momento relajado y humorístico). Pero muchos de los que la replicaron sí encauzaron el debate en ese sentido.

Es difícil ver ningún tipo de menosprecio en la actitud de Federer y Sock hacia sus compañeras, pero el hecho de que el vídeo haya generado reacciones tan airadas da que pensar. ¿Estamos realmente ante un caso rebuscado pero real de machismo o de falta de respeto? ¿O la controversia no tiene sentido y solo buscaba el retuit fácil y la popularidad de su autora? ¡Da tu opinión en los comentarios!

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