Acoso sexual: el sindicato mundial denunció ante la FIFA a un entrenador argentino

La denuncia del sindicato aclara que el entrenador está empleado por la AFA, pero no menciona su nombre
La denuncia del sindicato aclara que el entrenador está empleado por la AFA, pero no menciona su nombre

Un grupo de jugadoras argentinas presentó una denuncia por acoso sexual contra un entrenador actualmente empleado por la AFA. El sindicato mundial de futbolistas, FIFPRO, anunció la noticia y la presentación se hizo en el Comité de Ética de la FIFA, después de recibir “múltiples testimonios” -según cita el comunicado- de futbolistas que denuncian que el técnico utilizó su posición de poder para intimidar y acosar sexualmente a distintas jugadoras adolescentes.

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El suceso impacta en el corazón del fútbol. FIFPRO, una organización internacional de futbolistas formada por 40 asociaciones nacionales que busca defender los derechos de futbolistas profesionales, solicitó a la FIFA la destitución del entrenador de su cargo actual, en el que en caso de continuar -manifestó- “podría acceder y ejercer poder sobre menores”. Sin embargo, según pudo averiguar LA NACION el técnico no fue sancionado aún y continúa en su cargo.

Es peligroso: el agresor está puertas adentro. La denuncia colectiva se da en un contexto en el que cada vez más deportistas se animan a alzar la voz..

“Vamos a ir hasta las últimas consecuencias”, publicó Claudio “Chiqui” Tapia, el presidente de la AFA, autoproclamado alguna vez como “el presidente de la igualdad de género”. La entidad sacó un comunicado para aclarar que no es parte del proceso y que desconocen la identidad del denunciado y sus denunciantes.

La repercusión fue inmediata. Macarena Sánchez, delantera de San Lorenzo y a cargo del Instituto Nacional de Juventudes en el Estado, compartió en sus redes el comunicado de FIFPRO y le agregó su mensaje: “Esto es gravísimo, espero que la AFA actúe rápido”. La futbolista, una de las abanderadas en la lucha por el fútbol femenino profesional, también retuiteó el texto de la entidad con una frase contundente: “Todos sabían”. La postura de AFA es llamativa: el denunciado está en casa pero no se sabe quién es.

“Tenemos que dejar atrás la hipocresía. Necesitamos otro fútbol y otra manera de conducir cuerpos técnicos. Celebramos a las futbolistas que alzaron la voz”, expresó la entrenadora y militante feminista Mónica Santino. Desde España, la arquera Vanina Correa dijo que le generaba alivio que esto se supiera. “Es importante sobre todo que les crean. Esto no tiene que suceder nunca más”, expresó. También escribieron en sus redes las jugadoras de la Selección Aldana Cometti y Milagros Menéndez, quien tipeó: “Ya no nos callamos más! Se meten con una se meten con todas”.

El deporte más popular no se salva de la problemática social. La causa por abusos en la pensión de Independiente en el fútbol masculino ya lo había dejado en evidencia. En la rama femenina y el día después del #MiráComoNosPonemos que impulsaron las Actrices Argentinas tras la denuncia de Thelma Fardin contra Juan Darthés, Ludmila Martínez -hoy futbolista de Platense- denunció en la Justicia que había sido abusada por Eduardo Micheli, el entrenador que la dirigía cuando ella tenía 9 años. Fue en 2018 y ella explicó que se sintió respaldada: “Ya no tengo miedo de decirlo, cada vez somos más”.

La frase “y ahora que estamos juntas” que cantan las mujeres y diversidades en Argentina con más fuerza desde la marcha por Ni Una Menos en 2015 empezó a apuntar también contra la hipocresía del sistema del fútbol.

Mientras en la rama masculina hay jugadores denunciados por violencia de género que ocupan su lugar adentro de la cancha todos los fines de semana, las futbolistas buscaron el amparo de FIFPRO como su manera de organizarse.

La FIFA ya tiene sus testimonios. Y si bien tiene que llevar adelante la investigación esto no implica que la AFA no pueda tomar las medidas que considere necesarias. Todavía no hubo una presentación en la justicia.

El miedo y el silencio

En su libro “Guerreras. Fútbol, mujeres y poder”, la arquera y magister en Sociología de la Cultura, Gabriela Garton -hoy en el Melbourne Victory de Australia-, trabaja la violencia sexual, verbal y física que sufren las y los futbolistas, y señala que tanto varones como mujeres no denuncian a sus abusadores por miedo: a tener que irse del club en el que están, a revivir la experiencia y a sentir vergüenza.

En este sentido, cuenta la historia de una jugadora -utiliza un seudónimo para resguardar su identidad- que en 2014 recibió un mensaje de Whatsapp de su director técnico con un contenido sexual. “Junto a una fotografía de su cuerpo semidesnudo, el entrenador le solicitó fotografías sin ropa. Ella se negó, pero eligió no denunciarlo a la dirigencia del club. (...) El director técnico luego le aclaró que tuviera cuidado porque él tenía ‘amigos poderosos’ dentro de la institución”, escribió Garton.

La arquera habla del silencio como miedo a una posible revancha del abusador y hasta de la institución: “Cuando le aconsejé a Martina que hablara con la dirigencia (...), se negó. Me dijo que no serviría denunciarlo porque era su palabra contra la del técnico y la institución no la iba a apoyar por sobre el entrenador. (...) Prefirió terminar la temporada y alejarse del club en silencio”. La denuncia que presentó FIFPRO busca también ponerle fin a las complicidades machistas. La publicación del documental ‘Atleta A’ sobre los abusos en la gimnasia estadounidense marcó un antes y un después en el deporte. Larry Nassar, el médico que durante tres décadas abusó de por lo menos 265 niñas gimnastas de entre 6 y 19 años transcurrió 30 años en su cargo. Habían recibido avisos de sus abusos la Federación de Gimnasia, el Comité Olímpico, la Universidad de Michigan y hasta el FBI. Las mujeres y diversidades en el mundo, y también en el deporte, escriben carteles con la palabra “Basta de violencia machista” en las marchas y en las canchas.

Las deportistas hablaron en Gran Bretaña, en Japón, en Australia, en Holanda y en Nueva Zelanda. Le pusieron voz a las violencias que escondían en sus cuerpos.

“En nuestro país, a partir del Ni Una Menos se produce una ampliación del concepto de violencia -analiza Julia Hang, Doctora en Ciencias Sociales de la Universidad de La Plata-. Entonces se reconoce que muchas situaciones que vivían las mujeres que antes eran percibidas como normales, en verdad pueden entenderse como violentas”. Para Hang, esto empieza a impactar en el fútbol. “Se comienza a visibilizar y a poner en palabras los abusos sufridos, que se inscriben en la desigual relación de poder y de vulnerabilidad en que se encuentran muchas jugadoras”.

El diario británico The Guardian se hizo eco de la denuncia y agregó que en sus testimonios las futbolistas acusaron al entrenador de hacer preguntas inapropiadas sobre las preferencias y hábitos sexuales de las jugadoras, de utilizar un lenguaje sexista y homofóbico e incluso haber calificado el fútbol femenino en el país como “puterío”.

“Cuantos más testimonios haya, más creíble, aunque no debería de ser así porque con que haya uno, suficiente. Decidí contarlo porque el profesor sigue dando clases a nenas y nenes y puede volver a pasar en cualquier momento”, dijo Ludmila Martínez cuando hizo su denuncia. Su frase vuelve a sonar ahora con más fuerza.

La socióloga Julia Hang cree que después de esta presentación en FIFA se sumarán más voces. “Que un montón de jugadoras muestren que eso les sucedió, va a hacer que otras -inclusive de otros deportes- comiencen a desnaturalizar lo vivido”, dice. Y aporta el desafío: “Es importante que haya dirigentes en todas las federaciones capacitados en perspectiva de género para que puedan reconocer esas situaciones como violencia. Si ellos y los entrenadores que se encargan de cuidar a las deportistas no reconocen las violencia en estas acciones no se puede trabajar para erradicarlas”.