Las siamesas Abby y Brittany Hensel llevan casi 30 años desafiando a la ciencia

El 7 de marzo de 1990, la familia Hensel, de Minnesota (Estados Unidos), crecía. Ese fue el día en el que vinieron al mundo las gemelas Abby y Brittany, dos hermanas que desde entonces no se han separado debido a que comparten parte de su cuerpo. Llevan 29 años juntas, la una pegada a la otra y, pese a que los médicos ofrecieron a sus padres la posibilidad de operarlas para intentar separarlas y darles vidas independientes, los riesgos hicieron que rechazasen esa posibilidad. Casi tres décadas después, ambas son casi celebridades y gracias a su esfuerzo han superado reto tras reto.

Las siamesas Abby y Brittany Hensel cumplirán 30 años en 2020 y cuando eran unas adolescentes llegaron a protagonizar un documental con su historia. (Foto: Cartel del documental Joined for Life)
Las siamesas Abby y Brittany Hensel cumplirán 30 años en 2020 y cuando eran unas adolescentes llegaron a protagonizar un documental con su historia. (Foto: Cartel del documental Joined for Life)

En un reportaje realizado por BBC Mundo hace ya algunos años con motivo de su incorporación al mundo laboral, se describía a Abby y Brittany como dos jóvenes de 23 años -era su edad en aquel momento- que disfrutaban con lo mismo que el resto de sus coetáneos. Es decir, pasar tiempo con sus amigos, ir de vacaciones, viajar, conducir y practicar algún deporte.

Todo eso lo hacen, aunque lograrlo no ha sido un camino fácil. Nacieron compartiendo un mismo tronco y con un brazo y una pierna cada una. Hay órganos como el hígado, el intestino delgado y el sistema reproductor que comparten y otros como los pulmones, el corazón y el estómago que cada una tiene el suyo. Lograr coordinarse para poder caminar, montar en bici e, incluso, conducir, ha requerido mucho esfuerzo y diplomacia.

Abby controla la mano derecha y Brittany, la izquierda. El hecho de ser de alturas distintas (la primera es 10 centímetros más alta que la segunda) no ha sido más que otro escollo que salvar para poder seguir adelante en su empeño por llevar una vida lo más plena posible. Hay aspectos, como el de conducir, viajar o trabajar, a los que no han renunciado y lo han conseguido. Para lo segundo, por ejemplo, cada una dispone de su propio pasaporte, pero a la hora de comprar un billete de avión solo tienen que comprar uno puesto que ocupan un único asiento.

En lo laboral, licenciadas por la Universidad de Bethel, comenzaron a trabajar como profesoras en 2013 y entonces explicaban que una de las ventajas de su situación es que podían realizar multitareas. Por ejemplo, una corregir mientras otra explica. Con lo que no estaban muy convencidas, precisamente por poder hacer un trabajo más amplio y completo en ese sentido, era con el hecho de cobrar como una sola persona. Después de todo son dos y cada una tiene su propio título de licenciada.

Su vida ha sido un continuo superar retos y ponerse de acuerdo. No solo en cosas cómo si salir de fiesta o quedarse en casa sino en otras tan cotidianas como qué ropa ponerse, qué comer… Quizá uno de sus mayores acuerdos fue decidir qué estudiar. Cuentan medios que se han hecho eco de su caso a lo largo de los años, que una es más de ciencias y la otra se decanta más por la rama artística, pero lo complicado de estudiar dos carreras distintas hizo que optasen por una sola. Tiraron por la enseñanza y las matemáticas.

Dada su situación extraordinaria y la rareza de un caso como el suyo, su vida ha estado siempre bajo los focos. Según datos publicados por la BBC, los siameses se dan en uno de cada 200.000 nacimientos y entre el 40 y el 60% nacen muertos. De ahí su fama, a la que han contribuido dando a conocer su vida y algunos aspectos de ella.

En 1996, con seis años, aparecieron en el programa de Oprah Winfrey, han sido portada de la revista Life y cuentan con un documental titulado Joined For Life que narra su historia. El interés que despiertan las siamesas Hensel es tal que en 2012 protagonizaron un reality y se ha llegado a especular y lanzar rumores sobre su vida sentimental. Sin embargo, en los últimos años, su vida transcurre más bajo el radar.

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