"Volver a ser campeón mundial": a los 45 años, Sergio "Maravilla" Martínez volvió con un KO en España y ya se entusiasma

Las campanas de la gloria todavía siguen repiqueteando sobre sus oídos. A los 45 años, fiel a su irreverencia, desafiando el paso del tiempo y desoyendo todo tipo de advertencia, Sergio "Maravilla" Martínez retornó oficialmente al boxeo con un triunfo que abre varios interrogantes sobre su futuro arriba de un ring. Sin la prestancia de su mejor época, pero con el orgullo intacto luego de seis años de inactividad, dio el primer paso para su resurgir boxístico, ante el asturiano Miguel Fandiño, a quien derrotó contundentemente por KOT en el 7º round, en el estadio Malecón de Torrelavega, de España.

Alrededor de este regreso de Maravilla se esconden apetitos y egoísmos, frustraciones y oropeles, varias contradicciones y mucho resentimiento. No se dio con las luces y el glamour de Las Vegas. Tampoco, contra un rival encumbrado y de jerarquía, como tantas veces lo proclamó públicamente el quilmeño. Todo estuvo enmarcado en la austeridad de su propia promotora y en la necesidad de revertir la imagen perdedora que brindó al mundo frente a Miguel Cotto en el mítico Madison Square Garden, de Nueva York, en 2014. Poco le importó perder de su propio bolsillo cerca de 80.000 dólares.

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Apoyado en una excelente preparación física diagramada por su nuevo entrenador, Tinín Rodríguez, Sergio Martínez no dejó dudas de su jerarquía ni de las diferencias boxísticas que lo separan de Fandiño, un esforzado probador de 36 años escogido para su fiesta. A pesar de los años de inactividad y las varias lesiones en las rodillas, el argentino se mostró muy versátil en sus desplazamientos y muy veloz de manos, con más de un recurso defensivo y contragolpeador. Muy lejos de las pobres producciones que brindó ante el inglés Martin Murray (2013) y el puertorriqueño Cotto, en sus últimas dos peleas, que resultaron preocupantes.

Si bien nadie sabe a ciencia cierta cómo puede responder el físico de Maravilla frente a un rival más exigente, lo que se vio ante el "Traumatólogo" Fandiño pareció estar acorde con las declaraciones previas sobre su rejuvenecimiento interior y atlético. Durante los siete rounds que duró el combate, el ex monarca mundial superwelter y mediano del CMB se mostró dispuesto a imponer condiciones cargando la presión de ser el principal protagonista del combate. Fue así como en el séptimo período, con un excelente trabajo combinado al cuerpo, logró el KO.

A fuerza de talento y grandes triunfos, Maravilla escribió capítulos gloriosos de la historia del boxeo argentino y revitalizó comercialmente a una disciplina considerada marginal para muchas marcas. No hay dudas que es el boxeador nacional más emblemático de las últimas dos décadas. Sin embargo, fracasó en su ambición de convertirse en ídolo. A toda esa buena llegada que había causado en el ambiente de la farándula gracias a su capacidad y su carisma, no logró capitalizarla en la histórica noche de la cancha Vélez, contra Murray. "Mi idea es volver a ser campeón del mundial. Es una empresa difícil, pero ahora tengo la experiencia y una edad celular muy joven para hacer historia", declaró un entusiasmado Martínez sobre el ring montado en el Malecón de Torrelavega. ¿Logrará escribir otro capítulo glorioso en su grandeza profesional? El tiempo lo dirá.

Con un registro con 52 éxitos (29 KO), tres reveses y dos empates, a Maravilla Martínez lo sedujo el juego de recobrar la trascendencia y el aura de campeón que tuvo entre 2010 y 2014, cuando venció a boxeadores importantes, como Kelly Pavlik, Paul Williams, Serhiy Dzinziruk, Darren Barker, Matthew Macklin y Julio César Chávez. En su frondosa imaginación, siente que los organismos pueden llegar a valorarlo como no lo hicieron en la plenitud de su carrera, cuando a puro talento se transformó en un verdugo de los intereses de los popes que manejan la industria. Su objetivo específico para este renacer boxístico es el japonés Ryota Murata, campeón mundial mediano de la AMB y protagonista de 16 victorias (13 KO) y dos derrotas. Si sucede, ése será el verdadero regreso al ring.

A los 45 años, Martínez es un hombre joven, que tiene ganas de vivir, pero es un viejo boxeador en busca de un milagro. Catalogar de épico este retorno sería faltarle el respeto a la gesta deportiva de George Foreman, que estuvo 10 años inactivo y a los 46 se consagró campeón mundial pesado; sería quitarle valor a la milagrosa vuelta de Ray Sugar Leonard ante Marvin Hagler en 1987, luego de que se recuperara de un desprendimiento de retina. El triunfo sobre Fandiño fue sólo el primer paso de un montón de deseos que tiene en mente el púgil quilmeño. De ahí a que se concreten... Son tan imposibles como imaginar que aún podemos reencontrarnos con el mejor Maravilla boxeador de toda su carrera.

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