Ángel Di María se ilumina en el estadio Da Luz: festejó con Benfica, Real Madrid y quiere repetir con Paris Saint Germain

Lisboa fue la puerta de entrada al fútbol europeo para Ángel Di María cuando hace 13 años se fue de Rosario Central. Benfica apostó por un flacucho de 19 años para cubrir el hueco que había dejado la venta de Simao Sabrosa al Atlético de Madrid. Desde entonces, en diferentes circunstancias, la capital portuguesa, y el estadio Da Luz en particular, se transformó en un lugar inspirador para Fideo. Primero, durante las tres temporadas que trajinó la cancha para ganar tres títulos, hasta que lo compró Real Madrid.

Sus últimos y más recientes destellos futbolísticos en tierra lusa tienen un significado especial: con un gol y dos asistencias contribuyó a que Paris Saint Germain se clasificara por primera vez en la historia a la final de la Champions League. El 3-0 reflejó la superioridad colectiva e individual del equipo francés sobre el sorprendente Leipzig, al que la cita le quedó grande entre sus errores con la pelota, la reiteración de foules por atropello y una ofensiva sin filo. El límite de PSG en la copa europea más importante era la semifinal de 1995 que perdió ante el Milan de Maldini y Baresi.

Un gol y dos asistencias: partido de colección para Di María

"Acá tengo buenas sensaciones", expresó Di María al recibir el premio al jugador más valioso (MVP) del encuentro. Para él no hay mejor presagio que volver el domingo al estadio Da Luz para enfrentar al ganador de la semifinal de este miércoles entre Bayern Munich y Lyon. En ese mismo escenario, el rosarino también fue reconocido con el MVP en la final de 2014 que Real Madrid le ganó 4-1 en tiempo suplementario al Atlético de Madrid. Con su repertorio de gambetas, desbordes y asistencias desquició la resistencia que intentó el equipo de Diego Simeone.

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Por suspensión, Di María había quedado al margen del agónico 2-1 a Atalanta en los cuartos de final. "Estaba triste por no jugar ese partido, pero tuve el apoyo de mis compañeros. Me dijeron que iban a dejar la vida para que pudiera estar en la semifinal", expresó el argentino, a quien en aquella noche se lo vio en un festejo alocado mientras bajaba por los escalones de la platea.

"Acá tengo buenas sensaciones"

Ubicado sobre la derecha, se entendió bien por ese sector con el interior Ander Herrera y el lateral Thilo Kehrer. Desde la izquierda ejecutó el tiro libre en forma de centro para el gol de cabeza de Marquinhos. Convirtió el segundo tras una asistencia de taco de Neymar, en una acción que se originó en una presión suya sobre la salida con los pies del arquero Gulacsi. Fue el tercero de su cuenta personal, luego de los dos que le había convertido a Real Madrid en la etapa de grupos. Y puso el centro en la cabeza de Bernat para el tercero.

Las asistencias de Di María suelen llevar la comba y la medida justas. No son las del clásico N° 10 que filtra un toque sutil entrelíneas. Les imprime la aceleración y profundidad con que interpreta el fútbol desde que asomó en primera división.

Con seis pases-gol en esta Champions comparte el primer puesto con Ziyech (Ajax). Y a lo largo de su carrera se transformó en una especialista en encontrar al compañero mejor ubicado para la definición. Desde que se empezaron a recopilar datos en la Champions 2003/04, Fideo ocupa el tercer lugar (27) en la tabla histórica de asistencias, que es encabezada por Cristiano Ronaldo (38), seguido por Lionel Messi (33). Este martes alcanzó a Ryan Giggs y superó a Andrés Iniesta (26).

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A nueve años de haber tomado el control del club e invertido más de 1000 millones de euros en refuerzos, el fondo soberano Qatar Investment está más cerca que nunca del objetivo de la cima europea, mientras domina a gusto la Liga de Francia. Hasta ahora había fracaso en etapas anteriores por inconsistencias futbolísticas muy relacionadas con la falta de integración y complicidad entre varias estrellas. A PSG se le señalaba exceso de ego individual y escaso compromiso colectivo.

En los últimos días, diferentes voceros del equipo comentan que ese déficit está erradicado, que el espíritu solidario impregna al equipo, dentro de la cancha y afuera, donde son habituales las reuniones de varios compañeros en sus casas o restaurantes. Di María dio fe de ese clima: "Estamos en un nivel muy bueno, no solo en lo individual. Lo más fuerte que tenemos es el grupo, es espectacular. Juegue quien juegue, el que se queda afuera igual pone cara de contento. Desde que comenzó la temporada logramos todos los objetivos. Estamos a un paso de hacer historia".

Fideo puede hablar con conocimiento de causa. Lleva cinco años en la capital francesa y ha tenido a varias figuras de compañeros. Sobre las dos más encumbradas de la actualidad, Neymar y Kylian Mbappé, se tejieron historias de vanidades y recelos. Ahora cantan juntos la música de cumbia que los argentinos -Paredes fue titular e Icardi se quedó en el banco- ponen en el ómnibus. Y el brasileño y el francés se abrazan y suben videos desde el vestuario, aunque contra Leipzig hayan estado desenfocados para el gol. Y reparten elogios para el resto. "Di magia", rebautizó Neymar a Di María, que en 2015, cuando fue adquirido por PSG en 63 millones de euros, se transformó en el futbolista que más dinero había movido en transferencias, con un total de 179 millones. Después fue superado por la suma de los traspasos de Neymar, Cristiano Ronaldo y Romelu Lukaku.

Esta química redunda en un equipo voraz. "Salimos desde el primer minuto a comernos al Leipzig", describió Di María, protagonista esta temporada de la conquista del triplete (Liga, Copa de Francia y Copa de la Liga). Queda por delante lo que provoca desvelos, como admitió Di María en la ciudad que más alimenta sus sueños: "Va a ser difícil dormir de acá hasta el día de la final".