Nonito Donaire, un “Don Juan” filipino gravitante e inextinguible: a los 40 años todavía prevalece en el boxeo de Las Vegas

Nonito Donaire ganó cinco coronas mundiales en categorías diferentes (2007-2021)
Nonito Donaire ganó cinco coronas mundiales en categorías diferentes (2007-2021)

El filipino Nonito Donaire tiene ya 40 años y poco le importa todo lo que suceda a su alrededor. Es un “Don Juan” asiático, simpático y bohemio que no esconde sus tragos de bebida blanca ante los fotógrafos que lo retratan ni tampoco se inmuta al entonar las canciones del momento –en cualquier estrado- con su voz cascada: de truhan y boxeador. Su mujer Rachel, de su misma raíz y raza, siempre está a su lado disfrutando de cada uno de sus movimientos, con una mirada desafiante, astuta y seductora. Así vive hoy uno de los hombres más importantes para la industria de este deporte.

Nonito ganó cinco coronas mundiales en categorías diferentes (2007-2021) y de no haber existido Manny Pacquiao, su compatriota célebre en el boxeo moderno -poseedor de seis títulos oficiales y un séptimo de “lata”, en pesos distintos- hubiese sido, quizás, el atleta más importante en la historia pugilística de su país. Ni el gran Pacho Villa ni Gabriel “Flash” Elorde, ídolos de otros tiempos, lo hubiesen equiparado.

Su vigencia es absoluta. Y volvió a ser noticia en las últimas horas al ser reprogramado en la cartelera más importante del año: “Errol Spence vs. Terrence Crowford”, a efectuarse el sábado 29 del actual en el T-Mobile Arena de Las Vegas. ¿El motivo? Aparentemente, las ventas del PPV (sistemas de eventos pagos) no tuvieron –aún- el resultado esperado. Y para poder engrosarlo, los promotores pensaron en Donaire, para dirimir por el cetro mundial Gallo (CMB) -vacante- con el mexicano Alex Santiago. El match debía realizarse este sábado, pero esta imperiosa situación pospuso su presentación.

Naoya Inoue, de Japón, frente a Nonito Donaire en el Saitama Super Arena, el 7 de noviembre de 2019
Naoya Inoue, de Japón, frente a Nonito Donaire en el Saitama Super Arena, el 7 de noviembre de 2019 - Créditos: @Agencia AFP

Una historia colosal

Al cabo de 22 años de boxeo profesional realizó 299 rounds. Su primer logro fue el cinturón Mosca (FIB) -50.800 kg- ante el armenio Vic Darchinyan en 2007; el segundo, frente al panameño Rafael Concepción, cetro interino Supermosca (AMB) –52.160 kg-. Posteriormente, conquistó el tercero: Gallo (CMB-OMB) 53.500 kg- noqueando al mexicano Fernando Montiel en 2011. Su cuatro logró fue ante el puertorriqueño Wilfredo Vázquez, consagrándose titular Supergallo -55.330 kg- en 2012 y el quinto se produjo frente al sudafricano Simpiwe Veteya, por el Pluma (AMB) -57.150 kg-, en 2014. De ahí en más, se encargo de perder y reconquistar coronas hasta 2022. Su récord: 42 éxitos (28 K.0) y 7 reveses. Sin embargo, hay un antes y un después que tiene nombre y apellido: Naoya Inoue.

Hicieron una batalla inolvidable el 7 de noviembre de 2019 en el Saitama, con toda la localía del nipón. La pelea fue tremenda. Épica y dramática. Nonito frenó los K.O del “monstruo japonés”, diez años más joven que él y perdió por puntos con dignidad. Se juraron una revancha que se daría casi tres años después.

Inoue siguió noqueando con las coronas gallos (AMB-FIB) en su poder. Nonito, en cambio, aprovechó una nueva vacante en el (CMB) y conquistó ese título ante su compatriota Reymart Gaballo, en 2021. Y no hubo otra salida. Las reglas y el negocio impusieron lo menos aconsejable: su desquite con Inoue.

Nonito sucumbió en el segundo round el 6 de julio de 2022. Era otro boxeador en esa ocasión. Sin luces ni resistencia. Sufrió ante Inoue el mismo efecto destructivo comparable al que tuvieron todos aquellos participes de revanchas con el santafecino Carlos Monzón en los años 70; tal Nino Benvenuti, Emile Griffith, Jean Claude Bouttier y Rodrigo Valdés. Fueron distintos en todo cuando volvieron a subir al ring.

El CMB le dará -ahora- una última oportunidad. La industria, la televisión y los promotores lo necesitan y él, se cree poderoso aún. A la hora de la épica y la hazaña. En el período más duro y sacrificado que debe afrontar todo boxeador.